Epílogo

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Lanzo al piso camisa tras camisa, pantalón tras pantalón, sin poder escoger la ropa usaré en mi primer día de clases

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Lanzo al piso camisa tras camisa, pantalón tras pantalón, sin poder escoger la ropa usaré en mi primer día de clases. Necesito mostrar una buena imagen, es con la primera con que las personas se quedan al conocerte.

Finalmente, y luego de casi una hora buscando mi atuendo ideal, escojo una simple camiseta negra de la marca Fendi, unos pantalones grises holgado y para el calzado, un par de tenis blancos.

Me siento frente al espejo y practico mi coreano una y otra vez. Aunque lo hablo desde una corta edad, nunca había tenido la necesidad de usarlo en mi vida diaria, además, debo tener una buena oratoria a la hora de presentarme con mis compañeros. Evidentemente tengo un cierto grado de autismo, sumado a mi introversión no es una buena combinación para alguien nuevo en un país nuevo, pero confía en que mis encantos harán lo suyo.

Mientras manejo hacia la universidad, un sentimiento de pertenencia me llena, sintiéndome completamente feliz en mucho tiempo. Un lugar nuevo significa conocer personas nuevas. Viviendo y estudiando aquí, podré por fin poner mis pocas habilidades sociales a funcionar, en busca de una amistad.

Las sesiones con la psicóloga Kwon me han ayudado tanto que no sabría cómo agradecerle todo lo que logró en mí. Ya no sufro de ataques de ansiedad cuando pienso en ella, las pesadillas se han ido casi en su totalidad, y ahora salgo mucho más, aunque sea solo a caminar a orillas del río Han. También con la ayuda de la terapia, he profundizado más en el tema del bondage. Por un largo tiempo llegué a odiarlo, luego comprendí que no lo odiaba, solo generé rechazo hacia el por todo lo que me había pasado, pero era una práctica que realmente disfrutaba, mucho más cuando, en las escasas ocasiones, era yo quien dominaba a Momo. Fue por eso que decidí comprar mis propios juguetes, accesorios y dejar una habitación de mi casa solo para jugar con alguna chica que quiera divertirse conmigo.

Mientras conduzco, pienso en la variedad de personas que voy a conocer. Me hubiese gustado que Sunoo estudiara conmigo, pero él va más avanzado, además, está viviendo en EEUU con sus padres. La necesidad de permanecer al lado de alguien conocido me llena de ansias, pero sé que socializar es el primer paso para crear relaciones sanas, más allá de las románticas.

Estaciono en el primer lugar vacío que encuentro en el parqueadero, ignorando las miradas curiosas de algunos estudiantes que se encuentran en el campus hablando con sus amigos. No pueden quitar la vista de mi presencia, ni de mi Mercedes Benz descapotable e intento pasar desapercibida lo mejor que puedo, realmente me causa ansiedad ser el centro de atención.

— ¡Señorita Myoui! —grita la directora Im Yoon-a, previamente ya había hablado con ella, por eso me conoce.

— Directora Im. Un gusto verla de nuevo. —sonrío tímidamente y le ofrezco mi mano. Ella, con una sonrisa comprensiva, la acepta—. Es un privilegio para mí haber sido aceptada aquí y estudiar en su universidad. —hago una reverencia de noventa grados y ella me responde con un asentimiento de cabeza.

𝘚𝘸𝘦𝘦𝘵 𝘝𝘦𝘯𝘰𝘮 𝘔𝘪𝘔𝘰 [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora