𝘚𝘸𝘦𝘦𝘵 𝘝𝘦𝘯𝘰𝘮 𝘔𝘪𝘔𝘰 [+18]

Acto 8: Redención

Mientras limpiaba mi habitación y organizaba mis cosas, descubrí una cajita azul marino en una de las repisas más altas. El polvo que la cubría indicaba que había estado allí durante mucho tiempo, sin que nadie la hubiera tocado. Mi curiosidad se despertó al verla.

¿Qué podría contener? ¿Por qué estaba escondida? ¿En qué momento la abandoné allí?

Las posibilidades giraban en mi mente mientras sostenía la pequeña caja en mis manos. ¿Debería abrirla? La intriga me envolvía, y la decisión estaba ante mí: ¿Sería buena idea?

—¿Qué tenemos aquí? —Quito la tapa y me encuentro con algunas cartas—. Oh...
No sé cómo pude olvidarlo. Cuando conocí a Momo, ella solía escribirme cartas para "llegar a mi corazón."

Sonrío con nostalgia al momento de ver fotos de ambas; sonrientes, sus ojos brillaban al verme... Estábamos tan enamoradas.

—¿En qué momento nos convertimos en esto? —Termino de leer una de tantas, donde al final de cada una decía "Y te amaré, hasta que seamos viejitas seniles"—. ¿En qué momento cambiaste, Moguri...? —Las vuelvo a guardar, dándome cuenta de que no hay nada que pueda hacer para volver al pasado.

—¿Ya terminaste, hija? —Se asoma papá por la puerta.

—Sí. Solo faltaba esa gaveta. ¿Por qué?

—Necesito hablar contigo, Mina. ¿Puedo pasar?

—Claro. —Entra y se sienta a mi lado en la cama—. ¿De qué quieres hablar? —Me da una mirada llena de mil cosas por decir—. Ya hablamos de eso, papá.

—Hija, aunque siento que estás tomando una muy mala decisión, sé que mi deber como padre es apoyarte. Sé que no me harás caso, pero-

—¿Qué? ¿"Pero" qué?

—Algo más pasó entre ustedes dos, y no nos quieres decir ni a Sachiko ni a mí. ¿Crees que no me doy cuenta de cómo se te llenan los ojos de temor cuando ves a Momo?

—Estás imaginando cosas. —Me pongo a la defensiva.

—¿Lo estoy? —Aparto la mirada, no puedo seguirle mintiendo a la cara—. ¿Por qué te relajas cuando entramos tu mamá, o yo a la sala?

No puedo, simplemente no puedo contarle, la verdad lo devastaría.

—No es nada, papá, en serio. Es solo que, nuestra última discusión estuvo un poco... violenta. Nunca habíamos peleado así, es por eso, nada más. No te preocupes. —Lo observo levemente y noto que en su rostro hay una expresión de duda, como si se estuviera diciendo internamente "Aquí falta algo"—. ¿Alguna otra duda? -Parece salir de su trance y sacude la cabeza.

—No, cariño

—Bueno, si me permites... debo terminar de empacar mis zapatos. —Me detiene cuando estoy a punto de levantarme, sosteniendo suavemente mi muñeca—. ¿Necesitas algo más?