Teen Wolf era una película que todos en Beacon Hills disfrutaban... todos excepto Stiles. Estaba sentado en uno de los muebles en la sala de estar, junto a Laura. El televisor proyectaba la película, pero él no prestaba mucha atención. Simplemente no le parecía interesante ver cómo un adolescente se convertía en lobo y jugaba baloncesto. No.
Cora estaba acurrucada junto a Talia en su respectivo asiento. Ni una señal de Derek. Por alguna razón, esperaba verlo ahí con ellos, todos pasando un buen rato entre amigos. Tal vez era alérgico a las películas también.
—Tengo sueño— dijo, apretando la mano de Laura.
—Mmm...
Estaba completamente sumergida en la pantalla, lo suficiente como para no prestarle atención. Era impresionante cómo un sólo aparato electrónico puede poner a una persona en trance. Miró a Talia, pero ella también estaba viendo la película. Ninguna iba a prestarle atención.
Se bajó del mueble y caminó hasta la escalera. Siempre que dormía en la casa de los Hale, lo hacía en la habitación de invitados; dónde la cama era el doble de grande que la de su propio cuarto. Sus pasos eran lentos y los parpados se sentían extrañamente pesados. Por un momento, pensó en quedarse ahí en la escalera y sólo dormir.
La puerta frente a él era grande. Stiles había crecido lo suficiente para llegar hasta el pomo, claro que debía estirar su brazo para lograrlo. Le dio la vuelta, empujando la puerta hacia adentro. En el interior, estaba calmado. El lugar perfecto para dormir. Se movió hasta la cama y saltó sobre ella. Su cuerpo hizo contacto con algo duro, definitivamente no un colchón.
— ¡Auch!— exclamó algo bajo él.
Se bajó lo más rápido que pudo, sólo para ver cómo Derek se despojaba de la sábana que lo cubría. Sus ojos se clavaron en él.
— ¿Qué estás haciendo aquí?— preguntó, había irritación en su voz.
Stiles abrió su boca, pero no sabía qué decir. Técnicamente, esta era su casa; incluso si no había vivido en ella por algún tiempo.
—Tengo sueño— respondió.
—Pues vete a tu casa, éste es mi cuarto.
Parpadeó. Hace unos momentos, le había preguntado si podía tomar una galleta. Parecía tímido. Éste Derek no parecía tímido. Aunque, interrumpir el sueño de alguien puede ser muy peligroso.
—Mi mamá no está, y mi papá se fue con ella.
— ¿Puedes dormir en otra habitación?
—Talia me deja dormir aquí.
Derek no dijo nada. A pesar de estar oscuro, Stiles vio cómo sacaba su pose de pensar. El silencio se hizo más intenso y casi tuvo miedo de que Derek estuviera planeando cómo sacarlo de ahí.
Finalmente, escuchó cómo dijo: —Bien, puedes quedarte.
— ¿E-en serio?
Se hizo a un lado y dejó un espacio libre —Sí, pero no me culpes si te arrebato la almohada en la noche— palmeó el lugar y se acostó de nuevo.
Con cautela, se acercó hasta la cama. Pensó que si ponía un sólo dedo en ella, tal vez un lobo saltaría desde la oscuridad y se comería toda su mano. No fue así. Se subió por completo, apoyando su cabeza en la mitad de la almohada y arropando su cuerpo con una parte de la sábana. Derek le daba la espalda.
Irónicamente, la conversación le había quitado el sueño. Sus ojos se quedaron abiertos por un rato. Tenía miedo de preguntar, Derek parecía muy calmado, dormido, pero se armó de valor y dijo:
— ¿Derek?
No hubo respuesta. Un poco de luz se filtraba por la puerta abierta.
— ¿Derek?
Sintió cómo se movía, luego escuchó:
— ¿Hmmm?
— ¿Me cuentas una historia?
Derek se volteó y ambos quedaron cara a cara.
— ¿Es enserio?
—No puedo dormir.
—No conozco ninguna historia.
Quizá sólo debía cerrar sus ojos y esperar a dormirse. Pero escuchar una historia siempre lo ayudaba, era divertido. Su papá lo hacía cada noche.
— ¿Ni una sola?
Derek suspiró.
—Puede que me sepa una...— dijo en un tono bajo.
De nuevo, de alguna manera, su corazón se aceleró.
— ¿Cómo se llama?— preguntó Stiles emocionado.
Tardó unos segundos en responder —Tres fases.
No pudo evitar arrugar su cara —Es un nombre muy extraño para una historia.
—Eh... no, no lo es. Mi tío me la contó, es muy buena.
Stiles se apoyó en sus codos —Ah ver, quiero oírla.
Fue impresionante la manera en que Derek narró el cuento, parecía otra persona. Su boca se movía mientras la historia de dos mejores amigos salía de sus labios. Utilizó sus manos para enumerar las fases: infancia, conflicto y conciliación. Básicamente, ambos se querían pero tardaron mucho en darse cuenta. La chica era imperativa y muy energética, mientras que el muchacho era más calmado y calculador. Los dos atravesaron todas las fases con éxito, incluso las peores partes. Pero la manera en que Derek lo contaba, lo hacía sentir más conectado con ellos. Cómo si narrara su propia historia.
—Y cuándo conciliaron su amor, ambos hicieron la promesa más grande del mundo. Los dos dijeron: «Lo juro por la luna» y así sellaron su acuerdo— finalizó.
Stiles lo miró incrédulo. Había escuchado muchos cuentos, pero ninguno cómo ese. Aunque no entendía algunas cosas, por ejemplo: ¿Por qué el chico quería dejar de ser amigo de la chica, para convertirse en su novio? ¿Qué palabra era esa? «Novio» ¿Qué significa?
— ¿Y bien?— preguntó Derek, sacándolo de sus pensamientos.
— ¿Ah?
— ¿Te... gustó?
De pronto, Stiles recordó a qué se refería.
— ¡Ah! ¡Sí, sí, sí! Es muy buena. Pero mi papá suele contarme historias de dinosaurios y trenes parlantes... aunque creo que tu historia es mejor.
Y lo decía de verdad.
Algo inesperado pasó: Derek sonrió. Por primera vez en todo el día, Derek Hale sonrió. Un cosquilleo atravesó el pecho de Stiles.
—Me alegra que te gustara— le dijo.
Se acercó a él —Gracias por contármela.
Él miró por la ventana, el cielo parecía haberse puesto más oscuro —Es muy tarde, deberíamos dormir.
—Sí...
Pero él no quería dormir. Stiles quería escuchar más historias, ver más sonrisas. Ya no estaba cansado, estar con Derek era más entretenido que ver la película. Una idea brilló en su mente: quizá podían llegar a ser amigos. Pero no dijo nada.
Se dio la vuelta, dándole la espalda Derek ésta vez. Cerró sus ojos y dejó que la calma llenara su cuerpo. Antes de caer dormido, sintió cómo un brazo rodeaba su cintura.Ȍ��[�]�
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Tres fases. •||Sterek||•
RandomStiles y Derek pasaron por muchas cosas juntos, pero las peores y mejores fueron las tres fases. Fase 1: infancia. Fase 2: conflicto. Fase 3: conciliación.