Capitulo seis

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El tiempo pasó rápido, al darse cuenta ya pasaron seis lunas desde aquella declaración de parte de su prometido.

Después de ese pequeño momento ambos lamentaron tener que separarse pero sabrían que se volverían a encontrar ya sea por algún evento o por gusto de ambos. Desde aquel día Davos empezó a mandarle cartas donde declaraba la inmensa devoción que sentía por él acompañado de hermosos obsequios de los cuales había uno en específico que era su favorito, este era un collar hecho de cadena de oro blanco con un colgante de rubí tan rojo como la sangre lo cuál representaba muy bien a la casa Blackwood.

Recuerda la veces dónde ambos lograban escapar de sus deberes para poder encontrarse en medio de los bosques, un lugar seguro donde podían vivir su amor sin los ojos de los demás. Aeron amaba esos momentos y poco a poco estaba empezando a confiar en Davos y en el amor que este le tiene.

*

Su día continuaba con tranquilidad, además ese día tenía clases de cocina, su madre siempre decía que un buen esposo doncel debía cocinarle a su compañero que su deber era servir y procrear, que ridícula tradición se decía así mismo pero nada puede hacer; él sabe que Davos no lo quería para ser un simple sirviente que caliente su cama, sabía que este lo amaba y él lo estaba empezando a hacer también.

Estuvo en la cocina durante un buen rato, hoy había aprendido a hacer tartas de frambuesas y no era por presumir pero le quedaron deliciosas. Al terminar de guardar la tarta un maestre entró apurado dirigiéndose a este.

— Joven, un cuervo acaba de llegar para usted de seguro es el joven Davos — dijo el maestre estirando la mano para entregarle el mensaje.

Aeron se sorprendió, no esperaba que Davos le haya mandado una nueva carta tan pronto, pero no importaba él era feliz cada vez que su amado le enviaba uno nuevo, estaba a punto de leerlo cuando de repente su madre entra interrumpiendo lo cuál causa que el maestre se retire inmediatamente y queden los dos solos.

— Que es eso tan importante que el mismo maestre te trajo en persona — preguntó ella.

— No es nada importante madre — respondió rápido ocultando la carta detrás de él.

Su madre cansada de tal acto de insolencia se dirigió enojada hacia él arrebatando la carta de sus manos — A mi no me vengas con esos comportamientos Aeron, yo soy tu madre y me debes respeto — gritó enojada y este bajó la mirada avergonzado.

Al levantar la cara se dió cuenta que su madre salió rápidamente del lugar con la carta en mano y sin pensarlo dos veces fue tras ella, logró alcanzarla pero demasiado tarde ella ya le había entregado la carta a su padre y el rostro de él lucía nada agradable.

Aeron se acercó lentamente hacia donde estaban sus padres su madre ni siquiera le dirigió la mirada y su padre solo lo miraba enojado como si supiera el contenido de esa carta o quizás ya lo sabe.

— Así que el maldito bastardo de Blackwood te manda cartas personalmente sin informarme nada a mi — hablo levantándose de su lugar y caminando directo a Aeron.

No sabía cómo reaccionar después de todo el tampoco conocía el contenido de esa carta, solo se quedó mirando confundido a su padre.

— No me pongas esa mirada muchacho, bien que sabes lo que dice el mensaje —

— Lo siento padre pero no sé de lo que habla, madre me arrebató la carta antes de que pudiera leerla — hablo apenado sin mirar a su padre a los ojos, no podría, tiene miedo y el otro lo sabe.

— Acaso estás quejándote de tu madre Aeron, te atreves a hablar mal de tu progenitora —

— Yo... yo no quise decir eso padre solo dije que madre... — sin esperarlo, su padre le profanó una cachetada.

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