En el rostro tenemos...
Arrugas, manchas, espinillas, ojeras, poros abiertos, marcas de antiguos granos, marcas de antiguos amores problemas de irá, falta de amor propio, pecas y problemas familiares, pero tranquilo, no hay nada que un poco de maq...
Izuku podría enumerar todos los escenarios ficticios que su mente ha tenido desde que entró a trabajar aquí, en cada uno de ellos el mismo se pone en vergüenza frente a otros arruinando todo y provocando que lo despidan, pero en ningún momento paso por su cabeza vomitar sobre su ropa y de paso sobre la alfombra y escritorio de su jefe. No él nunca pensó en que algo así pasaría, por supuesto que no, su mente jamás pensó en ese escenario ficticio, porque si lo hubiera hecho, habría hecho todo lo posible para evitar que eso sucediera.
Debí haberlo previsto, el debí llamar a Mina y decirle que no asistiría hoy al trabajo, no, para empezar no debí beber tanto anoche, no no, no debí haber comprado las botellas de vino, ni pedirle a Kirishima que trajera el también, no, no debí empezar a beber en la preparatoria, si, eso, yo no debí probar la bebida, por culpa de mi yo de preparatoria es que ahora estoy metido en esto, yo tengo la culpa de todo lo que me está sucediendo, porque no debí hacerlo y al final lo hice y es por eso que compre las botellas de vino y es por eso que tengo resaca y estoy así y es por es que... El pánico y la vergüenza se apoderaron de él, no sabía por dónde empezar o por donde terminar de regañarse mentalmente por todo lo que hizo mal durante toda su vida, porque nadie era más culpable que el mismo de todas sus desgracias, o al menos así pensaba.
Keigo se acercó a él y puso sus manos sobre sus hombros para mover al peliverde que se veía que estaba en shock. "Izuku... Izuku... oye, ¿estas bien?" trataba de llamar su atención, pero estaba tan inmerso en su mente que ni siquiera lo miraba. Fue hasta su teléfono de escritorio y presiono un número. "Que alguien de limpieza venga a mi oficina." No espero contestación y regreso con Midoriya, que en algún punto había comenzado a llorar.
Toda esta situación lo rebasaba, no sabía cómo hablarle o que hacer, así que comenzó con limpiarlo, tomo un pañuelo de su escritorio y limpio su boca, después tomo otro limpio sus ojos ligeramente enrojecidos. Sintió tanta pena por el peliverde, el pobre estaba muy avergonzado y eso era tan evidente que hasta el rubio se sintió mal.
"¿Estas bien?" volvió a preguntar
"Y-yo no sé qué paso, de verdad lo siento tanto, limpiare mi desastre..." dijo alterado una vez que salió de su trance de pensamientos.
"Ya viene alguien de limpieza, porque no mejor te vas a casa a descansar..." Propuso el rubio.
"Yo puedo empezar a trabajar ahora mismo sin ningún problema... ¡de verdad!" Una parte de él quería irse a casa y descansar, pero su parte ansiosa le decía que tenía que quedarse a trabajar, porque si se iba posiblemente lo despedirían.
"Izuku... oye, está bien-"
Se levanto sin mirar a su jefe y camino hasta la puerta. "Iré al área de vestuario a cambiarme esto, con permiso y nuevamente lo siento, de verdad..." Hizo una reverencia y salió de ahí, dejando a su jefe sin palabras.
Mina estaba afuera esperándolo para saber las buenas nuevas, pero cuando se acercó a él noto que su ropa estaba sucia, un olor agrio llego a su nariz. "Izu... ¿Estas bien? ¿Paso algo malo? ¿Qué tienes sobre la ropa?... ¿Lloraste?"
"Puedes conseguir algo de ropa en el área de vestuario y llevarla al baño, gracias..." ordeno sin dar explicación alguna y camino al ascensor dejando a su amiga igual que a Hawks.
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