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La primavera se había ido rápido, ya no tenían que estar sacando pétalos de flor de cerezo a cada rato por dejar la ventana abierta. Más de una vez su compañero, después de llegar del trabajo, se acostaba junto a la ventana, para que cuando Rin llegara lo encontrara practicamente sepultado entre flores.

(Rin se rindió una vez y simplemente fingió que estaba muerto. Bachira milagrosamente regresó a la vida para reclamarle su abandono).

Bien, ya casi era verano, su penultimo semestre estaba por terminar. Para sorpresa de Rin, ya había pasado casi medio año de su huida de casa. No quería pensar en ello, pero muchas veces se atrapaba con la idea de que jamás le pidieron volver rondando por su cabeza. Incluso se había encontrado en internet con artículos sobre el último premio que había ganado su hermano en el extranjero.

Maldita sea, odiaba esos pensamientos intrusivos en días como esos. El sol estaba por ocultarse, había devuelto al último perro después del paseo de la tarde y estaba envuelto en sudor. Había calor. Estúpido verano.

Cuando llegó a casa, se dio cuenta de inmediato que no había luz eléctrica. Pronto oscurecería, ¿qué demonios? ¿Cómo podía irse la luz con tremendo calor? Maldita sea, se había asegurado de pagar ese mes, era su turno. Nunca se le olvidaría algo tan banal.

Como si se tratara de telepatía, su celular vibró en su bolsillo.

Okkapa

Rin-chan! Isagi me dijo que no hay luz en el edificio! no te cocines vivo, pronto salgo del trabajo! ∑d(°∀°d)

¿Y qué iba a hacer él? ¿regresar la luz electrica como un hamster en una rueda gigante? Rin decidió ignorarlo y al menos darse una ducha. Hoy su camiseta se había llenado de pelo blanco. Yuki-chi estaba botando más pelo de lo habitual, supone que deberá comenzar a cepillarlo más seguido ahora.

Ah, Rin salió del baño, vestido, como una persona descente a diferencia de otros compañeros de cuarto, se secó el cabello y abrió la puerta del balcón. Bachira hace poco había traído una campana de viento con un delfín, dijo que había sido un regalo de Mikage Reo después de hacer un viaje al otro lado de japón con Nagi Seishirou, el cual, en la humilde opinión de Rin, no se veía como un nómada.

-¡Rin-chan, no mueras como un pollo asado, estoy aquí! -la voz de Bachira se podía escuchar sin siquiera haber abierto la puerta, estaba seguro de que incluso su vecino de abajo debió haberlo escuchado. Si tenia suerte, esa cucaracha no debería estar a 500 metros a la redonda.

Antes de que Rin pudiera mandarlo a callar, se dio cuenta de que Bachira traía una bolsa consigo. Una pequeña, que sudaba un poco por el contenido frio en ella. Rin no creía en las fuerzas del universo, pero si lo hiciera, era como si constantemente se rieran en su cara. Bachira, entusiasmado, sacó las paletas de hielo.

-¡Para compartir! ¿no es genial? Sólo que partélas tú, nunca me ha salido bien y... ¿Rin-chan? -la sonrisa de Bachira se difuminó en medio segundo-. ¿Eres alérgico a las paletas de hielo o algo así?

No sabía qué cara estaba haciendo en ese precioso momento, pero bajó la cabeza. Era estúpido, no es como si esas paletas fueran exclusivas de sus recuerdos, no tenían que significar nada... y aún así.

-Es una ridiculez... -se dijo a sí mismo-. Solo son estúpidas paletas de hielo...

Bachira le miró confundido, como si las paletas que tenía en la mano tuvieran un significado oculto que le era imposible descifrar.

-¿Debí comprar las individuales? Estaban a mitad de precio y me dejé llevar. Si no quieres, puedo dáselas a Isagi o a Nagicchi... aunque no estoy seguro de que Nagi tenga energías para comer este tipo de cosas, ¿sabías que comía gelatinas para no masticar?

S.O.S: ¡MI COMPAÑERO DE CUARTO ES UN NUD1ST4! 【RinBachi】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora