VI

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—Vaya, la has cagado, es raro que Bachira se enoje en serio con alguien —el chico rico removió su café con la ridículamente diminuta cuchara que tenía.

—¿Eso cómo es asunto tuyo? —espetó Rin.

—No lo es, ciertamente, eso lo hace más divertido de ver. A nadie le gusta quemarse cuando ve un incendio, ¿no crees?

La ceja derecha de Rin se removió un poco por el enojo. Tuvo que recordarse cómo es que había llegado a este momento con nadie más y nadie menos que Mikage Reo. Él ni siquiera era su vecino, pero lo encontró cuando iba saliendo del pasillo del primer piso, de la habitación del perezoso gigante, para ser precisos.

Inesperadamente lo invitó a una cafetería cercana, Rin no iba a aceptar, pero demonios, hasta él necesitaba hablar con personas fuera de su grupo de vecinos; Mikage no se veía como alguien complicado o ruidoso como ellos, por lo que no vio problemas.

(Bachira había dicho una estupidez sobre ampliar sus relaciones personales, eso no influyó en nada sobre esta decisión, claramente).

Sin embargo, Mikage había notado que Rin evitaba hablar de Bachira y que en general, no sabía cómo estaba últimamente. Y eso es porque Bachira no le hablaba más que lo necesario para hacer que las cosas siguieran funcionando en el apartamento, desde hace una semana. Desde... no podría llamarlo una discusión. Había vuelto su relación distante y meramente por convivencia obligatoria, muy similar a lo que Rin quiso establecer al principio, pero que Meguru no había seguido para nada, metiéndose en sus límites personales una y otra vez. Para Rin eso hubiera estado bien antes.

(¿Por qué ya no?)

—Eres inesperadamente el más desagradable de todos, Mikage.

—Que gran halago viniendo de un Itoshi —sonrió Reo, haciendo que Rin se tensara un poco—. No soy ciego, puedo ver el parecido que tienes con Itoshi Sae, no soy un ignorante de las noticias en el extranjero, mucho menos de cosas que involucren proyectos con tanto dinero.

—Como sea —refunfuñó, casi infantilmente, levantándose para irse.

—¿Ves? Ese es tu mayor problema, Itoshi Rin-kun —Mikage le apuntó, con una carismática sonrisa en su rostro—. No te gusta afrontar las cosas.

Eso había tocado inesperadamente una fibra bastante sensible en él.

En cualquier otra circunstancia, Rin lo habría mirado con desprecio y le habría dicho un par de palabras hirientes para que no se metiera con su vida, porque después de todo, no era más que un extraño, ¿qué podía saber de él?

No obstante... había dado justo en el blanco. No fue hasta hace poco que lo había hablado con Bachira, había reconocido por primera vez lo ocurrido y cómo todo eso lo había hecho sentir; y aún así, no logró encontrar una forma de lidiar con ello.

Su personalidad evasiva le jugó en contra y ahora Bachira ni siquiera lo miraba como antes.

(¿Por qué le importaba tanto? No se lo cuestionó).

Rin se sobó la sien, acumulando fuerza de voluntad. Se sentó de nuevo.

—Vaya, me sorprendes un poco —Mikage tomó un sorbo de su café—. Nagi me contó de lo que pasó, y después de que Bachira se viera tan distraído durante nuestra salida del fin de semana, intuí que se trataba de ti. Bachira no es de hablar de sus inquietudes con nosotros, así que te quise preguntar directamente.

Difícil de creer, pensó Rin, Bachira practicamente no sabía donde poner límites en la privacidad, había imaginado que era de esa forma hasta con sus propias ideas. Después de todo, era de esas personas que hablaba sin pensar, muchas veces de cosas realmente estúpidas que ni siquiera tenían coherencia fuera de su cabeza.

S.O.S: ¡MI COMPAÑERO DE CUARTO ES UN NUD1ST4! 【RinBachi】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora