IV

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El día del partido de voleibol había llegado, era sábado, y la atmósfera en el gimnasio de la escuela estaba cargada de emoción, los equipos se estaban preparando, y los espectadores comenzaban a llenar las gradas.

Tú llegaste temprano, buscando un buen lugar desde donde podrías animar a Yotsuba, encontraste un asiento cerca de la cancha, desde donde podías ver claramente a los jugadores, te acomodaste y esperaste a que el partido comenzara.

Cuando el equipo de Yotsuba salió a la cancha, ella te vio inmediatamente. Sus ojos se iluminaron y te dedicó una gran sonrisa. Le devolviste el gesto, levantando el pulgar en señal de apoyo. Mientras los equipos se preparaban para el primer saque, Yotsuba continuaba lanzándote miradas rápidas, claramente reconfortada por tu presencia.

El partido comenzó, y el gimnasio se llenó de los sonidos de los balones golpeando el suelo y los gritos de ánimo de los espectadores. Yotsuba estaba jugando con toda su energía y determinación, destacándose por su rapidez y entusiasmo en la cancha.

Durante uno de los descansos, varias de las compañeras de equipo de Yotsuba se acercaron a ella, murmurando y lanzando miradas en tu dirección, aunque no podías escuchar lo que decían, era evidente que estaban hablando de ti.

"¿Quién es ese chico?" murmuró una de las compañeras, mirando curiosamente en tu dirección.

"Es mi tutor," respondió Yotsuba, intentando sonar casual. "Vino a apoyarme."

"Vaya, parece que le importas mucho," comentó otra, sonriendo con complicidad.

Yotsuba se ruborizó ligeramente, pero no dijo nada más, en lugar de eso, se concentró en el partido, determinada a dar lo mejor de sí misma.

El partido continuó, y tú seguías animando a Yotsuba con entusiasmo, cada vez que lograba un buen saque o un punto para su equipo, aplaudías y gritabas su nombre, llenándola de motivación, tus ánimos no pasaron desapercibidos para ella ni para sus compañeras de equipo.

Después de la victoria, mientras los ánimos seguían altos y el equipo de Yotsuba celebraba, te acercaste a ella para felicitarla de nuevo.

"Lo hiciste increíble, Yotsuba," repetiste, sonriendo.

"Gracias, T/n," respondió ella, aún con una sonrisa radiante. "No hubiera sido lo mismo sin tu apoyo."

Aprovechaste el momento para preguntar algo que te había estado rondando la mente. "Oye, Yotsuba, ¿por qué tus hermanas no vinieron? Pensé que podrían estar aquí para apoyarte también."

Yotsuba bajó un poco la mirada, pero mantuvo su sonrisa. "Bueno, Itsuki tenía que estudiar, Miku estaba ocupada con sus cosas, Nino... bueno, siempre tiene algo que hacer o decir y Ichika tienen sus razones, ellas son así."

Asentiste, comprendiendo. "Entiendo, nueno, me alegra haber podido estar aquí para ti."

Ella te miró con gratitud, y después de un momento de silencio, te surgió una idea. "Oye, ¿qué te parece si vamos a comer algo para celebrar? Después de un partido así, seguro que debes tener hambre."

Los ojos de Yotsuba se iluminaron aún más, y asintió con entusiasmo. "¡Claro, suena genial! Vamos."

Ambos salieron del gimnasio y se dirigieron a un pequeño restaurante cercano, mientras caminaban, la conversación fluía con naturalidad, hablando sobre el partido, sus estudios y otros temas casuales, la conexión entre ambos se fortalecía con cada palabra y cada risa compartida.

En el restaurante, la conversación fluyó de manera natural mientras tú y Yotsuba disfrutaban de la comida, había una energía alegre en el aire, y ambos se sentían cómodos y relajados.

~ Te Amamos ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora