IX

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Era un día normal en la escuela, caminabas junto a Frank, disfrutando de la conversación trivial y del buen clima matutino, Frank, con su energía habitual, de repente señaló al cielo.

"¡Oye, T/n! Mira esas nubes," dijo, señalando unas formaciones oscuras que se acercaban lentamente.

"¿Y eso qué?" preguntaste, escéptico, levantando una ceja.

"Esas nubes son un claro indicio de que va a haber una tormenta," explicó Frank, con tono serio.

"Tú y tus predicciones," te burlaste. "¿Cómo sabes que va a llover si reprobaste matemáticas?"

Frank soltó una carcajada. "Matemáticas es una cosa, pero mi papá me enseñó a identificar las nubes desde que era un niño, es algo que siempre me ha interesado."

"¿En serio?" preguntaste, sorprendido.

"Sí," asintió Frank. "Las nubes cumulonimbus como esas son típicas de tormentas eléctricas, puedes predecir el tiempo observando el cielo, mi papá solía decir que el cielo es el mejor meteorólogo."

A pesar de tu escepticismo, no pudiste evitar sentir una ligera curiosidad por las palabras de Frank, las nubes en efecto se veían amenazantes, pero no podías dejar de burlarte un poco de él.

"¿Así que ahora eres un experto meteorólogo? ¿Qué pasó con tu pasión por los videojuegos?" preguntaste, sonriendo.

"¡Oye, uno puede tener múltiples intereses!" se defendió Frank, con una sonrisa. "Además, nunca está de más saber si te vas a mojar o no."

Ambos se rieron, continuando su camino hacia la escuela, llegaron al edificio justo cuando la primera campanada sonó, marcando el inicio de otro día de clases.

Las clases transcurrieron con normalidad hasta que la tormenta comenzó a azotar la ciudad, las ventanas temblaban con el estruendo de los truenos, y la lluvia golpeaba con fuerza el techo del edificio escolar, los maestros, preocupados por la seguridad de los estudiantes, decidieron cancelar las clases y dejar que todos se fueran a casa temprano.

En los pasillos, mientras recogías tus cosas del casillero, Frank se acercó con una sonrisa triunfante en su rostro.

"Te lo dije, T/n, sabía que iba a llover," dijo, claramente disfrutando del momento.

Suspiraste, admitiendo tu derrota. "Sí, sí, tenías razón ¿Contento?"

"Más de lo que imaginas," respondió Frank, dándote una palmadita en la espalda. "Pero mira, toma mi paraguas, yo no lo necesito, me vienen a recoger."

Te entregó el paraguas sin darle tiempo a rechazarlo y se despidió, caminando hacia un auto que ya lo esperaba en la entrada de la escuela, lo viste subir y alejarse, dejándote solo en la entrada del edificio.

Comenzaste a caminar bajo la lluvia, usando el paraguas de Frank para protegerte del aguacero, sin embargo, después de unos minutos, te encontraste empapado hasta los huesos y decidiste buscar refugio, llegaste a un pequeño parque cercano y te resguardaste bajo un kiosco techado, dejando escapar un suspiro de alivio.

En ese momento, escuchaste pasos suaves detrás de ti, te giraste y viste a Miku, empapada y temblando, acercándose a ti.

"Miku, ¿Qué haces aquí? ¿Por qué no estás con tus hermanas?" preguntaste, sorprendido.

Miku se abrazó a sí misma, tratando de calentarse. "Perdí a mis hermanas entre la gente cuando salimos de la escuela, no podía ver nada con tanta lluvia y sólo pude correr hasta aquí."

Te acercaste a ella, ofreciendo tu chaqueta para que se cubriera y entrara en calor. "Ven, usa esto, no quiero que te enfermes."

"Gracias, T/n," dijo Miku, con una sonrisa agradecida mientras se cubría con la chaqueta y el paraguas.

~ Te Amamos ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora