Como si fueran los 80 [En pausa]

Capítulo 13: Misión de espionaje

POV: Jazmin 🌺

Intenté ser todo lo silenciosa que pude. Todo lo silenciosa que se puede ser cuando escapas de una cama tras dormir con alguien. El problema es que mi huída no solo dependía del silencio.

Que queden como prueba mis palabras: no me molestaba. No me molestaba en absoluto. Ahora bien, que cada vez que dormíamos juntos Adrián me abrazara como un niño pequeño a un peluche sin el que no podía dormir complicaba mucho las cosas para dejar la cama sin despertarle.

-Flor -la voz de Adrián sonaba más ronca que de costumbre, por el alcohol seguramente, pero joder que voz más sexy-. Anoche prácticamente me rogaste para que durmiera contigo, ¿y ahora te vas?

En su voz había cierta broma, lo agradecí.

-Esta vez tengo un buen motivo.

-¿Vas a correr? -se burló, aún medio dormido.

-Voy a hacer pis.

Mis palabras fueron todo lo que él necesitó para soltar el agarre en mi cintura.

-Porfa, no te quedes encerrada en el baño -murmuró, acercándose a mí para darme un beso en la mejilla.

Las mariposas me recorrieron entera a pesar del gesto tan pequeño.

-Prometo intentarlo.

Cuando me incliné para devolverle el gesto me di cuenta que había ido directa a sus labios. Mierda. Conseguí redirigir la trayectoria y llegar a su frente, pero joder, como hubiese preferido que el beso fuese en sus labios.

-Vuelvo ahora.

En cuanto me levanté vino el arrepentimiento. ¿Por qué beberíamos tanto alcohol? Podría estar peor, había estado peor, pero tampoco es que estuviese genial.

Recé para que Valeria tuviese algo consistente con lo que desayunar más tarde y para que dormir otro rato hiciese milagros.

Sonreí sin quererlo al darme cuenta de que puede que no milagros, pero dormir otro rato sí ayudaría por el simple hecho de que Adrián estuviese conmigo.

Por suerte, la puerta del baño no se quedó encajada esta vez. Me pasé por la cocina a por una botella de agua y regresé a la habitación.

En el momento en el que me dejé caer en la cama Adrián se acercó de nuevo, de vuelta a abrazarme.

-Has vuelto -comentó adormilado.

-¿Por qué tan sorprendido?

-Las otras veces no volviste.

No me dejó responder. Se acomodó más en mí e hizo el abrazo más fuerte, como si tuviera miedo de que fuese a escaparme.

Sonreí al comprobar que en menos de dos minutos ya se había vuelto a dormir. Yo tardé un poco más. Me quedé pensando qué mierda iba a hacer. Qué iba a hacer conmigo, con él, con Max.

Adrián me gustaba, negarlo era una tontería. Ahora bien, era consciente de que, para empezar, solo me quedaba una semana allí. Una semana y luego no lo volvería a ver.

Pero podemos hablar, pensé. Ellos iban a pasar el resto del verano en el campo, pero de vez en cuando bajarían al pueblo y entonces podríamos hablar. Ahora que lo tenía junto a mí la posibilidad de hablar con él cuando la cercanía física no estuviese me parecía buena idea. Pero, ¿me lo seguiría pareciendo cuando ya no estuviese allí, cuándo solo pudiese hablar con él una vez a la semana o incluso menos?