he will find her

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prologue!
000. he will find her

percy.

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SOÑABA CON ELLA.

A veces eran fragmentos: solo destellos de pelo rubio o un parpadeo de sonrisa. Otras veces, era su risa tan radiante y feliz que le hacía desear oírla una y otra vez. Veía el brillo en sus ojos cada vez que le sonreía o giraba la mirada por alguna estupidez que él decía. Sentía que lo abrazaba con fuerza y que hundía la cara en su pecho, pero cuando iba a devolverle el abrazo, ella ya no estaba. Se esfumaba como el humo, huyendo de él como el agua, alejándose cada vez más hasta que apenas recordaba cómo se sentía, cómo sonaba o lo bonita que era su sonrisa.

Pero recordó su nombre como un soneto, como si estuviera arraigado en su ser de una manera que nada pudiera separarlo de él.

Claire.

Claire, Claire, Claire.

Lo repetía como un mantra para seguir adelante, para evitar caer exhausto. Seguir adelante, seguir corriendo, seguir luchando, para finalmente deshacerse de estas gorgonas de una vez por todas.

Deberían haberse muerto hacía tres días, cuando les había echado encima una caja con bolas para jugar a los bolos en un supermercado de Napa. Deberían haberse muerto hacía dos días, cuando las había atropellado con un coche patrulla en Martinez que cogió prestado (robó). Y está claro que deberían haberse muerto esa misma mañana, cuando les había cortado la cabeza en Tilden Park.

No importaba cuántas veces Percy las matara. No importaba cuántas veces se desmoronaron hasta convertirse en polvo a sus pies, ellas siempre volvían a formarse. Sus extremidades se juntaban, sus dedos se torcían hasta convertirse en garras y sus cabezas se fusionaban con sus cuellos cortados como malvados conejitos de polvo. Y mientras Percy se cansaba, ellas seguían como si nada.

Llegó a la cumbre de la colina y recobró el aliento. Percy tragó con dificultad, sintiendo su lengua reseca con un punto en su costado; incluso tan en forma como estaba (o creía que estaba), corriendo sin parar como acababa de hacerlo, era suficiente para hacer que cualquier gran atleta sufriera dolor. ¿Cuánto rato había pasado desde la última vez que las había matado? Intentó echar cuentas... ¿unas dos horas, tal vez? Nunca seguían muertas más tiempo.

—Joder —resopló Percy, con el pecho agitado y el sol brillando sobre su piel haciéndola arder. Tenía la frente empapada de sudor—. ¿Por qué no se mueren de una vez? —no preguntó a nadie en particular.

Los últimos días casi no ha dormido. Había comido lo que había pillado: ositos de goma de máquinas expendedoras, bagels rancios e incluso un burrito Jack in the Crack (que fue su punto más bajo). Su ropa estaba rota, quemada y salpicada de limo y polvo monstruosos que debían hacer que oliera peor que las aguas residuales.

Si había sobrevivido tanto tiempo había sido porque al parecer las dos gorgonas tampoco podían matarlo a él. Sus garras no le hacían cortes en la piel. Sus dientes se partían cada vez que intentaban morderlo. Su piel parecía estar hecha de hierro, pero este extraño don que tenía también parecía afectar horriblemente su resistencia. Sabía que no podría continuar mucho más. Pronto se desplomaría de agotamiento, y entonces, por difícil que fuera matarlo, estaba seguro de que sería su final.

Claire.

Percy se obligó a enderezarse de nuevo, haciendo una mueca por el dolor en sus rodillas y en su mano derecha por sujetar su espada con tanta fuerza durante tanto tiempo.

[3] 𝐏𝐀𝐍𝐃𝐎𝐑𝐀'𝐒 𝐁𝐎𝐗! heroes of olympusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora