Real Heroes (Tokio Hotel, Twc)

Capítulo 7: Realmente amada (o)

Notas de MizukyChan: Este fic es muy tiernucho. Si no te gusta eso, por favor, no sigas leyendo

Capítulo 7: Realmente amada (o)

Tal como los médicos anticiparon, la pequeña Aline fue dada de alta, la infección fue rápidamente controlada y sus exámenes resultaron normales, con excepción de bajas defensas, que podrían recuperarse con la ingesta de nuevas vitaminas.

Bill tuvo que llenar el papeleo, por ser el tutor legal de la pequeña en esos instantes, mientras que Tom fue por ella al nido.

El abogado se quedó de pie frente al enorme cristal que mostraba todas las cunitas con los bebés, sin estar seguro de cuál de ellos era Aline, pues todas las camitas se veían iguales y había más niñitas pequeñas con trajes rosas. Aun así, no pudo reprimir que una sonrisa asomara por sus labios.

Una mujer mayor, con traje de enfermera se acercó a él—. ¿Puede notar la diferencia? —Preguntó ella, sin apartar la mirada del cristal.

—¿Eh? —A Tom la interrogante lo tomó desprevenido. Le gustaba saber las respuestas de todo, pero esto era muy nuevo para él y no podía ver diferencia alguna entre los niños.

La mujer giró lentamente el rostro hacia él y dijo—. Los bebés inquietos, no sufren solo por estar enfermos —dijo, llevando un dedo hacia el cristal, señalando a unos bebés que se quejaban y movían sus piernitas—. En cambio hay otros que duermen tranquilos, porque pese a padecer alguna afección que los obligue a estar aquí, saben que son amados, confían en sus madres y padres. Y comprenden que tras esta leve separación, serán bienvenidos en sus hogares. —Volvió a girar el dedo hacia otros bebés, justo cuando la enfermera tomaba en brazos a una nenita vestida de rosa.

La enfermera levantó a la pequeña para que Tom apreciara a Aline a través del cristal y el corazón del abogado se saltó un latido. Aline era una de las nenitas que dormía tranquila, feliz de la vida, sabiendo que Bill la amaba. Sintió que su compromiso con ella adquiría un nuevo nivel, no le fallaría, haría que ella pudiera vivir con Bill para siempre, para que fueran una familia. Y, si tenía suerte, tal vez él también podría ser parte de esa nueva familia.

—Ella es afortunada al tener un padre como usted —dijo la mujer a su lado.

—Ella no es mi hija —confesó, pero la sonrisa en su rostro no se desvaneció, así que agregó—, todavía.

La mujer sonrió con él y palmeó su brazo, porque el abogado era muy alto para llegar a su hombro—. Será un gran padre. —Ella se alejó, mientras la enfermera del nido se acercaba hasta él.

—¿Viene usted por Aline? —Preguntó para solicitar la firma—. ¿Trae los papeles?

—Sí. Su tutor viene en camino con los papeles del alta. Solo vine a recoger sus cosas.

—Claro, venga por aquí. —Ella mantuvo a la bebé en sus brazos y agregó, mientras lo guiaba hasta el escritorio—. Ella se ha portado muy bien.

—Lo sé, es muy educada.

—Y muy amada —afirmó la chica, como repitiendo las palabras de la mujer de hace un rato.

Bill llegó cuando estaban listos para irse. Su sonrisa iluminó el corazón de Tom cuando por fin, volvió a tomar a Aline en sus brazos. Tom comprendió las palabras de las mujeres cuando la bebita hizo un sonido de gusto al estar a salvo en los brazos de su nuevo padre.

Colgó el bolso rosa en su hombro y puso su mano en la espalda de Bill—. ¿Listo para ir a casa?

El pelinegro lo miró con ojos ilusionados—. Claro.