Capítulo 6: Renunciar a tu caso, pero no a ti
Tom llegó a la firma de abogados muy temprano, no había dormido bien, porque llevó a Bill al trabajo por la mañana y estuvo gran parte de la madrugada pendiente del teléfono, en caso de que hubiera noticias del hospital sobre la bebita. Había pedido quedarse en la sala de espera y pasar la noche allí, pero las palabras del médico de turno le obligaron a regresar a su departamento.
Así que ahora estaba cansado y ojeroso, pero dispuesto a enfrentar otro día de trabajo. Saludó a su secretaria y le pidió un café muy cargado, pero no alcanzó a abrir la puerta de su oficina, porque la mujer menudita le tomó del brazo.
—Su padre está dentro —dijo muy bajito—. No avisó previamente de su visita y no luce contento.
—Está bien, gracias Hellen.
Tom sonrió a la mujer, sabía lo intimidante que podía ser su padre cuando estaba de malas, así que no podría reprocharle a ella que lo dejara pasar y así lo quitara de su vista. Llegó a la puerta, tomó una respiración profunda y abrió.
Miró a su padre sentado en su escritorio, con un cigarrillo en la boca. Tom arrugó el ceño— Aquí no se fuma, papá. Es un lugar cerrado y, además, es una oficina pública.
—¿Pública? —Arrugó el ceño—. ¿Lo dices por el servicio social? —Preguntó su padre, sin darle importancia al comentario de su hijo, tomando otra onda calada de su cigarrillo.
—Sí —fue la simple respuesta.
—Okey, no voy a tomar el mismo punto de conflicto, porque veo que contigo no hay caso —dijo el hombre mayor, apagando el cigarrillo en un cenicero que Tom todavía guardaba para casos especiales.
—Exacto, lo que me lleva a preguntar, ¿qué estás haciendo aquí? —Tom había dejado el maletín de lado y tomó asiento frente a su padre.
—Se trata de ese jovencito —dijo el viejo, yendo al grano.
—Su nombre es Bill Kaulitz, es un hombre increíble y tengo intenciones de formalizar con él —respondió el joven.
—No me cabe duda que es increíble, además de guapo, según vi en los reportes.
—¿Reportes? ¡Padre, por favor!
El padre de Tom, James Trumper, ocupaba el cargo de Juez, un hombre honrado e implacable a la hora de hacer justicia. Esto lo había llevado a adquirir fama por los juicios que le había tocado presidir, pero también, le costó caer en desgracia con un grupo de narcotraficantes que perdió a su líder, encerrado de por vida, por su veredicto. Tras múltiples amenazas, James optó por contratar personal de seguridad para proteger a su familia. Guardaespaldas entrenados para ser sombras de sus clientes, pero sin ser una carga para ellos.
Tom siempre era seguido por Vigo, un alemán de 1.90 de altura, que lo seguía a sol y sombra, pero que no interfería con sus actividades diarias.
—Bill Kaulitz es un cliente, Tom. No puedes involucrarte con él —alegó el hombre, sin inmutarse por el enojo de su hijo.
—Bill me gusta padre, pienso ir en serio con él, así que no te metas en esto —respondió el chico, pasando una mano por su barba, con gesto de cansancio.
—No te estoy prohibiendo que te guste, Tom. El muchacho es una lindura, pero es tu cliente. Si quieres seguir con él, debes renunciar a su caso —afirmó, mirando directamente al menor.
James sabía que Tom era bisexual, lo supo desde que él mismo se lo contó, cuando cursaba la universidad. No se oponía a sus relaciones, siempre y cuando recibiera un reporte de sus guardaespaldas y se asegurara de que la pareja de turno, no fuera a dañar la imagen pública de su hijo, en esa dura profesión. No es que no le preocupara la vida afectiva de su hijo, pero Tom ya le había demostrado que no aceptaría sus consejos cuando se tratara de sus parejas, o de las veces en que terminaba con el corazón roto, así que no se desgastaba en eso.
ESTÁS LEYENDO
Real Heroes (Tokio Hotel, Twc)
Fiksi PenggemarResumen: Un bebé llega inesperadamente a Bill, alterando todo, pero a la vez llenado su vida de amor y ternura. Sin embargo, para conservar legalmente a la niña, necesitará más que solo buenas intenciones. ¿Podrá Tom, su abogado, ayudarlo en esta ta...