Capitulo 68

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"Deberías ir a la casa de Brunilda y deshacer las maletas primero. Les diré a los demás que estás aquí".

La Bruja Escarlata se dirigió hacia el pueblo para encontrar a los demás e informarles de la llegada de la Capitana Marvel, dejando a dicha heroína y a Spider-Man solos. Los dos regresaron juntos a la casa de la Reina de Asgard para que ella pudiera desempacar sus cosas.

"Es un lugar muy bonito el que tienen aquí", dijo la heroína con poderes cósmicos, admirando el patio delantero de la encantadora casa de dos pisos.

Spidey sacó una llave y abrió la puerta principal. Una vez que la puerta estuvo abierta, Goose entró corriendo primero y rápidamente comenzó a explorar la casa. "Algunos de los asgardianos son arquitectos y carpinteros realmente talentosos. Es una lástima que su hogar original haya sido destruido... los edificios en Asgard eran increíbles de ver".

"Apuesto a que sí. Ojalá hubiera podido visitar ese lugar al menos una vez".

"Tengo algunas fotografías de Asgard que tomé con mi cámara cuando María, Wanda y yo fuimos a visitarla. Puedes echarles un vistazo más tarde si quieres".

Carol asintió mientras entraba en la habitación de invitados en la que se alojaría. "Sería genial. Gracias".

Peter sonrió. "No hay problema. ¿Necesitas ayuda con algo?"

—No, estaré bien. Lo único que tengo aquí son algunas prendas y algo de comida que María y Mónica me prepararon para llevar.

Abrió su bolso y sacó algo de su ropa. Dobló cada prenda y las colocó en una pila ordenada sobre las almohadas de su cama. Peter se sentó en el sillón junto al escritorio y esperó pacientemente a que ella terminara de desempacar.

-Entonces, ¿cómo están Mónica y María?

"Están bien. María disfruta de su vida jubilada. Su hija vuelve a cuidarla cuando está de licencia en la Fuerza Aérea".

La joven Araña levantó una ceja curiosa. "¿Mónica es piloto?"

"Sí, desde que se graduó de la escuela secundaria", dijo Carol, sonriendo con cariño al pensar en su sobrina sustituta. "Es difícil creer cuánto ha crecido Mónica en los últimos veinte años".

"Así que ella siguió los pasos de ti y de María".

"Creo que más en la de su madre que en la mía. No estuve allí para verla crecer".

Había un dejo de triste amargura en su voz cuando dijo eso. Carol lamentaba profundamente haber perdido tantos años de la vida de su amiga más antigua y de su hija. Sus deberes como guardiana de la paz galáctica pueden haberla mantenido ocupada, pero podría haber sacado algo de tiempo para visitarlas al menos una vez en las últimas dos décadas.

Peter se acercó a Carol en silencio y la abrazó por detrás. "Tal vez... pero no creo que Mónica te lo tenga en cuenta. De lo contrario, ella y su madre no te habrían dado la bienvenida con tanta facilidad".

Sus labios se curvaron en una pequeña sonrisa mientras se relajaba en el abrazo de Peter. Eran casi de la misma altura, ella era solo unos centímetros más alta. Aun así, parecían encajar perfectamente el uno con el otro.

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