As The World falls Down

Capitulo 006

Welcome to the Jungle - Guns N' Roses

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El viaje hasta allí fue tranquilo, sobre todo porque Berlin se desconectó de todas las conversaciones que tenían los niños, que seguían susurrando detrás de ella. Billy seguía poniendo la música a todo volumen en el coche y a berlin todavía le dolía la cabeza.

Steve se había despertado, se estaba quejando con los niños, sobre cómo incluimos a billy en este problema.

—Aquí, aquí mismo —dijo Max, porque ella era la única lo suficientemente valiente como para decirle algo a Billy.

El coche se detuvo de golpe y Berlin salió a tientas del coche primero, empujando el asiento hacia arriba para que todos pudieran salir. Dustin se quejó del peso de Lucas, pero se calmaron después de ir al maletero.

Steve aun con golpes en la cara y tambaleando camino y tomo tu bate.

—Escuchen, todos tendrán que escucharme cuando bajemos, ¿de acuerdo? —preguntó Steve, y los niños dejaron de moverse mientras lo miraban—. ¿De acuerdo? ¿Me darán un sí o un no?

—Sí —suspiró Dustin, puso las gafas y el pañuelo en las manos de Steve y observó cómo los niños se preparaban.

Dustin me dio gafas y un pañuelo igual, saque de mi bolso el arma de antes.

—No vas a bajar allí —dijo Billy mientras cerraba la puerta de golpe. Estaba mirando a Max.

—Eso es una tontería, voy a caer con ellos —espetó Max, poniéndose de pie mientras Billy se acercaba a ella.

—No vas a bajar ahí, joder, y es una orden, ¿entiendes, Maxine? —Billy alzó la voz, pero Max no pareció dar marcha atrás por la forma en que ella lo miraba—. No voy a dejar que bajes a ese maldito agujero de mierda que hay ahí abajo y que ese maldito perro te mate antes. Si mueres, yo muero, y no lo digo a la ligera.

Berlin no tenía ni idea de por qué Billy se mostraba tan dramático, pero supuso que tenía sentido. Billy estaba allí para encontrar a su hermana de todos modos. Max puso los ojos en blanco.

— Voy a bajar allí, no me importa si mueres — dijo, colocando el par de gafas extra en la mano de su hermanastro. — Puedes unirte a nosotros o irte a casa, no me importas ahora mismo, Billy.

Los ojos de Billy se abrieron de par en par con rabia, Berlín podía verlo en su rostro, pero Max ya se había alejado con una lata de gasolina en sus manos. Steve lo miró a los ojos de repente y se encogió de hombros, poniéndose las gafas.

— Ella tiene razón, puedes quedarte y esperar, o irte a casa — dijo Berlín y Dustin apareció de delante del auto.

— En realidad, no puede — dijo, y Billy caminó hacia el frente de su auto.

— ¿Qué carajo le estás haciendo a mi auto?

— Es sólo para ayudarnos a subir — dijo Dustin, mientras ataba la cuerda gruesa alrededor del parachoques del auto. — Necesitamos algo que nos sostenga cuando tengamos que salir.

Dustin se levantó y siguió al resto de sus amigos. Berlin se cubrió la boca con el pañuelo, se lo ató a la cabeza y suspiró. Berlin sabía lo que pasaría una vez que bajaran allí.

Steve se giró y le sonrió tratando de calmarla.

Cuando Berlín sintió el olor a colonia que Billy siempre usaba y se acercó a él. —¿Qué estás haciendo? —preguntó, con la mano extendida sobre el pecho de Billy para evitar que cayera—. No sabes lo que hay ahí abajo, es...