Cuando caminaba hacia el estudio siempre me llegaban ideas raras, por ejemplo, cuando Shoyo me dijo que había tenido un mal día y que había hecho la casa un basurero andante, eso me hizo crear miles de teorías tontas sobre lo que pudo haber pasado pero claro, ninguna tenía sentido.
ᶻz 𝐃𝐨𝐧'𝐭 𝐟𝐨𝐫𝐠𝐞𝐭 𝐦𝐞 ✮⋆˙
Desde que la banda estuvo completa estuvimos ensayando hasta el día en que Kozume Kenma regreso a ver nuestro avances. A veces creía que estaba soñando, todo iba super bien y nuestra primera canción saldría dentro de los próximos cinco días.
La banda era muy unida, a pesar de que Tsukishima era un completo idiota y un pesado, es un buen amigo, cada Viernes salíamos a beber y a cenar algo entre los cuatro, siempre íbamos a un puesto callejero pues siempre tenían un mejor sazón que los demás y los que trabajaba ahí son muy buena onda, a veces por ser clientes frecuentes nos invitan las bebidas.Creo que lo mejor de todo era mi amistad con Shoyo, el me confundía demasiado pero, no de mala manera, ya sabes, me confundía de esa manera en la que incluso dudas de si estabas vivo antes de conocer a tus amigos, creo que eramos almas gemelas pero no romanticamente, ya sabes, almas gemelas como mejores amigos. Aveces hacíamos pijamadas solo el y yo en su casa, veíamos películas y componiamos juntos, eso era lo que más disfrutaba, incluso, me enseñó a pintarme las uñas de una manera que no me manchara todo el dedo en el intento. Cuando las pijamadas eran en mi casa jugábamos con Baraky, ese gato era todo un caso. Habían días en los que Baraky me amaba y me demostraban cariño y otros en los que con solo mirarlo me gruñía pero, con Shoyo nunca era así, creo que es un gato interesado. Me la pasaba bien con Shoyo, aunque el guardaba demasiados secretos de los cuales, yo no era participe. No me molesta tanto, pues son sus cosas y sus problemas, pero, me gustaría que me tuviera confianza como para hablar cada que lo veía mal pero claro, siempre me decía que estaba bien y que solo estaba cansado. ¿Qué se le puede hacer?
Estaba revisando mis correos telefónicos y encontré unos de Shoyo.
Kags! Salgamos
A donde?
Eso no importa, solo demos una vuelta, comamos helado o algo!
Ehh
Vamos, será divertido!
Ok. Voy por ti en 10-15 minutos
Oki doki!
Bueno, ahora tenia planes para la tarde y una preocupación en ver que me pondría. Al final opte por unos pantalones holgados de color azul como decolorado, no sabría decir el nombre pero, me gustaba, lo acompañe con una playera blanca sin mangas y un cinturón blanco al estilo "vaquero". Bien, pasaría por Shoyo en mi moto. Tome los dos cascos qué tenía, que, por cierto, tuve que comprar el segundo porque a menudo salía con Shoyo y era un poco inseguro qué fuera por ahí sin casco subido en una moto, sobre todo porque tenía ideas locas y que seguramente en una de esas se estaría matando.
Llegué a la puerta de su casa y antes de poder tocar la puerta él ya la había abierto.
—¡Kags!
—Shoyo. Vamonos de una vez.—Le extendí su casco y el me hizo un puchero.
—¡No me lo pondré! ¡Me gusta sentir el aire en mi cara!
—Entonces puedes irte caminando.—dije abrochado mi casco y acomodando el casco de mi amigo sobre su pequeña y estúpida cabeza.—Vamos.
Me hizo un puchero antes de subirse a la moto, ugh, que complicado podía llegar a ser este chico.Íbamos disfrutando del viaje, apreciabamos cada mínima cosa que se nos cruzaba en frente sobre todo Shoyo. Nos estacionamos en un estacionamiento público que en realidad era un simple terreno. Estábamos en el centro de la ciudad, que, era uno de los lugares más lindos visualmente pues, tenía grandes parques y malls qué podrías explorar con facilidad. Shoyo bajo inquieto de la moto y me apresuraba a hacer lo mismo, rápidamente se quito el caso y espero a que me quitara el mío para correr a entregarlo a los que cuidaban los vehículos, también entrego las llaves y nos dieron nuestro boleto de estacionamiento.
—¡Vamos Kags!
—¿Por qué tanta prisa?—dije un poco agotado, si bien no había hecho nada en todo el día, tener a shoyo cerca se sentía como si no hubiese dormido en toda la noche y hubiera corrido por toda la ciudad. Él era demasiada energía para mi, se sentía como si fuese un remolino.
—Bueno, quiero ir a la feria de la ciudad—me miro dulcemente qué creí me iba a derretir—contigo.—agrego y tomo de mi muñeca para empezar a caminar aumentar el paso y terminar corriendo.
— ¡Shoyo! —dije entre risas, no había corrido tanto en años. Me sentía vivo al lado de él.Creo que...
Shoyo es mi melodía favorita.Llegamos a la dichosa feria en cuestión de minutos, lo primero que hicimos fue buscar un puesto de comida y claro, como era costumbre vaciar toda mi billetera.
— Kags, no podemos gastarnos todo tu dinero aquí.
— Guau... ¡Por fin dices algo coherente!
— Qué tonto, es obvio que necesitamos dinero para los juegos de la feria — osea que igual iba a gastarse todo mi dinero sin importar que, vaya. No puedo negar que su comentario me dio risa, claro, una leve risa salió de mi pero, ¿que más se le puede hacer?
Comimos un par de brochetas y Shoyo tiro de mi muñeca hasta llevarme a un juego de pistolas, de esos en lo que ganabas dinero si rompías las botellas de un balazo. No ganaríamos ni una mierda.
— ¡Kags, deberías intentar!
—¿Y por qué yo?
—Porque de los dos tu tienes cara de tener puntería, yo, la verdad es que no.
—Bueno, si. Tu tienes cara de idiota.
—¿Así nos llevamos? Vale.—pidió para jugará derribar las botellas, estuve a punto de decirle que el ganaba pero, esto sería divertido.—Mira y aprende.
—¿Aprender que? ¿A como perder en un juego tan sencillo? Vale, miraré con atención.
—Qué pesado, esta bien. Yo mismo te cerraré la boca.
—Admitiste que tu puntería era horrible, dudo que lo hagas.
El rodo los ojos y me mostró su lengua en señal de burla, enojo, berrinche y todo lo que puedas relacionar con aquello. Acto seguido, empezó a derribar botella tras botellas, cada una hasta acumular al rededor de mil yenes.
—¿Qué carajos Shoyo?
—Lo sé, soy un buen tirador—se encogió de hombros mientras que el señor del puesto reía y recogía el dinero para otrogarselo. Shoyo dio las gracias e inmediatamente se dirigió al puesto de regalos.—¡No te quedes atrás bakayama!
—¡¿Cómo me haz dicho, mandarina enana?!—fui tras él, siempre parecía un niño cuando Shoyo me rodeaba, realmente era mi mejor amigo y estoy seguro de que si Shoyo fuera una chica yo estaría profundamente enamorado de él.
—¡Mira kags!—me mostró unos collares que iban a juego, el sol y la luna. A decir verdad, siempre he pensado que Shoyo era como el sol; radiante, cálido, amable y sonriente. Y claro, yo era más como la luna, ya sabes, introvertido, reservado y un poco callado pero, eso podía variar.—Te obsequio el de la luna, pues, eres como ella.
—¿Solitaria y Triste?—dije bromeando.
—¡No! Eres como la luna en su belleza y en la paz y tranquilidad que transmite...—él pequeño hizo una pausa y me dedico una sonrisa tan calida que juro que hizo ver los días de verano fríos.—Eres la persona que me da paz, Tobio.<<¿Soy quien le da paz?>>
Me entregó el de la luna y el se puso el del sol, yo copie lo que hizo y también me puse el mío.
Tal vez no necesitaba de una chica, tal vez solo necesitaba de él.
De Shoyo.
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Don't Forget Me 'Kagehina'
Romance"El mio aún late, ¿el tuyo?" Nuestro destino fue cruzarnos, encontrarnos y amarnos, lastima que no tuvimos un felices para siempre.