ⵌ﹒ 06 ﹕

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Conocer gente es algo bueno, pero hay algo que es incluso mejor que conocer su nombre ¿Qué es aquello?

Conocer cada detalle de ellos; saber sus gustos, sus ambiciones, como piensa, a que aspira...
Querer conocer a alguien de esa manera es muy especial, pues, esa persona debe captar toda tu atención, y a la vez, querer conocerte y abrirse a ti como tu deseas que el se abra, claro, a veces es difícil de lograr.
Pero cuando lo logras, no hay mejor sentimiento que la satisfacción de poder conocer a alguien especial para ti. Y, valga la redundancia pero, conocerlo a él, fue encantador para mi.

ᶻz 𝐃𝐨𝐧'𝐭 𝐟𝐨𝐫𝐠𝐞𝐭 𝐦𝐞 ✮⋆˙

Shoyo Hinata era la persona más extraña que había conocido, siempre hablaba y hablaba por horas sin importarle algo, y eso llamaba mi atención. ¿Cómo era posible eso? La gente no suele hablar mucho conmigo porque creen que soy mala compañía al ser tan aburrido y que no vale la pena contarme siquiera algo que nos intresara a los dos; tal vez por eso me costo encontrar trabajo. Bueno, lo admito. Soy una persona complicada, no lo dice la gente, lo digo yo, lo digo porque me conozco. He estado solo por suficiente tiempo como para notar que cuando estoy rodeado de personas suele ser bastante callado y eso incluso me harta a mi mismo.

Shoyo es lo contrario.

La gente ama estar alrededor de él, porque el es como el sol, cálido y único. Nunca habrá otra estrella tan grande como el sol, y, cuando este se apague también apagara planetas al rededor de él.

Si, es la comparación más extraña que he hecho pero a la vez, la más real. Conocerlo a él me abrió muchas más puertas que nunca me hubiera atrevido a abrir por mi cuenta, si, el me inspira a mucho y más, creo que él es la mejor persona que jamás he conocido. En serio valoro su amistad.

Pero últimamente el actúa raro al rededor de mi y se pone peor cada que le hablo de la chica que me presento mi hermana,— Alissa Haiba—cuando le hablo de ella y de algo que hicimos o que me molesto al estar con ella, suele retorcer los ojos y voltear a otro lado, me ignora o cambia de tema tan rápido como puede y, aunque no le hable sobre Alissa me evita y a veces me sonríe —¡¿Qué mierda le pasa?!
—¿A quién?—Miwa me miró desde el otro lado de la habitación, confundida y con una mirada un tanto burlona. Ugh, odiaba ese comportamiento.
—A nadie, déjame solo.
—¿Mi hermanito esta teniendo problemas amorosos? ¡Aww! Eres tan adorable.—me desordeno el cabello y fue hacia la entrada principal de la casa.—Saldré un rato, no hagas nada que ponga en riesgo tu integridad, ni a la casa.
—¡Miwa!—Me levante del sillón como un gato alterado—¡Es mi casa y... ya no soy un niño!
—Si, bueno, ahora me estoy quedando aquí ¿Sabes? Sería una pena que le hicieras algo y tuviera que buscar hospedaje en otro lado.
—Jaja, ¡me causas tanta risa!—dije sarcásticamente y ella solo me lanzó un beso y salió de MI casa. —Qué molesta...
Trate de volver a mis pensamientos y tratar de hundirme entre los mismos pero, por culpa de la interrupción de mi fantástica hermana, ya no me era posible. Suspire y camine hacia la entrada de la casa y salí dando un portazo, no tenía claro hacia donde iba, pero sabía que iría por un café y le llevaría uno a Shoyo, si, iría a su casa con el café y podríamos pasar tiempo, no va a tener forma de evitarme. Bueno, entonces la ruta era clara, pasar por la cafetería favorita de Shoyo comprar un latte de caramelo y un americano para mi y, claro,  llevarlo a su casa. Era un excelente plan.

Al cabo de una media hora, llegue a casa de Shoyo, toque a la puerta y un extrañamente arreglado Shoyo abrió; traía un chaleco de traje negro, camisa de manga larga y bien fajada, una corbata negra y porsupuesto, los pantalones del traje negro.
Se sorprendió al verme yo no sabia si reírme o entregarle las cosas e irme ¿por qué? Porque por alguna razón, me puse tan nervioso qué ni siquiera yo sabía que hacer, no sabia porque estaba nervioso quiero decir, ya lo había visto así antes...bueno, no. ¡Ya se! Solo es porque tenía un rato que no lo veía... bueno, claro, dejando de lado que lo veía todos los días en el estudio...
—Kageyama... ¡que sorpresa!...
—Te traje café.— se lo entregué y di media vuelta para volver a mi casa pero, el me detuvo.
—¿Por qué no pasas?
Volteé a verlo y sonreí burlonamente—¿Puedo?
Rodo lo ojos y me jalo del brazo hasta su casa, si, su casa seguía oliendo a café y a... ¿perfume de mujer?
—¿Tienes invitados Shoyo?
—Ah... bueno...
—¿Quién?—Estábamos entrando y a penas pregunte y me arrastro a fuera nuevamente. —¿Shoyo?
—Mira, es complicado ¿vale?
—¿Por qué es complicado?
—¡Ugh! De verdad, no preguntes más.
—Entonces explícame qué es lo que pasa...
Shoyo suspiro y puso una mueca de preocupación, me miró triste y sentí que quería abrazarlo y no lo sé...—Shou...
—Mis padres están adentro, por favor, esto es importante... no digas cosas innecesarias, no hables sobre la banda u el gato que compartimos, di que me conociste en una firma de abogados ¿Ok?
—¿Esta bien?...
De nuevo, me arrastro hasta su casa y antes de entrar suspiro y me soltó la muñeca, entre primero él y luego yo. Al entrar, una mujer no alta, de pelo castaño claro y ojos avellana nos recibió en la entrada.
—Shoyo, tardaste demasiado. Tu padre y yo estábamos hablando sobre esta nueva firma que conocimos y que creemos-...—hizo una pausa al verme, me barrio con la mirada y luego, volvió a hablar.—¿Quién es tu amigo, cariño?
—Ah, mamá él es Kageyama, es un colega del trabajo...—trago saliva—llego de improvisto. —Me hizo un gesto para que me presentará.
—Ah, un gusto señora. Soy Tobio Kageyama de la firma de abogados en la que trabaja Shoyo, traje café para discutir sobre un caso que tenemos compartido, lamentablemente no sabia que usted estaría aquí y solo traje para él y para mi.
—Mmm... —me miro mal y rodo los ojos—¿Acaso eres pobre?
—¡Mamá!—me sorprendí ante tales palabras, shoyo salio a la defensiva, yo estaba boquiabierto.
—No tienes por qué molestarte, cariño. Tu eh, amigo—hizo un gesto de asco al verme, ¡maldita señora!—no tiene un porte elegante, trae una camisa guanga y pantalones baggy guangos... ¡Incluso podría decir que es rockero!—se rió ante eso, yo estaba furioso. ¡Claro que soy rockero! No entiendo porque Shoyo me pidió hacer algo tan ridículo como esto pero, supongo que le seguiré la corriente...
—Señora, solo visto esto porque es fin de semana y quería estar cómodo, no veo motivos para reírse de mi apariencia...
—¡Es una broma tesoro! Adelante por favor.
Al entrar estaba el papá de Shoyo sentado en el sofá, recargado viendo un debate político, era un señor alto con el pelo del mismo color que shoyo, solo que... menos alborotado. Shoyo se veía incómodo con ellos de por medio, salude a su padre, al cual se le notaba en la mirada que me despreciaba al igual que su esposa.
Nos sentamos en la mesa del comedor, la señora me miró picaramente y me pregunto—¿Tienes novia?
—¿yo?—pregunte tímidamente.
—Si, tu. ¿O también eres uno de esos gays?
Shoyo bajo la mirada y jugueteo con sus dedos bajo la mesa, claro que lo note, su familia era un asco.
—Bueno, no tengo novia como tal pero, estoy quedando con una modelo super guapa.
—Jaja—se rió el papá entrando a la conversación, me sentía muy lejos de Shoyo.—Deberías enseñarle un poco de coqueteos y demás a mi hijo, a su edad ya debería de estar saliendo con alguien al igual que tu.
—Si, bueno... Shoyo.—estaba buscando la manera de salir de ahí y poder hablar con él.—No olvides que quedamos en ir a mi casa entre la señorita Yachi y Shimizuo para discutir sobre el caso que debemos resolver.
—¡Ah! Es verdad... gracias por recordarme.
—¿Ya te vas tan rápido, hijo? ¡Pero si acabas de llegar! ¿Les parece si los acompañamos?—su madre era persistente.
—Oh, señora, me encantaría que nos acompañe pero, debido a política de privacidad abogado-cliente, esta prohibido que alguien externo al caso se entrometa, claro, con todo respeto.—Me levante de la mesa y me acerque a Shoyo mientras su madre me veía con mala cara, bueno, ¿cuando no lo había hecho en toda la bendita tarde?—Shoyo, deberíamos irnos, sería de maleducados qué ellas llegarán y yo, como anfitrión, no este en casa para recibirlas, además de que, te recuerdo ira la señorita Yachi—Bromee con Shoyo para hacer creer a sus padres que él y la señorita yachi estaban viéndose.—Lo bueno es que ya estas arreglado, ya sabes, a las mujeres les gusta cuando te arreglas...
Sus padres nos miraban incrédulos, ¿que podía decir? Era un buen actor. Shoyo asintió y se despidió de sus padres, él era muy formal a pesar de que eran de su familia...
Caminamos hasta un puente que tenia una vista maravillosa, amaba pasar por ese lugar, se veían los edificios y el agua que había debajo... se sentía como un sueño, sobre todo cuando era de noche.
—¡Al fin libre!—grito shoyo.
Solo me reí, no sabia si debía preguntar.
—Ahora entiendo porque eres tan callado cuando hablan de la familia.
—Si... gracias por sacarme de ahí.
—Vayamos a mi casa.. Baraky te extraña.
—Solo porque Baraky me extraña.—yo también te extraño, Shoyo.
Llegamos a mi casa cuando anochecio, ese día no llevaba mi moto, por eso tardamos de más.
—Kags...
—¿Si?
—¿No dijiste que tú hermana estaría en tu casa?
—Me aviso que se quedaría en casa de sus amigas esta noche.—¡Mierda! Tengo que hacer que Miwa salga. Tome mi telefono y le escribi.

Miwa, llevare a mi novia, sal de la casa si no quieres escucharnos tener sexo intenso toda la noche.

Que? Ok, no quiero explicaciones, igual aún no había llegado y tampoco tengo intenciones de llegar.

Gracias.

Jódete Tobio.

Si, con cuidado al llegar a no se, abajo del puente.

Guarde el teléfono, me aguante la risa y abrí la puerta de mi casa, hubiera sido un problema si Miwa ya hubiera llegado.
—Adelante, Shoyo.
El paso, se quito los zapatos y fue a buscar a Baraky. Eso fue rápido. Regreso con el gato entre sus brazos.
—Shoyo.—el hizo un gesto de que estaba escuchando mientras acariciaba al gato.—no te ofendas pero, te ves ridículo en traje. —me reí demasiado.
—¡Al menos tengo la decencia de arreglarme!—bajo al gato al suelo, se acercó a mí y se puso de puntillas, creo que se quería ver intimidante.
—¡Uy que miedo!—dije sarcásticamente en forma de burla. Hizo un puchero como si fuera un niño chiquito y se metió a mi cuarto.—¿Qué haras?
—¡Me pondré tu ropa!
—¡Bien! ¡Siempre y cuando no te pongas otro ridículo traje!
—¡Solo estas celoso de que a mi se me marca el culo exageradamente! Y.. ¡Me veo más sexy que tu!—grito desde mi habitación, yo me estaba aguantando la risa.
Pasaron unas horas y estábamos acurrucados en mi cama viendo lilo y stitch. No quise tocar más el tema de sus padres, solo, extrañaba pasar tiempo con mi mejor amigo...

 No quise tocar más el tema de sus padres, solo, extrañaba pasar tiempo con mi mejor amigo

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⏰ Última actualización: Oct 12 ⏰

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