My Boss is a Vampire!

Capítulo #11 "Mi Jefe es un Insoportable"

Capítulo #11 "Mi Jefe es un Insoportable"

Los últimos días de noviembre fueron un poco lentos en la empresa, pero ya es diciembre y el espíritu navideño invade a todo Seattle junto con la fría nieve... Todo queda cubierto con delicadeza y blancura. ¡Es hermoso!

Siempre he amado la Navidad, desde niña. Hasta que papá nos abandonó, las fiestas no volvieron a ser las mismas. Mamá trabajaba arduamente y yo trataba de no decaer por ella. Voy de camino a la empresa y los villancicos llenan la radio del taxi.

El gran edificio está decorado con adornos rojos y dorados, y luces blancas. Me encamino hacia los ascensores y le doy los buenos días a la chica pelirroja, e impresionantemente me los responde muy sonriente.

Llego a la última planta, la única que no está adornada. Parece ser que el Presidente odia las festividades. Voy rumbo a mi escritorio, son las ocho de la mañana y necesito ponerme al corriente. Últimamente no estamos tan ocupados, pero las llamadas han estado a rebosar con invitaciones para eventos de la época. Los apunto en la agenda, mi Jefe aún no ha llegado y decido ir por un chocolate caliente.

Cuando estoy de vuelta no transcurren ni cinco segundos cuando se abren las puertas del ascensor y me topo con su mirada. Parece molesto... Como siempre. Lleva un traje azul marino con camisa negra, un Rolex que brilla en su muñeca, y su cabello oscuro está despeinado como es habitual. Camina directamente hacia su despacho sin prestar palabra.

-¡Buenos días, Señor!–recibo de respuesta un portazo–.

¡Es que será...! Tranquila Cara, me repito mentalmente. Dejo la bebida caliente en mi escritorio y tomo la agenda. Suspiro y me encamino hacia la cueva del Vampiro/Tirano de mi Jefe. Toco y abro la puerta sin esperar respuesta. Está sentado en su escritorio de espaldas a mí.

-Perdone mi intromisión, pero necesito su confirmación para algunas reuniones sociales.

-Umm...–gruñe–.

Paciencia... ¡Es lo que necesito con este hombre! Apenas está comenzando diciembre y ya está de malas. Prosigo con la agenda y me olvido de su pésima actitud.

-Mañana será la fiesta del Departamento de Diseño, el diez hay una cena a beneficio del Hospital Oncológico en el Hotel "Bring Night", el catorce hay un evento navideño aquí en la compañía, la fiesta en el "Salón Royal" que será el dieciocho, y el veintiuno...

-¡No asistiré!–dice furioso, interrumpiéndome–. ¿Quién demonios decidió que necesitamos eventos navideños o celebrar la Navidad?–volteándose y prendiendo un cigarrillo–.

Suspiro. Mientras que todo el mundo se emociona cada vez más por la Navidad, mi Jefe se comporta más amargado e irritante por ella. Estas fiestas no tienen ningún carácter religioso, pero parece ser que son malas para él.

Camina hacia mí y agarra la agenda, la hojea y resopla.

-¿Una fiesta el veinticuatro? ¿A qué idiota se le ocurrió eso?

-Es de caridad, la organizo el Banco Nacional... Y por supuesto, el Vicepresidente, el Presidente de la Corporación y usted deberán asistir.

-¡No quiero!–refunfuña y le da una calada al cigarrillo–.

Ya veo... Se comporta como un niño caprichoso. Por estas mismas razones es que no se le veía en las reuniones sociales durante este mes. ¡Pero este año será diferente! Yo soy su secretaria y es mi trabajo encargarme de su bienestar. Son reuniones sin ninguna razón religiosa, son más de carácter social. Aunque aquella noche cuando bebió de mi sangre, nunca le había visto tan débil.