My Boss is a Vampire!

Capítulo #3 "Mi Jefe es... ¡un Vampiro!

Capítulo #3 "Mi Jefe es... ¡un Vampiro!

Los días transcurren con mucho trabajo en la empresa, y los horarios de mi Jefe cambian constantemente. Estoy sentada en mi escritorio transcribiendo un documento cuando la puerta de su oficina se abre repentinamente causándome un sobresalto.

-Voy a salir–me dice con frialdad–.

Asiento desde mi silla, tomo su maletín y las carpetas.

-Regreso más tarde, pero si termina su trabajo puede ir a casa–pasando frente a mi escritorio–.

Está muy ocupado y es imposible ajustar su horario de un día entero. Tiene mucho que hacer, tanto que su agenda se encuentra constantemente cambiando. A eso se le suma, que tiene que quedarse hasta tarde en la noche porque está en reuniones fuera de la empresa durante el día. Aunque, lo que me sorprende es que continúe encontrando tiempo para sus encuentros con mujeres, odio admitirlo, pero eso es...

-Un milagro. ¿Cómo consigue hacerlo?–susurro–.

-¿Dijo algo, señorita Greace?–se gira para observarme, y yo enseguida me sonrojo por la vergüenza–.

-Nada, Señor...

Lo sigo hasta el vestíbulo y observo como todas las mujeres de la empresa se quedan atontadas observándolo y susurrando; sobretodo, la pelirroja que me observa verde de la envidia. Pongo los ojos en blanco, ¿qué tiene de emocionante verlo? Bueno, admito que es fascinante y que ha cambiado un poco mi manera de pensar de él. Pero nada más...

Veo como se coloca guantes y gafas en el vestíbulo, su chófer se acerca a la entrada con una gran sombrilla negra y le abre la puerta del BMW negro último modelo, y le espera con tranquilidad junto a él. Al parecer los rumores de su alergia a la luz solar son ciertos. Le sigo hacia la acera y le doy sus pertenencias.

-Señorita Greace, le deje las disposiciones para los regalos de mis amigas, ¿cierto?–girándose para observarme mientras sostiene la puerta del auto–.

-Ujum...–asiento–.

Eso suena gracioso, ¿acaso los amigos sostienen relaciones "sexuales salvajes"? ¿Por qué diablos estoy pensando en mi Jefe y en el "sexo salvaje"? Será mejor que no lleve más allá mi imaginación.

-Les han gustado mucho–me dice con recelo, sacándome de mis pensamientos–.Sé que le dije que escogiera algo adecuado, pero usted acertó un 100% con todos los regalos. ¿Cómo lo hizo?

Me observa con interés a través de sus gafas, pero eso no me tranquiliza.

-Verifique los recibos de sus compras anteriores, de los últimos dos años para ser específica–respondo ignorando su mirada–.Al parecer, usted es quien escogía los regalos personalmente para las señoritas. De allí pude deducir sus gustos y desde luego he estado atenta para que ningún regalo se repita. ¿Hay algún problema, Señor? ¿Acaso cometí algún error?–pregunto ansiosa–.

-Sí, tengo un problema–me responde con seriedad–.Si continua así no podré evitar tener una secretaria sin gracia–se monta en el auto y baja la ventanilla–.

-¿Gracias?–respondo, sin saber si es un halago o una queja–.

-¡Ah, y otra cosa!–me señala con el dedo índice desde su asiento–. ¡Tenga al menos la decencia de quitarse esos lentes y utilizar lentes de contacto!

Ahí vamos de nuevo... El cuento de nunca acabar. Criticando mi imagen.

-Lo siento, Señor Blúmer. Pero me temo que los lentes de contacto no son adecuados para mi–sonrió con amabilidad fingida–.