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Después de una noche llena de emociones y pensamientos, Nasiens y Percival se levantaron temprano, listos para continuar su viaje hacia el reino de Liones. La mañana era fresca, y el cielo se teñía de colores cálidos mientras el sol comenzaba a elevarse en el horizonte.

-Nasiens, ¿dormiste bien?- preguntó Percival mientras se estiraba y recogía sus pertenencias.

-Ah, sí... más o menos- respondió Nasiens, aún un poco nervioso por la cercanía de la noche anterior.

-¡Genial! ¡Hoy veremos a Anne y Donny!- dijo Percival con entusiasmo.

Ambos amigos se pusieron en marcha, dejando el pequeño pueblo detrás de ellos. El camino a Liones estaba lleno de paisajes hermosos, con verdes colinas y flores silvestres que decoraban el camino. Mientras caminaban, la conversación fluía de manera natural, aunque a veces Nasiens se perdía en sus pensamientos sobre Percival.

Después de unas horas de viaje, finalmente llegaron a las puertas del reino de Liones. La majestuosa ciudadela se alzaba ante ellos, con sus imponentes murallas y torres que parecían tocar el cielo.

-¡Ahí está! ¡Liones!- exclamó Percival, con una mezcla de emoción y nostalgia.

-Sí, es impresionante- dijo Nasiens, tratando de mantener la calma.

Los guardias en la entrada los reconocieron de inmediato y les permitieron el paso. A medida que avanzaban por las calles bulliciosas de la ciudad, los ciudadanos los saludaban con sonrisas y gestos amistosos.

-Vamos al castillo. Estoy seguro de que Anne y Donny estarán allí- sugirió Percival.

El castillo de Meliodas y Elizabeth era aún más impresionante de cerca. Las puertas se abrieron para ellos, y los dos amigos fueron recibidos por los sirvientes del castillo. Uno de ellos los guió a la terraza donde Elizabeth y meliodas los esperaban.

-vaya, vaya, vaya, lo que dijo King era sierto, percival a vuelto ala vida.

-señor meliodas es un gusto volver a verlo. Dijeron los dos amigos.

-Bueno esperen aquí un momento. Dijo el pelirubio.

-dos amigos venian acercándose.

-¡Percival! ¡Nasiens!- exclamó Donny, corriendo hacia ellos con los brazos abiertos.

-¡Anne! ¡Donny!- Percival respondió con la misma energía, abrazando a su amigo.

-Nos alegra mucho verlos- dijo Donny, sonriendo cálidamente.

Pero nasiens se dio cuanta de algo.

-Anne por que no estás feliz. Pregunto el castaño.

Percival se dio cuenta de eso y camino hacia ella.

-Ann encerio lo siento.

-por que te fuiste, sabes lo triste que estábamos por acá.

-me podrías perdonar. Dijo percival.

-ño. Le respondio la pelo azul.

-y a esta qué le pasa. Dijo donny mientras veía la escena.

-bueno eso no importa.

¡QUE!! -

percival corrió hacia nasiens.

-muéstrales, muéstrales.

-qué, que cosa.

Y Estonces nasiens desmostro qué podía volar.

-pero como!!. Gritaron anne y donny.

-Nasiens resultó ser hijo del rey hada y la reina gigante.

-Wow. Dijo anne

Después de explicarles todo a anne y a donny, todos se sentaron en una gran mesa, donde se les ofreció comida y bebida. La conversación fluyó de inmediato, poniéndose al día sobre sus aventuras y los desafíos que habían enfrentado.

-¿Cómo han estado ustedes?- preguntó Percival, masticando un trozo de pan.

-Hemos estado bien. El reino ha estado en paz, aunque siempre hay pequeñas aventuras aquí y allá- respondió Anne.

-Sí, y hemos estado entrenando mucho. Queremos estar listos para cualquier cosa- añadió Donny.

Nasiens observaba a sus amigos, sintiéndose agradecido por tenerlos en su vida. Aunque la cercanía con Percival aún lo ponía nervioso, la calidez y la camaradería del grupo lo hacían sentir en casa.

-¿Y ustedes? ¿Alguna aventura reciente?- preguntó Anne, mirando a Percival y Nasiens.

-Bueno, estuvimos en el bosque del rey hada y luego... tuvimos algunas experiencias interesantes- respondió Percival, intercambiando una mirada significativa con Nasiens, quien se sonrojó ligeramente.

La tarde pasó rápidamente, llena de risas, historias y planes para el futuro.

Con la noche cayendo sobre el reino de Liones, los amigos se retiraron a sus habitaciones, listos para descansar y prepararse para las aventuras que el futuro les deparaba. Nasiens, aunque aún nervioso, se sintió más tranquilo sabiendo que tenía a sus amigos a su lado, y que juntos, podrían enfrentar cualquier desafío que se les presentara.















DISCULPEN LAS FALTAS DE ORTOGRAFÍA.

Mi dama de blancoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora