Capítulo 2 ~ Ser mestiza no parece ser tan malo

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>> Jessica <<

En la semana mi mamá me había traído mis cosas, claro, sólo me hacía dicho que no hiciera un desastre y me acabó diciendo que mis calificaciones no fueron tan malas como de costumbre, omití decirle que subí las calificaciones para obtener una beca y asistir a la universidad, bueno, la única universidad que me aceptó y que tenía la carrera que no me gustaba pero si a mis padres.

-así que... ¿Entonces no eran imaginaciones mías cuando veía monstruos seguirme?- pregunte viendo a mi mamá.

-no- dijo y espere a que siguiera -lo dije para que no investigaras o leyeras más- espere a ver si me decía "lo siento por haberte hecho creer que estabas loca" pero sólo me vio -¿que?

-nada- dije y estiré un poco mi cuello -entonces mamá, he... ¿Te veré después por aquí?- me vio sin entender -cuando vengas a recogerme.

-ah si- dijo asintiendo -si no puedo, va a venir Eunice- asentí y ella asintió.

Se fue sin decir algo más y yo sólo entre de nuevo al campamento, pensé que mamá me diría algo como que no hiciera un desastre o que me extrañaría, pero no fue así, al llegar a la cabaña 3, Percy no estaba, vi el horario que mi hermano tenía pegado en una de las paredes de la cabaña.

Según el horario, Percy tenía clases de arquería y yo igual pero me excuso por la llegada de mamá y porque trajo una maleta con mis cosas, así que empecé a acomodar mis cosas en el armario y dejé la maleta guardada, sonreí un poco al ver mis libros y me pregunté si también mi mamá sabía o no acerca de que mi dislexia era algo que tenía que ver con mi condición de mestiza, pero rápidamente me dije que no, que ella no sabía, si mi mamá hubiera sabido, no creo que de saber, ella me hubiera traumado a base de golpes a propósito en la primaria por confundir las letras y por no poder leer en público porque las palabras y oraciones se desmadraban. Respiré hondo y dejé los libros en la mesita de noche, me llegó un mensaje de mi hermana diciendo que ocuparía parte de mi habitación por algunas cosas.

Chiron había dicho que tratara de no usar siempre mi celular porque la tecnología atraía a los monstruos y ya que era hija de Poseidón, pues tal vez los atraería más que de costumbre, así que trataría de no usarlo, lo dejé en la mesita de noche y me senté en mi litera, la cabaña era linda y acogedora, se notaba que Percy hasta hace unos días había sido la única persona en vivir aquí, me había contado de Tyson, pero por lo que entendí, Tyson a veces venía a verlo pero casi siempre estaba con nuestro padre.

(...)

Las clases de arquería se me daban fatal.

-no te preocupes por eso- dijo Luna, una de las hijas de Apollo que era instructora y la vi -tu hermano también es fatal en arquería- sonrió un poco y asentí -pero no eres así de mala, así que supongo que puedes mejorar.

Volví a tomar una flecha y cuando apunté, Luna me acomodó para hacerlo, dejé ir la flecha y esta vez atinó en la liana... Pero no en la mía, sino en una que estaba como en quince metros a la derecha.

Pronto los demás campistas al ver que era mi turno de lanzar una flecha corrieron a esconderse o tirarse al suelo y sentí vergüenza por eso.

La siguiente clase fue griego antiguo con Annabeth, la novia de Percy, le entendí bien y me agrado la clase, claro, yo me senté sola porque había algunas campistas que al verme sólo se sentaron lejos de mi y otros que se alejaban como si yo fuera la peste, cuando la clase acabó, todos salieron con rapidez.

-vaya, es lo más rápido que he visto que se han ido- dijo la voz de Annabeth confusa -¿Leo habrá inventado algo nuevo?

Yo me negué a creer que era cosa mía, es decir, a ellos no los conocía, no imaginaba que fueran igual que mis compañeros de primaria y secundaria, ¿o si?, sólo atiné a ver a Annabeth y ella me vio con calma.

Y entonces... Aquí estoy (Jason Todd)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora