Incluye contenido +18, lenguaje antisonante, infidelidad implicada, Maau pasivo, Late activo.
La parte pasada entra en esta, aunque solo se vea una referencia.
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Eran las 2:34 de la madrugada en casa de Puvlo, apenas habían terminado la "pequeña reunión" que según iban a utilizar para grabar algún video. Algo obvio que se vio venir era el hecho de que no iban a hacer nada más que emborracharse y disfrutar la noche juntos.Cada uno iba a algún lugar de esta casa, Pablo Ángel se fue junto a Uriel al cuarto que compartían, algo que dejó confundidos a todos ya que no esperaban esa relación ni en un millón de años; Marco junto a Alexis durmieron en la sala, contando anécdotas chistosas que le habían pasado en su tiempo viviendo en Tijuana mientras el otro solo reía; Eduardo y Sofi estaban en la habitación de Alexis que este muy amablemente le había prestado a la pareja, mientras que maau, quien sufría de una jaqueca desde hace tiempo, se quedó solo en el estudio donde editaban los videos de Puvlo, acostado en el pequeño sillón que tenían ahí.
La casa estaba demasiado tranquila, se escuchaban algunas risas en la sala, algunas otras combinadas con pequeñas discusiones en tono de broma en la parte de arriba por parte de Pablo y Uriel, pero en donde no se escuchaba ya nada eran en las otras dos habitaciones, donde Sofi estaba dormida junto a Late, quien seguía despierto viendo sus redes; y Maau, quien hacía lo mismo.
A las 3:00am se escuchó demasiado despacio una puerta cerrándose y otra abriéndose, sonido silenciado por los habitantes de esa casa.
-Pensaba que ya no ibas a venir.-
-No quería que Sofi despertara.-
Eduardo al ver lo pequeño que era el espacio en aquel sillón, no hizo más que sentarse en la silla giratoria que había ahí, tratando de hacer el menor ruido posible.
-¿Qué haces ahí, cabrón?- Soltó Mauricio, reincorporándose en aquel sofá, sentándose mientras se tapaba con la manta que le habían prestado antes. Sin mucho tiempo que perder, Late se paro frente a él, agarrando entre ambas manos la cara del otro, observando con detenimiento cada facción que tenía, los lunares que decoraban su rostro y esos bellos ojos que eran su mayor perdición.
No estaba bien lo que le hacía a Sofi, lo tenía demasiado claro, pero aún así no podía dejar a Mauricio, él era todo lo que necesitaba y no sabía hasta que lo probó; también sabía lo injusto, que después de esos años y la confianza que siempre le ha sido dada, fuera a meterse con uno de sus mejores amigos.
-Te amo, Mauricio.
-Te creeré solo esta noche, porque de verdad te necesito.
Seguido de esto, Late se acercó para juntar ambas bocas en un beso tierno, tratando de explicar todo lo que sienten pero que no contarían ni en un millón de años.
-Ven, siéntate arriba de mi.
Luis Eduardo le tomo la mano al otro, sentándose en el sillón y al mismo tiempo guiando a Mauricio encima de él; volviendo a besarse mientras las manos de Lalo empezaban a subir por su espalda debajo de la camisa; dándose un pequeño espacio para respirar y así ambos quitarse la camisa.
El más alto empezó a dejar un rastro de besos por el cuello mientras recorría el abdomen del otro, descendiendo hasta quedar en el elástico de sus bóxers, jugando un poco con la paciencia de ambos.
-Pinche Late, ya cógeme, a la verga.
-Ya casi papu, no te desesperes.
Empezó a descender sus manos por debajo de la ropa de Maau, terminando por desvestirlo; sentía su corazón a mil por hora, sabia que tal vez sus amigos podrían entrar o hasta su propia novia, pero nada de eso le importaba ahora que estaba nada de poder tocar la piel desnuda de su amante.
Una vez teniendo a Mauricio desnudo arriba de él, Luis empezó a besarlo con pasión, como si su vida dependiera de ello mientras buscaba en sus bolsas del pijama el lubricante; encontrándolo y aplicándolo sin perder el tiempo en sus dedos y la entrada del otro.
Guió su dedo corazón al ano del más chico, empezando a entrar delicadamente en él, sacándole un gemido debido a la intromisión; tratando de distraerlo de aquella incomodidad, le iba repartiendo besos húmedos y calientes por el cuello, intentando no dejar alguna marca visible para que en la mañana siguiente preguntaran que había pasado.
Después de unos cuantos minutos, los tres dedos de Eduardo estaban dentro de la entrada de Mauricio, jugueteando con ella, dando pequeñas embestidas con estos, sacándole uno que otro gemido al chico que intentaba silenciarlos a tal manera que no se escuchara a través de las paredes. Una vez que el ano de Maau estuviera lo suficientemente dilatado saco sus dedos de ahí; intentando ponerse el condón que traía en su cartera, Late empezó a besarlo apasionadamente, imaginándose una vida al lado de su amante, una vida en donde no ocultaba todo lo que sentía en su interior y solo podrían ser ellos dos.
-Ya voy a entrar, Mauricio.
-Solo hazlo y cállate, pendejo.
Independiente del momento en el que estaban, el humor de ambos seguía intacto y eso era lo que él quería, que no importara nada más que ellos mismos y poder ser reales frente al otro; desde su llegada a México Eduardo pensó que el amor de su vida era Sofi, y tal vez lo era pero no en esta vida, lo que él sintió al estar cerca de Mauricio era diferente, era como si estuvieran conectados y sus almas lo supieran.
Entraba despacio en el más bajo, callando el gemido de este con un beso; una vez estando dentro de él y ya acostumbrados a esa sensación, empezó a moverse, arrancándole gemidos de placer en cada estocada que le daba, logrando conectar con su punto G.
Sin poder parar de mover sus caderas, Luis Eduardo miraba fijamente a su acompañante, asombrado y deleitado por la figura de este, sus expresiones, se sentía bendecido por poder ver aquel espectáculo.
Mauricio sentía su orgasmo cerca, no podía evitar cerrar los ojos mientras enterraba las uñas en las piernas del otro, tomando un poco de impulso para el mismo follarse; después de unas cuantas estocadas más fue cuando se vinieron juntos, silenciando su último gemido con un beso apasionado.
Una vez acabado todo, acostados en aquel apretado sillón se miraron a los ojos, tratando de trasmitir todo con una sola sonrisa.
-Tal vez estás harto de escucharlo pero te amo, Mauricio.
-Cállate, pendejo; solo bésame y vete.
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One coin 🗣️
FanficOne shots de la one coin. Son varias ships, ahí vean cuál les gusta más.