La forma más hermosa de suicidarse

34. Promesas

Andy:

¿Tres meses? Me había dicho que eran menos, dos máximos, ¿Pero tres? Esto tiene que ser una jodida broma.

No iba a dejar a mi novio solo por tres meses. ¿Acaso Dylan no recuerda lo peligroso que es este maldito pueblo?

Claro que lo recuerda, lo que pasa es que no le importa una mierda la seguridad de mi novio.

Este pueblo está lleno de peligros.

Aunque analizando a profundidad... sin Dylan y yo rondando por aquí, este pueblo es un 80% más seguro.

Y estoy convencido de que mi hermana se puede encargar de cuidarlo muy bien. Pero aun así, queda el problema de mi madre.

¿Cómo le explico a la misma mujer que me monta dramas enormes por dormir fuera de casa sin avisar, qué me voy durante tres meses sin ninguna explicación lógica que darle?

Fácil, no se puede. Simplemente, huyes y le dejas la agonía de tu regreso al Andy del futuro.

Bien, todo aclarado.

Me voy durante tres meses a cometer actos moralmente inaceptables para la mayoría de las personas, sin decirle nada a mi madre y dejando a mi novio al cuidado absoluto de mi hermana la loca.

Justo como planeaba terminar mi puto día.

Pero bueno, es Dylan quien me pide el favor. Aunque el término pedir no es correcto.

Es mi jefe y tengo una deuda con él, por lo cual tiene todo el derecho de mandarme a hacer cualquier cosa y yo la debo hacer sin cuestionar o protestar.

Pero claro, es básicamente mi hermano, la persona más afín a mí que conozco.

Es fácil encajar con Dylan, misma personalidad, prácticamente mismos principios, vida completamente distinta, pero a la vez similar, todo encaja como un perfecto engranaje.

Pero con Sallow todo es distinto. Tenemos muy pocas cosas en común, casi ninguna. Y aun así, disfruto de su compañía más que nada en el mundo.

Me encanta cuando divaga durante horas sobre la mínima cosa que vio en una de sus series japonesas y de las cuales no entiendo nada. Pero él las explica y narra con tanta pasión y sentimiento que simplemente te quedas ahí.

Estático.

Y la atracción que ejerce la gravedad sobre la tierra se ve muy pequeña comparada con la atracción que ejerce su simple forma de expresarse hacia mi corazón.

Esa diferencia de sentimientos eran los que convertían a Dylan en mi alma gemela amistosa, y a Sallow en mi novio.

Adoraba cada pequeña cosa suya.

Si tuviera que compararlo con algo... sería con el espacio.

Hermoso, atrapante, magnético, enloquecedor...

–¡Tres meses! ¡Pero tú de qué vas! ¿¡Eres gilipollas o algo!?—... tan imbécil.

Tapo su boca antes de que siga insultando a Dylan y la cosa pase de palabras a cuchillos volando perfectamente hacia esa hermosa cabecita que tenía a mi lado.

–Vale, déjame despedirme y recoger mis cosas.

Dylan me mira como si fuera tonto durante unos segundos, para luego levantar uno de sus brazos y enseñarme una maleta.

Mierda.

–Ya está todo recogido. Vamos ya.

Su voz estaba llena de autoridad y puede que un poco de molestia.