Apoyó ambos brazos en el borde de la ventana, observando la tranquila noche estrellada que se encontraba ante ella.
Hacía ya un mes desde que ella y Félix habían terminado. Al principio, había intentado recuperarlo con pequeños detalles, gestos que sabía que a él le gustaban. Pero, para su mala fortuna, nada de eso funcionó. Cuando se dio cuenta de que Félix empezaba a hartarse de sus intentos, decidió tomarse un tiempo para dejar que las aguas se calmaran.
También había llegado a pensar que en ese mes de descanso podría llegar a superarlo, pero ¿cómo superar siete años de relación en tan solo un mes?
Mientras contemplaba el cielo, no pudo evitar preguntarse por qué le había dicho que terminaran si ella lo amaba con toda su vida. El amor que sentía por él era profundo y verdadero, pero en aquel momento, el estrés que estaba pasando no era normal.
"¿Por qué tuve que dejarlo ir?", pensó, sintiendo una punzada de dolor en el pecho. "Él siempre estuvo ahí para mí, pero en el peor momento, lo aparté de mi vida."
Era consciente de que su reacción había sido impulsiva y desmedida, pero en ese momento de caos, no había sabido qué más hacer.
—Lo extraño tanto—susurró al cielo—Si tan solo pudiera retroceder el tiempo y manejar las cosas de otra manera.
Las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas mientras los recuerdos de los momentos felices con Félix invadían su mente. Entre esos recuerdos, uno se destacaba con claridad: el día que se conocieron.
Tenía catorce años y acababa de llegar tarde a la escuela una vez más. Corría por los pasillos, su corazón latiendo con fuerza, preocupada porque si llegaba tarde una vez más, la suspenderían. Entró al aula jadeando, con el rostro rojo y el cabello desordenado, esperando la reprimenda del maestro.
Para su sorpresa, el maestro no estaba solo. A su lado estaba el director junto a un niño nuevo, alguien que Samantha no había visto antes. Era un poco más alto que ella, con el cabello oscuro y una expresión de nerviosismo .
—Samantha Rivera—dijo el director con un tono severo—has llegado tarde de nuevo. Pero, en lugar de suspenderte, te voy a dar una oportunidad. Este es José Francisco Félix, el nuevo alumno. Si lo llevas a recorrer la escuela y le muestras todo, no te suspenderé.
Asintió rápidamente, aliviada por escapar del castigo. Se acercó a Félix y le dio una sonrisa tímida—Hola, soy Samantha. Ven, te mostraré la escuela.
Se limpió las lágrimas rápidamente, tratando de recuperar la compostura. No quería seguir ahogándose en su tristeza. Sin embargo, al intentar distraerse, otro recuerdo emergió con fuerza: el momento en que Félix le pidió que fuera su novia.
Era una noche estrellada de verano, y Félix la había llevado a un lago tranquilo que ambos amaban. El lugar tenía un encanto especial, con su superficie cristalina reflejando las estrellas y la luna llena. Lo había notado actuando de manera extraña todo el día, pero ella no sospechaba nada fuera de lo común.
Llegaron al lago y se sentaron en la orilla, disfrutando del paisaje y de la compañía del otro. De repente, Félix se levantó y le pidió a Samantha que cerrara los ojos. Ella lo hizo, sonriendo con curiosidad.
Cuando abrió los ojos, lo que vio la dejó sin aliento. El lago, normalmente oscuro y tranquilo, estaba iluminado por decenas de linternas flotantes, cada una con una pequeña vela encendida. Las linternas formaban un camino de luz que conducía hacia una pequeña barca decorada con flores y luces. Félix la tomó de la mano y la guió hacia la barca, ayudándola a subir.
Mientras remaban hacia el centro del lago, el cielo nocturno se llenaba de linternas que ascendían lentamente, creando un espectáculo de luz mágico y etéreo. En el centro del lago, rodeados por la suave luz de las linternas, Félix se arrodilló en la barca y sacó una pequeña caja de su bolsillo.
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Te amo ¿Tú me amas? [Riverduccion]
FanfictionSamantha nunca dejará de amar a Félix, su exnovio, así que hará hasta lo imposible para recuperarlo.