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Samantha estaba sentada en el sofá, con una taza de té tibio entre las manos. Ama y Ari reían por algún video en el celular, sentadas a su lado. La castaña intentaba concentrarse en sus risas, pero la sensación de náusea y el dolor persistente en su espalda baja la distraían.

Dejó la taza sobre la mesa, intentando que sus movimientos no delataran su incomodidad. Sin embargo, el leve temblor en sus manos no pasó desapercibido para Ari, quien entrecerró los ojos mientras la observaba.

—¿Estás bien? —preguntó, ladeando la cabeza.

Samantha forzó una sonrisa—Sí, solo un poco cansada. Últimamente no he dormido bien.

Ama giró los ojos hacia ella desde su lugar en el suelo—¿Otra vez? Ya van días que dices lo mismo. Además, estás muy pálida. ¿Segura que no es algo más?

La rubia asintió con firmeza, aunque sabía que sus amigas no eran fáciles de convencer—Es solo el estrés. La universidad me tiene loca, y ustedes saben que no soy buena para dormir cuando estoy nerviosa.

Ari frunció el ceño, claramente no satisfecha con la respuesta—¿Y el dolor? Porque vi cómo te llevaste la mano a la espalda hace un rato.

Samantha apretó los labios, buscando una excusa rápida—Debe ser por cómo estaba sentada. O a lo mejor el colchón, últimamente me ha dolido más la espalda.

—Tú siempre tienes una excusa —dijo Ari, exasperada—. Pero, Samy, en serio, no es normal que te sientas así. ¿Por qué no vas a hacerte un chequeo?

—Porque no hace falta. De verdad, estoy bien —insistió ella, intentando sonar convincente.

Ama y Ari intercambiaron miradas preocupadas, pero no insistieron.

—Bueno, como quieras —respondió Ama, aunque el tono de su voz delataba que no estaba convencida.

Samantha decidió cortar el tema antes de que sus amigas siguieran cuestionándola. Se enderezó en el sofá y, fingiendo entusiasmo, dejó escapar una risita forzada.

—Oigan, ya basta de hablar de mí. Mejor díganme, ¿qué se supone que hago ahora para conquistar a Félix?

Ama arqueó una ceja, como si dudara de su repentino cambio de humor, pero Ari tomó la pregunta al vuelo y sonrió con complicidad.

—Pues... depende. ¿Qué tan desesperada estás? —preguntó la castaña, cruzando las piernas y apoyando

—Pues... depende. ¿Qué tan desesperada estás? —preguntó la castaña, cruzando las piernas y apoyando la barbilla en una mano.

—No estoy desesperada, solo... quiero avanzar. Sentir que estoy logrando algo con él —respondió la rubia, apretando los labios en un intento por parecer casual.

Ari se inclinó hacia adelante con una expresión casi traviesa.

—¿Entonces te interesa saber lo que escuché en los pasillos?

Samantha frunció el ceño, intrigada, mientras Ama rodaba los ojos.

—Ya vas a empezar con tus rumores, Ari.

—No son rumores, es información valiosa —replicó la castaña, alzando una ceja con dramatismo—. Escuché que una chica de un curso más bajo quiere conquistar a Félix.

La rubia sintió cómo su estómago se encogía por la sorpresa—¿Qué? ¿Quién?

—No sé su nombre, pero dicen que siempre lo espera después de clases —Ari hizo una pausa, disfrutando de la atención de sus amigas—. Y, al parecer, es bastante linda.

˗ˏˋ ♡ ˎˊ˗ Te amo ¿Tú me amas? [Riverduccion] ˗ˏˋ ♡ ˎˊ˗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora