˗ˏˋ ♡ ˎˊ˗ Te amo ¿Tú me amas? [Riverduccion] ˗ˏˋ ♡ ˎˊ˗

10

Félix daba vueltas por la sala, mirando el reloj cada dos minutos como si este fuese a moverse más rápido bajo su mirada insistente. Su mamá, lo observaba desde la cocina mientras terminaba de lavar los trastes, negando con la cabeza y dejando escapar una risa ligera.

—¿Qué te pasa, hijo? Pareces gallina en corral ajeno —dijo, secándose las manos con un trapo.

—Nada, ma... solo que... bueno, hoy voy a salir con Samantha —respondió Félix, sin detenerse ni un segundo.

Su madre arqueó una ceja, cruzándose de brazos—¿Y eso te pone así de nervioso? No es la primera vez que salen.

Félix suspiró y se dejó caer en el sillón, apoyando la cabeza en las manos.

—Hoy es diferente, ma. Hoy voy a pedirle que sea mi novia... después del partido de las Chivas.

La mujer sonrió y caminó hacia él, sentándose a su lado—Ah, con razón. Eso explica tus vueltas como trompo.

—Es que... ¿y si no quiere? ¿O si piensa que voy demasiado rápido de nuevo? ¿Y si la riego?

Su madre puso una mano en su hombro, dándole una pequeña sacudida para llamar su atención.

—Mira, hijo, si algo he aprendido en la vida es que cuando una mujer sigue yendo a verte después de todo lo que han pasado, es porque te quiere. Y esa muchacha, Samantha, te quiere. Se le nota en los ojos cuando te mira.

Félix levantó la vista hacia su mamá, intentando calmar el nudo en su estómago—¿De verdad crees que diga que sí?

—Estoy segura. Pero deja de darle tantas vueltas. Si sigues tan tenso, hasta el árbitro de las Chivas va a notar que algo te pasa.

Félix soltó una risa nerviosa, agradecido por la broma—Tienes razón, ma... pero aún así, es Samy. Quiero que sea especial.

Le dio una palmadita en la rodilla antes de levantarse—Hijo, si tú eres sincero y hablas desde el corazón, eso ya lo hace especial. Ahora, deja de estar dando vueltas y pon algo en la tele o vas a desgastar la alfombra.

Félix asintió, aunque sabía que las horas que faltaban hasta el partido y su cita serían una tortura. Pero, al menos, la voz de su mamá había logrado calmarlo... un poco.

Samantha estaba sentada en la mesa del comedor, empujando los trozos de pollo con el tenedor, sin demasiado apetito. Su celular vibró y, al desbloquearlo, vio el mensaje de Félix:

"¿Cómo vas? Ya casi es hora de nuestra salida"

Sonrió débilmente y comenzó a escribir una respuesta.

"Voy bien, pero no sé... me siento un poco mal. Tengo náuseas y me duele la espalda."

La respuesta de Félix llegó casi de inmediato, como si hubiera estado esperando a que le escribiera.

"¿Qué tienes? ¿Estás bien? Si quieres podemos cambiar la salida, no hay problema."

Samantha suspiró. Aunque se sentía incómoda, no quería posponer su cita con él. Había esperado toda la semana para pasar tiempo juntos, y no iba a dejar que unos malestares se interpusieran.

"No, no te preocupes, ya me tomé una pastilla. Seguramente es algo pasajero."

Hubo una pausa antes de que Félix respondiera, y por un momento ella temió que insistiera en cancelar.

"Seguro que estás bien? No quiero que salgas si no te sientes al 100."

"Estoy bien, lo prometo. Solo necesito un rato y estaré como nueva. Además, ya sabes que el plan es importante para mí."