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— ¡Mamá ya me voy! — Grito el Omega rubio poniéndose las zapatillas blancas en la entrada de la casa.

No estaba por llegar tarde, pero salía más temprano de lo normal y apresurado cosa que su progenitora había notado con facilidad, por lo tanto tomo del hombro de su hijo antes de que este saliera por la puerta rápidamente.

Taehyung se encogió de hombros al sentir la pesada mano de ella en el lugar que menos prefiere que le agarren, esa mano estaba muy cerca de su cuello, específicamente en su glándula olfativa y él odiaba que aquello ocurriese.

Era bien sabido que los Omegas son recelosos con las personas que traten de tocar entre su cuello y hombro cerca de donde los Alfas tendrían que morder para hacer un lazo porque justamente allí también se encuentran sus glándulas de olor, en donde su aroma está más fuerte y perceptible.

Quería a su mamá y aunque le tenga cariño por específicamente ser la Beta que le dio luz, no quería decir que aceptaba totalmente que le toque en lugares tan sensibles, mucho menos cuando lo hacía de imprevisto sabiendo que no debía hacerlo.

— Mamá, por favor no me toques allí — Pidió inquieto y comenzando a molestarse porque no quitaba su mano.

Eunha rodo sus ojos fastidiada por la estupidez de su hijo, porque para ella era un berrinche lo que hacía cada vez que le tocaba, podía entender que la naturaleza Omega era diferente a las de los Betas, sin embargo creía que su propio hijo estaba exagerando con eso de los toques en lugares que sólo corresponden a la futura pareja de este tocarlas.

Por favor ella era su madre, la Beta que lo gestó por nueve meses en su vientre y que le dio a luz, quien lo cuido por veinte años y que seguiría cuidando hasta que este pueda ser independiente o encuentre pareja que aunque lo dudaba mucho porque sabía que su hijo era muy tímido y que su parte Omega era raro.

— Estás siendo exagerado nuevamente Taehyung... quiero saber a donde vas con tanta prisa, entras a las ocho y apenas serán las siete y media, ¿te estas viendo con alguien?

La típica interrogación que hacen las madres cuando uno que apenas salía y tenía sus días organizados decidía salir mucho antes ¿verdad? ¿o sólo era a él que le pasaba esto ahora mismo?

— Claro que no, sólo voy a la cafetería que fui el día de la tormenta ¿recuerdas que te conté?, pues iré allí otra vez, quiero volver a comer el pastel de calabaza — Exclama sin total pena sabiendo que podría enviarse.

— Aja, ese pastel que es más delicioso que el que con esmero te preparo casi a diario.

Taehyung sin siquiera importarle lo molesta que se escuchaba su madre, asintió repetidamente viendo la cara de indignada que tenía la mujer mayor en ese momento.

— Sí, ahora me voy. 

Se zafo del agarré que tenía para cruzar lo más rápido que podía la casa y saliendo de ella. Una vez afuera comenzó a correr para no tener que escuchar los gritos de reclamos de su progenitora. Odiaba que sea tan recelosa con ello, a veces era muy asfixiante que lo tratará como un bebé que aún debía cuidar cuando él tenía la edad suficiente para cuidarse sólo.

No necesitaba una madre sobreprotectora que lo único que quería es que su único hijo sé quede con ella toda la jodida vida, cuando él deseaba con fuerza poder encontrar el amor verdadero y formar su familia como lo ha deseado desde hace mucho tiempo.

Como Omega no podía hacer más otra cosa que ser amo de casa, cuidar a los niños y quizás abrir una panaderia que pocos de su jerarquía podían hacer o abrir una cafetería a lo mucho, pero debía tener permiso de tanto de su pareja como del gobierno para hacerlo.

You Are His Obsession  | KOOKTAE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora