Capítulo 11. Fuera de alcance.

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No recuerda en qué momento del trayecto se quedó dormido.
Como un peso muerto sobre los hombros de su amigo Equidna, abriendo los ojos lentamente solo vio el camino de tierra y los zapatos de Knuckles aún caminando, sus brazos colgaban sin esfuerzo y... Chaos, tenía mucho calor. El sol se sentía abrazador sobre su pelaje azul, pero en su mente creía que eso era imposible con el bosque que los rodeaba y las sombras frescas de los árboles y... Un escalofrío estremecedor.

Los pasos se detienen y se escuchan golpes reiterados dentro de lo que parecían ser un viejo molino.

-Este lugar fue abandonado hace muchos años, mi abuelo construyó un nuevo molino más cerca del pueblo.- Explica el niño señalando la puerta principal.- ¡Pero jugando con mis amigos escuchamos ruidos extraños y encontramos el Badnik!

-Debe ser pequeño, para no causar tantos daños.- Dice el Equidna, bajando a Sonic para que se sentara bajo la sombra de un árbol.

Para su sorpresa, el erizo azul está muy callado y tranquilo. Se sienta con la cabeza apoyada en la corteza del árbol y Knuckles se da cuenta que está sudando, la respiración es forzada y sus ojos entrecerrados vidriosos.

-¿Sonic?- El Equidna le habla y por inercia Sonic sonríe.

-Hola.- Saluda con la voz ronca.

Knuckles frunce el ceño, algo está mal y no necesita ser un gran observador para darse cuenta que Sonic está enfermo. Se saca uno de sus guantes y pone sus suaves almohadillas rosadas sobre la frente de Sonic, quien se acerca al toque con los ojos cerrados.

-Tienes fiebre. - Dice el Equidna.

¿Cómo es posible que su saludo se deteriorara tan rápido? Solo habían estado 10 minutos caminando desde la casa de Tails y a pesar de la fiebre, un sudor frío empapaba su pelaje.

-Si, un poco. Hace calor... el sol es tan molesto. - Sonic responde y muy lentamente se pone de pie.

Knuckles aprieta los labios. Era un día muy agradable, las sombras de los árboles mantenían el ambiente fresco. ¿Debía llamar a Tails? Sonic simplemente avanza por su cuenta hasta la entrada del molino, mirando hacia arriba como la madera vieja seguía girando muy lentamente.

-Sonic, quédate atrás.- Knuckles también se acerca al molino, apartando al erizo azul de la puerta. - Solo estorbas en ese estado.

-Deberias hacerle caso a tu amigo rojo, Sonic. Podrías salir herido otra vez gracias a mi.

Las orejas de Sonic se levantan y los ojos de Knuckles se agrandan cuando escuchan la voz de Eggman. Fueron segundos de reacción para que Sonic tomara al niño en sus brazos y saltaran hacia atrás cuando el molino repentinamente es destruido, revelando un gigantesco robot de 6 largos brazos con la forma de un cangrejo.
Sonic apenas logra aterrizar adecuadamente con un gruñido de dolor a causa de su pierna, la cabeza le da vueltas y apenas logra escuchar la advertencia de Knuckles cuando un largo brazo lo ataca, agachándose en el último segundo. El niño corre aterrado hacia el pueblo, ahora solo eran Sonic y Knuckles contra el Badnik. 

-¿Que estás haciendo aquí, huevo? - Knuckles es el primero en atacar, golpeando con su puño el fuerte caparazón del cangrejo, no le causa ningún daño, ni siquiera un rasguño.

-Mi plan era capturar a Tails para robar la esmeralda que trae consigo.- Ríe el doctor, no esta presente, solo es un holograma dentro del Badnik que observa todo con las cámaras en sus dos ojos saltones. - Pero encontré algo mucho más interesante.

La cámara hace zoom al erizo azul, su hocico torcido en un gruñido notorio, pero nota las orejas caídas, sus ojos entrecerrados y el pelaje melocotón de sus mejillas oscurecidos, bajando la observación nota el reforzamiento metálico alrededor de la pierna de Sonic. Eggman sonríe complacido y Knuckles nota la atención del Badnik sobre su amigo azúl.

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⏰ Última actualización: Sep 16 ⏰

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