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Narrador Omnisciente.

-Estoy orgulloso de ti Cerdito.- dijo Kyoujurou abrazando a su hermana.

-Yo también hermanita.- abrazo Senjuro al par.

El trío de hermanos se encontraban festejando la admisión de Jundo al cuerpo de cazadores de demonios. Y además de festejar, socorrer sus heridas, claro que no saldría ilesa.

-¿Y papa?.- pregunto ella.

-El... no ha cambiado de opinión, pero al ver que te convertirás en una gran pilar seguro lo ara- dijo entusiasta el rubio abrazando a su pequeña hermana.

Jundo sin embargo no podía evitar sentirse mal, quería que su padre estuviera orgulloso de ella, su cara y cabeza baja no disimulaba nada su sentir.

-¿Sabes que te admitieron antes que a mi? Cuando entre apenas tenia 17 y...

Jundo se termino sintiendo mejor, Kyo sabia como hacerla sentir mejor, despues de todo ella era su cerdito.

Varias semanas despues de su debut como cazadora se dirigió a una misión improvista. Sin mencionar que casi siempre, por no decir siempre, Kyo la supervisaba a lo lejos, no es que dudara de sus capacidades pero quería asegurarse de que su hermana siguiera con vida.

-Cuark al nordeste, en la sima de la montaña cuark.- dijo el cuervo en la ventana.

-Senjuro, me voy a una misión. Regreso luego.- dijo ella en la posaderas de la casa.-Avísale a papa y a hermano.

-Suerte hermana.

Ella camino por mas tinieblas de la noche en silencio mientras la luz de la luna la abrazaba. El lugar al que debía ir estaba a un día de viaje si no paraba, y como Jundo era alguien exigente con ella misma llego lo mas rapido posible.

Al llegar el pueblo estaba algo concurrido, no tanto, pero algo. A unos metros Jundo sintió la presencia del demonio, era maloliente y nauseabundo. Camino a donde provenía el hedor que se encontraba a metros, allí estaba, un "tipo" gordo y lleno de sangre tenia a una niña en brazos. "Debo ser rápida".

Ella corrió hacia el demonio y desvaino su catana, la empuño dispuesta a atacar.

-Respiración de lava ardiente. ¡Gotas arrasadoras!.- grito.

En un abrir y cerrar de ojos aquel demonio gordo no estaba allí, busco a su alrededor y no se encontraba nada. Una gran brisa corrió por arriba de su cabeza en el techo, volteo en su dirección y observo como una cabeza caía por el techo y la niña era tomada en brazos por una silueta.

-No subestimes la rapidez de un demonio. Menos con una presa en manos.- dijo con un tono seco y serio.

- dijo con un tono seco y serio

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-¿Quien eres?.- dijo ella, pues reconocía que era un cazador. Pero no uno que le haya presentado Kyo. 

-En vez de preocuparte por quien soy deberías entrenar más, ¿Cómo eres una cazadora si subestimas a un demonio?.

Espera Un Poco, Un Poquito Mas. (Inosukextu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora