Bad Romance - Jotakak

Capítulo 7

"Ha ido bien", dijo Kakyoin mientras salían de la escuela, con el aire cálido y el cielo de un suave tinte naranja y morado. Jotaro asintió, con un cigarrillo colgando de sus labios. Hoy era el día ideal. Ha podido ver a Hachiro (todavía le resultaba antinatural decir su nombre real) retorcerse como un insecto, ha proferido un par de insultos y amenazas, ha visto a Kakyoin lanzar una amenaza de muerte inquietantemente específica, ¡y lo ha besado! Todo en una hora.

Después de todo su enfrentamiento, decidieron no hacer la limpieza (fue idea de Kakyoin, y Jotaro le adoraba por ello).

Pasaron por delante del banco en el que siempre se sentaban después de toda una tarde de limpieza. Si Jotaro tenía que ser sincero, le parecía un poco antinatural irse tan temprano. Si seguían caminando, llegarían a la estación de metro. Pero él no quería irse, todavía no.

Kakyoin suspiró con fuerza. "No quiero irme a casa todavía. Deberíamos ir a algún sitio".

¡Exactamente lo que estaba pensando! "Pero no tenemos dinero". señaló Jotaro, para su decepción. Kakyoin dejó de caminar, dedicándole a Jotaro una sonrisa maliciosa.

"No tenemos dinero. Pero nuestro presidente del consejo favorito sí", sostenía una cartera marrón entre los dedos. Jotaro reprimió el impulso de volver a besar a Kakyoin, y en su lugar le dedicó una sonrisa cómplice.

"¿Ahora robas? Tal vez si soy tan mala influencia".

Kakyoin soltó una risita, abrió la cartera y hojeó los billetes que contenía. "Nunca robaría a nadie, pero a veces hay que repartir el karma".

"¿Cuánto dinero tiene?" preguntó Jotaro, notando que la cartera era notablemente gruesa.

"¥13,552."

¿Qué demonios hacía con tanto dinero? Con una cartera tan llena, prácticamente está rogando que le roben un puñado de delincuentes.

"Aunque no deberíamos gastarlo todo".

Jotaro gruñó en señal de acuerdo. Por muy mierda que fuera ese tal Hachiro, gastarse todo su dinero sería demasiado cruel. Simplemente considerará el dinero que gasten como un interés añadido o algo así.

"Hmm... Nuestro presupuesto debería ser de 5.552 yenes. Eso debería ser suficiente para nosotros". Kakyoin sacó varios billetes de la cartera antes de guardarla a buen recaudo en su bolsillo. "Entonces, ¿a dónde?"

"Pastel", fue lo primero que se le ocurrió a Jotaro. La idea de comer tiramisú, o cualquier cosa que saliera de aquella cafetería, era una de las únicas cosas en las que podía pensar desde que Kakyoin le llevó allí. (También está toda la situación que ocurrió con Kakyoin dándole de comer, pero Jotaro secretamente quería que volviera a ocurrir).

"Suena bien". Kakyoin asintió con la cabeza, acercándose a Jotaro mientras caminaban por la acera hacia la estación de metro.

━━━━━━━━━━━━

Jotaro se acomodó en la silla de madera, con un plato de gelatina de café en la mano. Kakyoin, que estaba sentado a su lado, ya había elegido qué tipo de pastel quería comer cuando entraron en la tienda y se lo estaba comiendo mientras hojeaba una revista que descansaba sobre la mesa.

Jotaro dio un mordisco a la gelatina que había comprado. Había elegido un postre con el que estaba familiarizado, teniendo en cuenta la cantidad de manjares que sonaban extranjeros que tenía la cafetería y que el tiramisú aún se estaba preparando.

"¿Qué tal está?" preguntó Jotaro, mirando el postre de la tarta de Kakyoin.

"Delicioso, como siempre. ¿Te apetece un bocado?" Kakyoin le ofreció el plato de tarta. Jotaro, ligeramente decepcionado de que Kakyoin no fuera a darle de comer otra vez (y teniendo demasiado orgullo para pedirle que lo hiciera) tomó un bocado.