Capítulo 25

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Narra Michael

Carola: Entonces...,puedes quedarte aquí, sin problema. *dijo mirándome mientras sonreía*

-¿De verdad, Caro? *dije mirándola fijamente *¿No tienes problema con ello?

Carola: Si..., ninguno.

-Vale, entonces acepto quedarme aquí, de verdad muchas gracias. *dije sonriendo*

Carola:  Bueno.... tal parece que tampoco traes más ropa, ¿Quieres que te preste una pijama para que así te des un baño y vayamos a descansar?

Me imagino cómo me vería en una pijama de Caro, reí en mi interior, muero por verla de nuevo en esa pijama de pollitos que vestía en la mañana.

-Ohh.. pero...¿Tienes una para prestarme? No creo que me queden tus pijamas, jaja.

Carola: Es que no te voy a prestar una mía, Michael, te puedo dar una de Chris.

-¿De Chris?, ah, él deja su ropa aquí. *dije susurrando*

Carola: Sí, bueno, su ropa siempre está aquí, jaja.

-¿Eh?

Carola: Chris vive aquí, vivimos juntos, Mike. *dijo sonriendo*

¿Escucharon eso? Fue mi corazón rompiéndose en mil pedazos por segunda vez en el año, vivían juntos, Carola y su novio VIVÍAN JUNTOS, esto es más serio de lo que creía, él puede verla en esas lindas pijamas todos los días, disfrutando de un desayuno a su lado, admirando como cocina mientras los rayos del sol que entran por su ventana llegan directo a sus ojos color marrón alumbrándolos causando grandes destellos, él es quien puede besarla cada que se le antoje, dormir con ella y mil cosas más.

-Ah, ya veo, entonces... ¿Estás segura de que puedo quedarme a dormir? No quiero que tengas problemas con él, Caro.

Carola: No pasa nada, él no está, se fue de viaje por el trabajo, así que no te preocupes.

Después de eso, nos dirigimos al cuarto de visitas en donde me hospedaría, Carola me entregó una pijama color negro, me indicó en dónde estaba cada una de las cosas que necesitaba para bañarme y finalmente salió de la habitación.

Al salir de la ducha, sequé cuidadosamente mi cabello mientras me observaba en el espejo que se encontraba frente a la cama, tomé mi teléfono y envié un mensaje a Bill informándole que me quedaría en casa de Carola, tomé la toalla con la que me había secado para ir a colgarla en el perchero que se encontraba en la pared fuera de la habitación, tal como me había dicho.

Abrí la puerta, cruzando miradas con esa chica que ahora portaba una pijama color blanco con corazones rojos, sonreímos mutuamente y ambos colgamos las toallas al mismo tiempo.

-Gracias por permitir que me quede esta noche, Caro.

Carola: No es nada. *dijo sonriendo *

-Pasé un gran día, me encantó. *dije sonriendo*

Carola: A mí también... , mmm, bueno, ahora si me disculpas, me voy a dormir, me siento muy cansada, descansa, Michael. *dijo asomándose desde el marco de la puerta de su cuarto*

-Descansa, Caro, lindos sueños.

Narra Carola

Después de cerrar la puerta, fui directo a mi cama, hice a un lado las cobijas y me metí en ella quedando boca arriba.
Era momento de hacer un recuento de todo lo que había pasado en el día, y... ¡Dios mío! ¿Pero qué he hecho?.
Estuve a punto de besar a Michael......, sentí tanta tensión en ese momento que me cegué y no pensé en lo demás.
Y ahora también lo tengo durmiendo en MI casa, a unos cuantos metros de MI cuarto.
Jamás me imaginé que esto pasaría, nunca cruzó por mi cabeza la idea de volver a ver a la primera persona de la que me enamoré profundamente. Y la verdad es que por alguna extraña razón me hubiera gustado que aquel beso que estuvo a punto de ocurrir, se hubiera consumado.

Un amor inexplicable Donde viven las historias. Descúbrelo ahora