𝆺𝅥 𝆭 ▭ֹ𓏤▭ׅ𝆺𝅥 𝆭 Ɓυsςλπdσ Ƥгιπςιρεs 𝆭 ▭ֹ𓏤▭ׅ𝆺𝅥 𝆭

│✧ Cap 19 ︿︿︿︿︿ • • .

Yeji volvió a los minutos a la cabaña, donde Jeongin, con una amplia sonrisa, la esperaba para avisarle que irían de picnic al lago. Decidieron aprovechar los últimos días juntos antes de que ella tuviera que irse, ambos con sus propias metas: ella, convencerlo de volver, y él, pedirle que se quedara. Jeongin había planeado una cita especial en el lago, un lugar tranquilo y hermoso donde podían disfrutar de las montañas al inicio de la primavera y de la compañía del otro.

Llegaron al lago, donde el agua reflejaba los colores del amanecer, creando un paisaje de ensueño. Jeongin extendió una manta sobre la hierba y sacó una cesta de picnic llena de delicias que había preparado con un poco de rapidez.

—Este lugar es hermoso, Jeongin.
—No tanto como tú.
—Me encantas.
—No puedo creer aún que estemos aquí juntos.
—Debo confesar que lo imaginé una vez.
—Yo un par de veces.
—Me gustaría que este momento durara para siempre.
—A mí también.

Pasaron la mañana conversando, riendo y disfrutando de la comida, pero la noche se acercaba y camino de vuelta seria difícil.

—Creo que deberíamos volver antes de que el sol se oculte.
—Está bien.
—Le caes bien a Trueno.
—A mí también me gustas, Trueno, ja.

El paseo fue un lindo recuerdo para mí. Espero poder convencer a Jeongin de volver al reino, pero ¿qué pasará si no lo logro? ¿Y si nos separamos y no nos volvemos a ver? Acabamos de comenzar algo bonito y no quiero que termine pronto. Cuando estábamos cerca del pueblo, un olor a humo y las cenizas en el cielo nos hicieron ir más rápido. Al llegar, todos corrían para ayudar. Me bajé de Trueno y corrí a la cabaña. Ryeo nos dijo que unas casas se estaban incendiando y que fue provocado por alguien.

—Iré a ayudar.
—Iré contigo.
—No.
—No, princesa.
—Por favor, quédate adentro.
—Jeongin, quiero ayudar.
—Será mejor que se quede, princesa. No se preocupe, cuidaré del príncipe.
—Por favor, tengan cuidado.

El humo nos hacía difícil ver cuando estábamos más cerca. Ryeo se puso a llevar las mangueras más cerca del fuego. Vi a Félix también ayudando. En cuanto me vio, corrió hacia mí preocupado. Era la primera vez que algo de esta magnitud sucedía aquí, así que no estábamos preparados a gran escala. El fuego se propagó a cuatro casas, pero nos dijeron que fue provocado. ¿Pero por quién? ¿Quién se atrevería a dañar al pueblo?

—Príncipe, por favor, no se acerque tanto.
—Ryeo, estás herido.
—No se preocupe, es una pequeña quemadura.
—Llevaré a los heridos a la sala con el doctor.
—En cuanto termine, iré con Yeji.
—Está bien, cuídate, Ryeo.

Después de varias horas intensas, logramos apagar las llamas. Algunos resultaron con heridas al acercarse al fuego a rescatar a las personas dentro. Solo hubo un niño con heridas graves, pero está al cuidado del doctor. Mi hermano estaba bien, así que fue a su casa para no preocupar a su esposa. Yo me dirigía a la cabaña cuando vi a Ryeo correr hacia mí.

—¿Qué sucede?
—Yeji, ella no está.
—¿Cómo que no está?
—La casa está desordenada.
—¿Qué?

Corrí adentro. Vi los muebles, algunos tirados, había platos rotos. ¿Y Yeji? Corrí por todos los lugares, pero ni rastro. Hasta que, al levantar las cortinas, vi un poco de sangre. Mi corazón se aceleró de miedo. ¿Qué carajos estaba pasando? ¿Dónde estaba ella? La preocupación y la desesperación se adueñaron de mí. Félix estaba en la entrada hablando con Ryeo.

—Ya me enteré.
—¿Qué le pasó, hermano? ¿Dónde está?
—No te preocupes, la encontraremos.
—Creo que sé quién fue.
—¿Quién?
—Chae se ausentó desde ayer y Lia se percató de que la daga familiar no está. Dijo que notó muy rara estos días a su hermana.
—Maldición, si le hace daño, no me lo perdonaré.
—No es tu culpa, Jeongin.
—Príncipe, iré a buscarla en el bosque.
—Iré a revisar en los alrededores.
—Yo iré a las colinas.