Capítulo 20| Los robots

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La señorita Hertz estaba hablando y juro que la intento escuchar lo que dice pero es que solo veo su boca moverse.

Cuando se acaba la clase y salgo al pasillo, una mano agarra mi brazo, me doy la vuelta y veo a Lorenzo.

—Que.

—¿Qué? ¿Cómo que qué? Llevo llamándote toda la semana.

—¿Y?— Pregunto indiferente.

Se que el no se acuerda de nada por las vueltas al pasado pero ha sido un imbécil en mayúsculas.

—¿Me puedes decir qué te pasa?— Pregunta y yo intento soltarme de su agarre sin conseguir nada.

—Me estás haciendo daño.— Aviso.

—No te suelto hasta que respondas. ¿Qué te pasa?

—Suéltame.— Respondo intentando liberar mi brazo por segunda vez y me agarra más fuerte.

—Responde.

—Te ha dicho que la sueltes.— Escucho a Ulrich detrás de mí.

—No sabía que necesitabas guardaespaldas.— Dice sin mirar a Ulrich.

—Y no lo necesito. Ignorarte era la forma más educada que he encontrado para hacerte entender que no quiero hablar contigo, pero mira que eres insistente.

Me suelta el brazo. —Te tenía por alguien con más personalidad.

El día que la población mundial descubra que soy capaz de tomar mis propias decisiones podré morir en paz. 

—Yo te tenía por alguien con más neuronas.

—¿La princesita quiere que un príncipe azul la salve?— Se burla mirando a Ulrich.

—Si quisiera un sapo estaría contigo.— Le contesta gracioso, haciendo que entre ellos se acorten las distancias.

No soy partidaria de la violencia, así que me puse en medio de los dos.

—Salvatore ¿todo bien?— Me asusta Jim.

—Sí, Jim.

—Pues venga, al gimnasio.

Ulrich y yo vamos al gimnasio mientras que Fiore toma el camino contrario.

—Como XANA ataque y tenga que tener otra vez esta conversación te juro que me tiro al mar digital.

—Mejor le tiramos a el.— Dice y reímos. —No tenias que haberte puesto en medio.

—Y tú no tenias que haberte metido.

—No iba a dejar que te hable así.— Dice y me quedo callada porque diga lo que diga va a saber que no es la primera vez. —¿Ya te ha hablado así antes?

—No.

—¿Por qué no has dicho nada?

—Se lo conté a Yumi.— Digo y me para.

—Se que estos días no hemos estado en los mejores términos pero no quiero perder la confianza que teníamos.

—Y no la vamos a perder, no te lo conté porque se que no te cae bien y quería evitar algo como esto.

—Se que te puedes defender sola pero esta bien que el sepa que no estás sola, por lo que sea.— Dice y le entiendo.

—De todas maneras un puñetazo si lo tendría merecido.

Cuando llegamos al gimnasio Jeremy y Herb iban empatados a 4.

—¿Dónde estabais?— Pregunta Odd.

—No encontraba mi móvil— Respondo y Odd asiente.

Código Lyoko y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora