La graduación de segundo de bachillerato por fin había llegado. Despues de la selectividad ya podíamos disfrutar de la fiesta como Dios mandaba.
Tras mucho esfuerzo pude obtener la nota requerida para poder estudiar Psicología, además tuve la suerte de conseguir una beca para poder hacer mis estudios en una universidad de Londres.
Pero bueno, dejemos eso a un lado. Esta noche era la graduación y aunque no tenía muchas ganas de ir, la verdad que no podía perderme la ocasión de ponerme guapa y lucirme delante de mis compañeros.
Sobre todo de él, Fermín. Aquel rubio, el graciosillo de la clase. Siempre nos habíamos llevado bien, pero nunca habíamos tenido una relación rollo mejores amigos ni nada más. Él me contaba sobre sus líos amorosos y yo como una tonta le escuchaba ilusionada porque algún día sea de mi quien hable .
Fuí a la peluquería con mi madre y luego en casa me maquillé y me vestí.
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La verdad que me sentía guapísima y me había subido un montón el autoestima.
Después de terminar de arreglarme ya nos fuimos para el colegio, donde todos mis compañeros estaban allí. Me despedí de mi familia y me fui con mis amigas, las cuales me alagaron y me dijeron que estaba preciosa.
Busqué al rubio con la mirada y me lo encontré con sus hermanos pequeños haciéndose una foto y jugando con ellos. La verdad que estaba monísimo.
Teníamos que entrar ya al salón de actos donde se celebraría el acto. Cuando entré alguien me cogió de la cintura y me dijo al oído.
-Pero que guapa te has puesto ¿no?
Fermín estaba a mi lado. Intenté ocultar el nerviosismo que tenía por la cercanía del rubio.
-Siempre voy guapa.
- Eso ya lo sé Adrianita.
Me dejó un beso en el pelo y se fue con sus amigos de clase. Aquella acción me había dejado algo descolocada. A veces en clase, al compartir mesa me daba algún que otro abrazo o incluso me pegaba de coña, pero algo así no. Nos fuimos mis amigas y yo hacia nuestros asientos que teníamos asignados y esperamos a que el acto comenzase. Había algo de nervios, sobre todo porque yo tenía que leer el discurso de graduación, que tanto tiempo y esfuerzo me había costado escribir.
Los maestros dieron paso a la graduación, leyéndonos un discurso sobre nuestro paso por el centro y algunas anécdotas vividas allí, como excursiones, fiestas y sobre todo las discusiones que habíamos tenido en clase, que pocas no eran.
Tras esto, los alumnos de letras subieron al escenario para que les pusieran las bandas y procedieron a leer su discurso, que fue bastante divertido.
Ya nos tocaba a los de ciencias, y los presentadores comenzaron a llamarnos uno a uno. Fue mi turno y cuando me subí al escenario me fijé en como Fermín me miraba sonriendo.
Cuando todos mis compañeros subieron al escenario ya era hora de que leyese el discurso, así que me fui hacia el atril y comencé a leer.
-Queridos padres, madres y familiares de los alumnos. Hoy estamos aquí para dar por finalizada una etapa larga, en la que los buenos momentos y malos nos han ido acompañando todos estos años. En primer lugar nos gustaría agradecer a todos los maestros que nos han dado clase, y que además de enseñarnos su asignatura, nos han enseñado valores y nos han formado como persona...
Terminé el discurso algo emocionada, me daba mucha pena separarme de la gente con la que había pasado los últimos años casi todos los dias de la semana. Cuando volví al lado de mis compañeros Fermín me dio un abrazo bien fuerte y me dijo.
-Lo has hecho muy bien Adri.
-Gracias.
Nos pusimos juntos para la foto y una vez que bajamos del escenario ya nos íbamos a ir a cenar al restaurante. En el camino mis padres me decían lo de siempre, que tuviese cuidado, que no me fuese con nadie que no conozca, que les avise de como me va y de que no beba. Siempre con lo mismo, pero al final agradecía de que mis padres se preocupasen de mí.
En la cena nos sentamos en una mesa la gente de letras y en otra la gente de ciencias. A mis lados tenía a mis mejores amigas y en frente se habían puesto los chicos de la clase, no se que le pasaba hoy a Fermín, pero estaba todo el rato cerca de mí y se había sentado enfrente mía.
Estuvimos hablando sobre las universidades donde nos íbamos a ir, algunos se iban a Madrid otros a Barcelona y otros muchos mas lejos, como yo, pero nunca quise decir nada.
- Adri ¿Y tú a donde te vas?
Me quedé callada tras la pregunta de Marc, dudando si decirlo o no. No me gustaba hablar mucho de mí.
-Yo me voy a Londres, me han cogido con una beca.
Mis compañeros se quedaron callados y me miraron. Algunos con cara de sorpresa, pero Fermín puso una cara triste.
- ¿Y por qué tan lejos?
- Joder, si yo pensaba que irme a Madrid ya estaba lejos.
- Pues me han dado esa oportunidad de irme, la universidad a la que voy es la mejor para psicología y gracias a las becas que me han dado por las notas pues puedo irme.
- ¿Y cuando te irás?
Fermín se había puesto serie de repente.
- Pues no sé, supongo que a finales de julio o así. Tengo que ver el campus y donde me voy a ir a quedar. Pero bueno, dejemos ya de hablar de mí por favor. A ver, contadme vosotros...
Mis compañeros empezaron a hablar sobre los destinos que les habían dado y todos estaban super contentos. Fermín por su parte, estaba callado y no hablaba.
Después de la cena, la gente se fue dispersando y unos cuantos nos fuimos de fiesta a una discoteca cercana. Fermín venía con nosotros, pero apenas hablaba o decía algo.
-Fermín.
- Dime.
- Llevas casi toda la cena callado, ¿me puedes decir lo que te pasa?
-¿Quieres que te lo diga? Que se me acaba el tiempo, te vas y yo como un idiota he estado callado durante mucho tiempo.
- ¿Pero que estás diciendo?
- Joder Adri, que llevo mucho tiempo pillado por ti. Que no paro de pensar en como decírtelo y justo hoy me dices que te vas y ya he perdido todas las posibilidades.
- Fermín ¿te estas escuchando? No me voy hasta final de julio y estamos a principio de junio. Además, a mí también me gustas mucho.
- Pues en ese señorita, me parece que voy a besarle.
- Y yo voy a darle el permiso.
Nos besamos y cuando nos separamos nuestros compañeros empezaron a aplaudir y chillarnos que vivan los novios.
Durante la fiesta estuve bailando con mis amigas y con Fermín, el cual estaba mucho mas animado que antes.
Despues de la fiesta Fermín me acompañó hasta mi casa y antes de despedirse me dijo.
-Que sepas que me vas a tener todos los dias hasta que te vayas en mi casa.
Y eso lo cumplió, ni un día faltó en mi casa. Mis padres ya se lo sospechaban al tercer día que Fermín apareció por la puerta de mi casa, y yo era la más contenta de todas.
