Chapter five

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Estaba caminando por las oscuras calles de Chicago hasta llegar a la cuadra en donde estaba la cafetería. Justamente estaban cerrando.

Seguí caminando hasta que alguien me agarró del brazo. Rápidamente me giré y le di una cachetada.

¡Charlotte!— ¿Lucas? ¡era Lucas!

¡Ay perdón!, no sabía que eras tú.— tomé su rostro entre mis frías manos para sobar su mejilla afectada. —Perdóname Lucas, no era mi intención.— él se enderezó y vaya que era alto, o tal vez lo veía alto porque mido 1.57.

No te preocupes Charlotte.— sonrió —¿Por qué estás sola? ¿Sabes que hay mucho peligro cierto?—

Es que la entrenadora me dijo que me quedara ordenando por haber salido un tiempo.

Que mala que es.—

Si, es un poco estricta. ¿Y tú por qué estás aquí?

Estaba cerrando la cafetería.—

Entonces deberías ir a descansar, yo iré a mi casa.

Te acompaño.

No hace falta.— 

No quiero que te pase nada, eres una perla muy brillante para andar sola en las calles de Chicago, corres el gran riesgo de ser robada.—

Eres muy tierno.—

Solo a veces, pero no le digas a nadie.

No tengo a quien decirle.— reí.

Mejor vamos a llevarte a tú casa.

Empezamos a caminar mientras hablábamos de diferentes temas como las frutas, animales, prendas y... el amor.

Hay amores que si duelen Charlotte.

Sufrir por amor es algo tonto.

Solo lo dices porque nunca te haz enamorado.—

Odio ser cursi, odio decirle "Te quiero" a alguien, desde mi punto de vista es algo tercermundista.—

¿Tienes a tú chico ideal? O al menos un modelo que quisieras crear.—

—Pues... la verdad no,  soy una persona que sabe amar bonito, no sé cómo demostrar cariño porque casi nunca lo hago y no tengo un modelo específico ahora mismo.

Entonces puedes empezar a hacerlo, demostar cariño es fácil.—

¿De qué hablas? ¿Como haría eso? ¿Con quién?

Puedes empezar a demostrarle cariño a personas importantes para ti, decirle que los quieres y que es muy lindo tenerlos en tú vida.

Todo lo que acabas de decir siento que si lo digo yo quedaría como un asco total.

No es asqueroso expresarse, es lindo.—

Voy a intentarlo luego.

Unos minutos después ya estaba en mi casa.

Ya me voy.— dijo Lucas mientras revolvía su pelo con su mano. —Ten una linda noche.—

Muchas gracias por acompañarme.— lo abracé a lo que él correspondió. Sus brazos estaban cálidos como un día de verano.

—No es problema, siempre que quieras puedo acompañarte.— dió tres pequeñas palmadas en mi espalda y se separó. —Nos vemos mañana en la mañana.— asentí, él simplemente se alejó y desapareció entre toda la oscuridad.

Unidos por un hilo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora