Unidos por un hilo.

Chapter fourteen

—¡Señor Gonza!.— habló aquella voz que amaba. —Tenía mucho tiempo sin venir.— miré de reojo que estrecharon sus manos.

—Quería venir para algo especial después de tanto tiempo.—

—¿Y qué es tan especial?.— por favor que no diga lo que estoy pensando.

—Mi hijo ya tiene novia y quise traerla aquí, ella dijo que siempre viene a este lugar y quiero que nos des lo que siempre pedimos.—

—Para usted una pasta napolitana y para ella... debo verla para recordar lo que siempre pide.—

—Oye Charlotte mira a Lucas un segundo.— giré mi rostro y lo vi, lo vi directo a los ojos.

—Un emparedado y un batido de fresa, todo listo señor Gonzalo, ya le traigo sus pedidos.— pude notar que no sonreía, era como que no se alegraba de verme.

—¿Siempre pides un emparedado y un batido de fresa?.—

—Si, cuando venía aquí era a desayunar básicamente.—

—¿Ya no vienes a menudo?.—

—No porque siempre que paso por aquí todo está cerrado.—

—Pasas muy temprano supongo.—

—Demasiado.—

—¿Te cae bien Lucas?.—

—Si, me cae bien, lo quiero bastante.—

—Es como un hijo para mi, Diego y él eran amigos desde pequeños.— ¿escuché bien? ¿amigos?.

Tenía entendido que ellos no se conocían ni lo mínimo y ahora resulta que eran amigos.

—¿Enserio eran amigos?.—

—Si ¿Por qué la pregunta?.—

—Por nada... ¿Y por qué ya no lo son?.— pregunté queriendo saber más del tema.

—Cuando Diego tenía trece años lo inscribí en patinaje y se hizo amigo de Lucas a pesar de que era mayor, ellos tuvieron una competencia uno en contra del otro; Lucas terminó ganándole a Diego y él simplemente no aceptó que su amigo lo derrotara, Diego dejó de hablarle a Lucas y Lucas salió del patinaje.—

¿Y por qué se trataban como si no se conocieran?

—Desde entonces Diego le tiene cierta envidia a Lucas por cosas tontas.—

—¿Diego alguna vez le ha hecho daño a Lucas?.—

—Una vez... jugó con situaciones que estaban pasando en la vida de Lucas, él estaba pasando por una situación difícil con su abuela. Lucas es un alma noble, es un niño que sabe hacer las cosas bien y no le gusta pelear.—

—¿Entonces Lucas aguantaba todo eso?.—

—Si, una vez le dije que jugara con Diego también pero se negó, me dijo que no iba a pagar con la misma moneda devaluada, el prefería guardar silencio antes que decir algo que dañara más la amistad.—

—Tenía la esperanza de que iban a volver a ser amigos.—

—Si... después de ese pleito le dije a Diego que si quería hablar con Lucas y lo único que dijo fue ¿Quien es Lucas?. Él solo bloqueó a Lucas de su vida y de su mente.—

—Oh... ¿Por qué no lo trae aquí?.—

—Una vez lo intenté pero salió molesto gritando que quería más a un huérfano que a él, fue una de las veces que tuve una pelea algo fuerte con él.— suspiró, se veía que era algo que le dolía.