𝓛𝓪 𝓮𝓼𝓬𝓾𝓮𝓵𝓪 𝓭𝓮 𝓫𝓪𝓵𝓵𝓮𝓽

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A la mañana siguiente, Enzo dormía en el sofá adolorido de su espalda, no por nada había comprado una cama ortopédica echa a su medida y a sus necesidades.

Abrió sus ojos con molestia acostumbrándose a la luz, inesperadamente una pequeña castaña apareció frente a él vestida con un tutú de ballet y peinada adecuadamente para poder bailar.

–¿Conoces alguna escuela de ballet por aquí? –pregunto ingenua, Enzo por la impresión que le causó se levantó asustado y ambos golpearon frentes, ambos argentinos quejándose por el dolor se miraron con enojó.

–Una qué? Escúchame borrega no tengo tiempo para eso–se levantó del sofá estirando sus músculos, la pequeña lo miro con su ceño fruncido, habían quedado en un trato en la conferencia.

De pronto había música clásica sonando por el departamento, la pequeña había tomado el reproductor de música mientras practicaba giros.

–¿Qué es eso que escuchas? Beethoven? –

–Si! Tengo que comenzar a practicar, por eso necesito ir a una escuela de ballet... además, teníamos un trato–miro a su padre a los ojos, el azabache recordaba lo que había pasado en la prensa, tenía que pagarle con algo.

–Está bien, buscaré alguna cerca, por cierto, ¿no deberías de estar en la escuela? –pregunto acercándose a la cocina para preparar el desayuno, era raro que ella estuviera faltando a su escuela, no estaban en vacaciones y tantos días? ¿Eso no le afectaría?

–Amm..voy a una escuela especial que me da vacaciones en todo enero!–daba giros mientras se acercaba a la cocina.

–Enserio? Pues yo no estoy en vacaciones, a mí me pasa al revés, se acercan las finales y tengo que estar preparado, no puedo tenerte aquí mucho tiempo–colocaba lo ingredientes dentro de la licuadora, la pequeña se acercaba peligrosamente mientras daba sus giros.

–¡Claro que puedes, yo puedo cuidarme sola! Solo déjame aquí dentro o llévame a la escuela de ballet, así no te voy a molestar–

–Olivia deja de dar vueltas! –la observó cerca de él.

–Eh? –la pequeña detuvo sus vueltas, por accidente su brazo encendió la licuadora salpicándolos a ambos y salpicando lo que se encontraba al rededor, cubiertos por huevo y otros ingredientes Enzo enojado cargo a la pequeña y la sentó en un banco.

La acercó a la barra de la cocina y agarró su libreta cubierta por la bebida, la "limpio" dejando una hoja en blanco y con una crayola comenzó a hacer garabatos.

–Sabes lo que significa un plan de juego? –comento rayando la libreta, haciendo círculos y cruces en distintos lugares.

–Oh! ¡Yo conozco eso! Las cruces son abrazos y los círculos son besitos–agrego contenta la menor.

–No! Las cruces son no puedes estar aquí ¿entiendes? Los círculos son donde tú puedes estar, por ejemplo, no puedes estar en la cocina–explico a la pequeña, la bajó del banco y le entrego el cuaderno.

–Ahora ve a bañarte, que tenemos que irnos–caminaba en dirección a su habitación para entrar a su baño privado y bañarse ahí.

La pequeña observó el cuaderno con los garabatos, se sentía triste y culpable, de todas formas, no había nada interesante en la cocina, no había dulces ni comida chatarra.

Dejo su libreta en la barra y bajo del banco, tenía razón Enzo, era mejor bañarse, ese licuado olía horrible.

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~Entrenando a papá~ {Enzulian}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora