𝐸𝓁 𝒶𝒸𝓊𝑒𝓇𝒹𝑜 𝒹𝑒 𝐸𝓃𝓏𝑜

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Enzo se encontraba entrenando con sus amigos y Olivia estaba practicando en su escuela de ballet, a los dos se les veía estar muy felices, Olivia hizo grandes amigas incluyendo a Aime, la ahijada de la Sr. Poggio

Julieta al final terminó aceptando a la castaña, no solo era adorable, también mostraba dedicación y esfuerzo en el baile, cada clase la veía mejorar en alguna postura y eso la hacía sentirse orgullosa de su alumna.

Le había comentado a la menor sobre un baile que se estrenará en unos días, y si practicaba mucho podría estar con ella en el baile y con Aime.

La menor acepto con gusto y prometió dar lo mejor de sí misma para poder lograrlo, se comprometió a aprender la coreografía y participar en lo que hiciera falta.

Mientras tanto Enzo seguía practicando, las finales se acercaban y no había tiempo que perder, tenían que dar lo mejor de ellos también cueste lo que cueste, tenían que ganar, por su ciudad y por ellos mismos, aunque como siempre, Enzo era el principal.

El día seguía y ambos argentinos daban su esfuerzo, al poco tiempo se fue obscureciendo un poco, la pequeña, cansada de esperar a su padre en la escuela se sentó sobre unas escaleras que se encontraban en la entrada.

No tenía por qué salir de la escuela si Enzo no había llegado por ella, fue una regla que le explicó la noche anterior cuando fue a su cuarto, aun así, el azabache se había tardado demasiado.

La pequeña aún recordaba el momento en que entró su padre a su cuarto, por poco descubría la llamada con su tío Lio, pero ella se sentía culpable por no haberle contestado antes o por lo menos mandarle mensajes, aunque sabía que podía ser peligroso ya que su tío siempre es muy chusma y siempre termina sacándole información.

Probablemente la hubiera descubierto y tal vez ya vendría por ella, pero era solo una posibilidad, su tío creía que ella estaba con su "madre" en su viaje a África, su escuela pensaba lo mismo y su "madre" pensaba que estaba en casa con su niñera.

Exacto, su "madre" contrato una niñera para que cuidara de Olivia todos los días, la "madre" de Olivia siempre viajaba y no podía cuidar de la menor, una señora de la tercera edad era su niñera y los ronquidos de ella nunca dejaban dormir a gusto a Olivia.

Quería a la niñera, pero a veces podía ser molestaba enfadosa, aunque no fue difícil de engañarla, es muy ingenua también, Olivia reía por lo bajo al recordar un momento que pasó con su niñera, ambas preparaban cupcakes, y su niñera no estaba muy bien de la vista, en lugar de ponerle azúcar a la mezcla terminaron poniéndole sal.

Olivia decidió acostarse y descansar un poco en las escaleras, Enzo ya había tardado bastante, agarró su celular y observo la hora en este 7:30 pm, ya era tarde, comenzaba a aburrirse y se colocó unos audífonos para escuchar su música.

Una chica, acompañada por una niña, preparaban las cosas para poder salir, tomaron las llaves para cerrar la escuela, pero la mayor se percató de la pequeña, no debía de estar ahí todavía, se acercó preocupada.

–Linda, ¿no deberías de estar ya en tu casa? –pregunto llamando la atención de la castaña que no se había percatado de su presencia.

–Uh?..bueno, Enzo aún no ha llegado por mí, creo que se le olvidó venir–comento algo triste.

La profesora se quedó pensando, no podía dejarla aquí sola ni mucho menos echarla de la escuela, ya tenía el presentimiento de que Enzo era el tipo de padres que lo único que les importa es su ego y su dinero.

–Te parece si te llevo? Puedo llevarte con tu padre linda, vamos no te preocupes–se le ocurrió una idea que Enzo tendría que aceptar, una sonrisa maliciosa se asomaba dentro de ella.

~Entrenando a papá~ {Enzulian}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora