En la Guarida de Caesar Shark, un grupo de científicos de la Tribu del Mar, junto con varios maestros de las artes místicas, trabajaba febrilmente alrededor de algo cubierto por una lona. Caesar Shark, con una mirada penetrante, observaba el resultado de su trabajo.
"Reporte de avances," exigió con voz grave, dirigiéndose a uno de los científicos.
"Hemos tardado más de lo que esperábamos, pero finalmente el Proyecto D-S está completo. Si funciona, podremos crear más como este," respondió el ingeniero con un tono de incertidumbre.
"¿Me garantizas que esto podrá despertar el poder dentro de Liogre y del niño humano?" preguntó Caesar Shark, su voz cargada de amenaza.
"S... sí, señor... bueno," dudó el ingeniero, haciendo que Caesar Shark lo mirara con una expresión asesina. "Es aún un prototipo, pero si funciona, garantizo que podrá liberar el poder."
Caesar Shark se acercó, acorralando al ingeniero contra la pared. "Si no funciona... te juro que serás mi almuerzo," amenazó.
"S... sí, señor," exclamó el ingeniero aterrorizado, mientras los demás observaban con temor.
"¡Inicien el ritual y la infusión de Cyclo-energía!" ordenó Caesar Shark. Los científicos comenzaron a transferir Cyclo-energía, mientras los hechiceros realizaban un hechizo de resurrección. Caesar Shark sonrió al ver cómo lo que habían creado comenzaba a levantarse ante él.
"Bienvenido, Arma 1," dijo con una sonrisa de satisfacción. "Tengo una tarea muy importante para ti..."
Mientras tanto, en el Reino de Gloria, Liogre se encontraba en su despacho real, sellando documentos con el emblema de su reino. Se detuvo en uno y comenzó a reflexionar sobre los eventos recientes. Había pasado casi tres meses desde que conoció a Ryo y presenció la transformación de Mei y Jan Jan en Tai-Li. Aunque se respiraba un aire de paz, no podía dejar de preocuparse por los amigos de Ryo que aún estaban desaparecidos en el Planeta Bestia. Sentía que había fallado, ya que le había prometido a Ryo que los encontraría y los devolvería a casa.
Además, los informes de Landmogul no eran alentadores. Según los reportes, una serie de encapuchados negros habían estado merodeando por todas las tribus. ¿Cómo no había notado su presencia? La culpa lo invadía.
"Liogre..." dijo una voz, pero Liogre la ignoró, perdido en sus pensamientos.
"Debo encontrar una manera de ayudar a ese niño y a sus amigos a regresar a su hogar," pensaba Liogre.
"¡Liogre!" repitió la voz, esta vez con tono irritado, sacando a Liogre de sus pensamientos.
Liogre se sobresaltó y casi dejó caer el sello, que atrapó con ambas manos. Al buscar el origen de la voz, se dio cuenta de que era Golder, quien había venido a verlo.
"Golder, discúlpame, estaba ocupado," dijo Liogre, intentando recobrar la compostura. "¿Cuánto tiempo llevas ahí parado?"
"No mucho," respondió Golder. "Pero tu parecías estar en la luna."
"¿Perdona?" preguntó Liogre confundido.
"Ah, lo siento," dijo Golder riendo. "Es lo que dice el joven Zhao cuando su amigo Ryo se pierde en sus pensamientos. Creo que se me ha pegado un poco su forma de hablar. Los humanos son capaces de cambiar mucho a la gente," añadió Golder con una sonrisa.
"Es verdad..." dijo Liogre, con un tono melancólico y la mirada baja, algo que Golder notó al instante.
"¿Qué te pasa, Liogre?" preguntó Golder con preocupación. "¿Te preocupa algo?"
Liogre, sobresaltado por la pregunta, negó con un gesto evasivo. "No, para nada," respondió, aunque su tono lo traicionaba.
"Sabes que te conozco muy bien desde que éramos jóvenes," dijo Golder con una sonrisa comprensiva. "Y sé que te pones así de melancólico cuando algo te molesta."
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Beast Saga: Tamer Rising
AdventureRyo, un joven de 16 años, y sus amigos son transportados al Planeta Bestia tras un experimento de teletransporte fallido. Separado de sus amigos, Ryo despierta en el Reino de Gloria, donde descubre un vínculo especial con Liogre, el poderoso Rey leó...