La historia del Reino de Draconus

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El capitán Turrock navegaba con su submarino a través del vasto océano. Aunque el agua siempre le había ofrecido una sensación de paz y tranquilidad, ahora la inmensidad del mar reflejaba la creciente tensión que se cernía sobre él y su tripulación. En una de las habitaciones del submarino, la atmósfera era densa, cargada de una tensión palpable. Liogre y los demás estaban sentados alrededor de una mesa en la sala de reuniones, una de las muchas mejoras que Turrock había implementado en su nave. En un rincón apartado, Killer Shark permanecía con las manos esposadas, bajo la atenta mirada de todos.

Akira había protestado cuando decidieron esposar a Killer Shark, insistiendo en que no haría nada en su contra. Sin embargo, para sorpresa de todos, Killer Shark aceptó la restricción, considerándola como un primer paso para demostrar su compromiso y buena voluntad. Sus ojos eran observados con desconfianza, enojo y recelo. Liogre, en particular, lo fulminaba con una mirada de ira contenida. Mientras tanto, Ryo y los demás lo miraban con una mezcla de temor y confusión.

Ryo, que había oído hablar de Killer Shark a través de rumores y relatos, aún no entendía el motivo de su presencia ni por qué Akira lo acompañaba.

"Aki..." susurró Ryo, acercándose a Akira.

Akira lo miró y, sin decir palabra, comprendió lo que Ryo quería. "Hablemos," dijo Ryo, señalando hacia la puerta. Akira asintió y ambos salieron, dejando atrás la sala llena de miradas incómodas. Antes de cerrar la puerta, Akira lanzó una mirada a Killer Shark, quien le devolvió la mirada con una calma desconcertante.

"Tranquilo, estaré bien," dijo Killer Shark, con voz tranquila, como si quisiera aliviar las tensiones de Akira. Él asintió, aunque sus preocupaciones no desaparecieron del todo.

Una vez fuera de la habitación, Akira y Ryo tomaron un momento para recuperar el aliento. La atmósfera había sido tan densa que se podía cortar con un cuchillo. Akira fue el primero en romper el silencio.

"¿Y bien?" preguntó con calma, mostrando su disposición para hablar. "¿De qué querían hablar?"

Ryo respiró hondo antes de hablar. "Aki, creo que hablo en nombre de todos cuando digo que nos alegra verte bien," comenzó, y los demás asintieron. "Pero, ¿has visto la cara de ese tiburón? Ese tipo ha matado con esa expresión... No bromeo. Billsword me dijo que ha..."

"Yagami, al grano..." interrumpió Akira, visiblemente molesto por el retraso en la conversación. Ryo suspiró y, sin perder tiempo, continuó:

"Lo que trato de decir es que, después de todo lo que nos contaste sobre cómo te encontró, te cuidó y entrenó durante todo este tiempo, claro que te creemos..." Ryo hizo una pausa, buscando las palabras adecuadas. "Pero el problema no es ese. El problema es que, para Liogre y los demás, él tiene que ganarse su confianza también."

Con esa comprensión, los dos amigos regresaron a la sala. La tensión seguía siendo palpable, como una cuerda a punto de romperse. Fue Killer Shark quien rompió el silencio, su voz grave resonando en el aire.

"Entiendo lo que sienten," dijo, su tono tranquilo pero cargado de una presencia que erizaba la piel. "Ira... enojo... desprecio... miedo... Puedo sentir todas esas emociones fluyendo desde cada uno de ustedes," afirmó, mirando directamente a Liogre. "Especialmente siento tu desprecio e ira hacia mí, Liogre."

"¿Y puedes culparnos?" respondió Liogre, su tono serio y lleno de resentimiento. Fue interrumpido por Big Serow.

"¡Tu pandilla de piratas asaltó nuestro hogar!" acusó Big Serow, levantándose con furia. "¡Robaron la Parte De La Cabeza de la Godlot de Fuego!"

Sin embargo, fue Billsword quien intervino, haciendo un ruido con la garganta para recordar a Big Serow que él y Mantaray también habían estado involucrados en ese incidente.

Beast Saga: Tamer RisingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora