Estoy Embarazada Del Hijo Del Villano

Soñando (3)

En la sala de estar de la villa, Lu Beifan estaba arrodillado frente al viejo maestro Lu y casi había perdido la voz por el llanto de dolor. En su defensa, dijo que solo había tocado a Ye Qing porque había bebido demasiado y perdió momentáneamente la conciencia debido a su seducción. Le suplicó al viejo maestro Lu que le diera otra oportunidad.

El viejo maestro Lu estaba sentado en el asiento principal de la cabeza con ambas manos apoyadas sobre su bastón. Echó una mirada inexpresiva al rostro de Lu Shaoren y dijo furioso: —¡Shaoren! ¡Éste es tu hijo! ¡Disciplínalo tú mismo!

En la novela, la madre de Lu Beifan era el verdadero amor de Lu Shaoren.

Las palabras “amor verdadero” eran algo interesantes. Por lo general, estas dos palabras iban acompañadas de una historia de amor sumamente agridulce. Desafortunadamente, para alguien como Lu Shaoren, que había tenido innumerables amantes, las palabras “amor verdadero” eran demasiadas
ambiguas y baratas.

Lu Shaoren probablemente tenía algunos sentimientos por la madre de Lu Beifan. De lo contrario, no habría traído de vuelta a Lu Beifan a pesar de que tenía muchos otros hijos ilegítimos. Sin embargo, frente al Viejo Maestro Lu, que estaba en una posición de poder, algo como el amor verdadero era una tontería.

Un hijo es quien mejor entiende a su padre. Lu Shaoren sabía que Lu Beifan había pisoteado los límites del viejo maestro Lu.

Si un hermano menor fuera descubierto con las manos en la masa codiciando a su cuñada mientras su hermano mayor estaba inconsciente, la reputación de su familia desaparecería si otras personas ajenas se enteraran.

Sabiendo que el Viejo Maestro Lu había tocado el punto sensible, Lu Shaoren abandonó rápidamente a su hijo: —Papá, no te preocupes, manejare este asunto adecuadamente.

Lu Beifan se arrastró hasta Lu Shaoren y, lloriqueando incontrolablemente, le dijo: —Papá, créeme. En realidad no fui yo. Fue mi cuñada. Ella se me insinuó. De lo contrario, ¿cómo podría hacer algo tan atroz?

Inmediatamente después de decir estas palabras, la Madre Lu finalmente tuvo una excusa para dejar salir la ira que había estado acumulando durante un mes. Ella abofeteó con dureza a Lu Beifan. —¿Te insinuó? Desde que Ye Qing se unió a esta familia, ha demostrado que conoce su lugar y pasa su tiempo cuidando a Beichuan. Es una joven tan honesta, ¿y todavía quieres echarle agua sucia encima?

Lu Beifan recibió una bofetada que lo dejó sin sentido. Era fácil ver cómo la marca roja de la palma de su mano en su mejilla derecha se hinchaba. Realmente tenía una figura fea y pobre debido a la combinación de la mejilla hinchada y su rostro lloroso.

—Ye Qing es la hija de la familia Ye. Es una joven respetable. ¿Crees que todos ignoran las reglas del bien y del mal como tú? —Después de decir esto, la Madre Lu giró la cabeza para mirar al Viejo Maestro Lu y dijo: —Padre tienes que hacerle justicia a Ye Qing. Esa niña es demasiado honesta. Aunque soy su suegra, es demasiado tímida y no se queja conmigo de nada. Cada vez que la veo sentada en la cama de Beichuan y masajeándolo todo el día, mi corazón... Ella es la nuera de nuestra familia Lu, no puedes dejar que sufra este agravio.

A la madre Lu no le gustaba Ye Qing porque no se expresaba bien, era crédula y cobarde. Había cuidado de Lu Beichuan durante tanto tiempo, pero Lu Beichuan aún no se había despertado. Aun así, solo le desagradaba.

Hacia Lu Beifan, quien estaba tratando injustamente de usurpar el puesto de su hijo como sucesor de la familia Lu, ella quería deshacerse de él lo más rápido posible.

Lu Beifan seguía dando tumbos tratando de salvarse. —Abuelo, dile a mi cuñada que baje aquí para poder enfrentarla. ¡Si no se me hubiera acercado, no me habría atrevido a hacer nada!