Tears of goodbye - Genmui

Feelings and Dreams.

Un pelirrojo caminaba con algo de dificultad por los vacíos corredores de la Finca Mariposa, dirigiéndose al baño. Al ver la puerta cerrada, tocó esta un par de veces y preguntó si había alguien adentro, una voz reconocible le respondió, era Genya. Después de unos pocos segundos la puerta fue abierta por aquel chico alto, Tanjiro sintió un olor extraño que se emitía de su contrario, era de miedo y tristeza a la vez, lo hizo preocuparse un poco por el azabache, pero prefirió no preguntar y nada más saludarlo con una sonrisa de oreja a oreja.

Genya de inmediato notó que Tanjiro todavía no se había recuperado totalmente, y estaba con una muleta de un lado. Se arrepintió de lo que paso en el baño cuando estaba solo, Tanjiro le recordaba a Tokito de cierta forma, por no decir que también se volvió su amigo rápidamente como el de mechas turquesas.

—¡Genya! ¿Cómo estás?—

—Bien... ¿Y tú?—

Antes de hablar, Tanjiro soltó una pequeña y corta risa. —Estoy bien, sigo recuperándome... Como sea, probablemente ya escuchaste pero, Inosuke me dijo que los Pilares iban a entrenarlos desde mañana, espero la pases bien.—

—Ah, gracias. Yo- Yo voy a volver a la habitación, estoy cansado.—

—¡Antes de que te vayas! Tokito vino a visitarte, esta en el cuarto junto con Kanao.—

—¿Mui?... Está bien.— El simple hecho de que lo mencionaran hacía su corazón latir demasiado rápido, al mismo tiempo que sentía un rubor acechar para aparecer sobre su rostro, le revolvía el estómago tan solo pensar en él.

Se dirigió al cuarto con varias camas después de despedirse del solecito de la organización cazademonios, sentía una pequeña emoción en su pecho. Abrió la puerta con sus manos sudadas por el nerviosismo que le llenaba, y lo vio hablando con Kanao, aunque se sentía algo incómodo el ambiente, tal vez por que ninguna era tan hablador, Muichiro solo hablaba con gente de confianza y la chica era bastante callada con todos.

Cuando Genya apareció, la sonrisa del más joven apareció, era alguien conocido y que él quería bastante, evidentemente sonreiría al verlo.

Hablaron un montón, Kanao vagamente diciendo algunas palabras o asintiendo dentro de la charla, pero después se sentía únicamente como si fueran ellos dos y nadie más, se sentían seguros con el otro, y varias emociones se asomaban con una simple interacción, lo cuál fue algo que no pasó desapercibido por la única chica en aquel lugar, quien fácilmente notó que sus conversaciones eran demasiado largas y no parecían terminar, no parecía tanto como una amistad pero algo más, ¿Tal vez mejor amigos? No lo sabía muy bien, tampoco es que ella fuera buena entendiendo sentimientos... De hecho probablemente era una de las personas menos indicadas para ese tipo de cosas, ya le preguntaría a Shinobu o Tanjiro después puramente por curiosidad.

Fue un día pesado, pero se fue aligerando gracias a aquella visita, que se quedo hasta el medio día y luego se dirigió a su propia finca para preparar el entrenamiento que le tocaba dar en los siguientes días. Ya en su finca, el joven Pilar se dejó caer, sintiendo la temperatura de su cara subir, al mismo tiempo que su respiración se volvía pesada y sus latidos iban muy rápidos, nunca pasó por algo parecido. Obviamente su cuervo, Ginko, estaba gritando preocupada por Tokito al notar aquel cambio de la nada en su actitud, preguntándole que quien le había hecho eso y que iría a por ellos, pero cada una de sus palabras pasaba por una de las orejas del chico y salía por la otra, pues estaba perdido entre pensamientos y preguntas, cada una de ellas contenía a una persona en especial y era un joven cazador sin una respiración y una forma única de pelea, Genya. Que raro era todo, su cabeza daba miles y miles de vueltas al asunto y aún así no entendía que le pasaba cada vez que visitaba o simplemente escuchaba de aquella persona, por que se ponía tan nervioso y le costaba demasiado mantener la compostura y no parecer un desastre andante en esos momentos... Tal vez le preguntaría a Kochou, no le parecía nada normal y saludable actuar de ese modo de la nada, era demasiado raro.

La Pilar del Insecto esperó pacientemente a la última persona de cual revisaría su salud en general antes de empezar los entrenamientos. Cuando llegó el chico, Shinobu se dedicó a hacer preguntas básicas, ver su altura, peso y demás, todo parecía estar bien, por lo menos hasta que le preguntó sobre alguna ocurrencia que estuviera pasando, a lo que el paciente se dedicó a contarle como se había estado sintiendo cada vez que salía, aunque lo que dijo la chica frente a él fue totalmente inesperado para él, no pensaba que le diría algo así, pero igualmente pasó.

—Tokito... No creo que eso sea un problema de salud... Deberías de hablarle a Mitsuri, ella probablemente entienda mejor tus síntomas que alguien como yo, yo no soy muy buena hablando en ese tipo de temas.— Su voz era calmada, y aquel típico olor a enojo de ella se disminuyó un poco, parecía sentir algo de empatía con el Pilar de la niebla.

—¿A la señorita Kanroji...? Pero ella no es doctora...— Estaba confundido, no entendía por que le recomendaba hablar con Mitsuri si probablemente sabía más de gatos que de cualquier término médico. Tal vez tenía algo que ver con gatos... Los gatos eran lindos y casi siempre tienen un pelaje suave, no le disgustaban para nada.

—Solo ve y dile lo que te pasa, estoy segura que tendrá una solución. Pero estás bastante saludable, no pareces tener ningún problema... Te recuperaste más rápido de lo normal, me alegro.—

—Mhm... Sí.— Se perdió en sus pensamientos, preguntándose la razón de por que Shinobu quería que fuera con la Pilar del Amor, lo cual lo confundía sin fin.

La noche llegó, y no podía dormir, cada pequeño momento reconfortante le recordaba a Genya, era como Mitsuri le habló sobre el amor, pero no podría ser, probablemente solo era por que eran buenos amigos y ya está. Sería raro enamorarse de un hombre, no recordaba si estaba mal o no, pero sabía que era algo extraño de ver.

Luego de un rato el sueño le ganó y empezó a dormir profundamente.

...

Sentía el sabor a metal en su boca, característico de la sangre, al mismo tiempo que su muerte se acercaba, sus antiguas cadenas invisibles se disolvieron, pero en su cuerpo aparecieron unas nuevas, pues aquel destino que obtuvo era doloroso de conocer, tal vez en su siguiente vida, esas cadenas harían el bien y no el mal, pero nunca lo sabría, nunca le contó a alguien sobre esa leyenda, y nunca llego a hacer lo que debería haber hecho, amar al igual que vivir. Su historia le daba pena a cada persona que conocía de esta debido a su mala suerte en la vida. Aún así, con todo lo malo, lo único que deseaba era la supervivencia de aquella persona por la cual dió su vida, y daría hasta más.

...

Despertó agitado, con un nudo en la garganta y los ojos llorosos, al verse en la comodidad de su hogar se calmó levemente, pero no completamente. Había tenido un mal sueño, una pesadilla, que se sentía demasiado real, tanto que juraría seguir sintiendo el dolor que obtuvo al ser cortado a la mitad en su sueño.