Noah Sebastian Fan Fics

We Said It Was For Tonight II

Solté el aire que estaba conteniendo de golpe al escuchar sus palabras. ¿Ir a su camerino? ¿Ir con Noah Sebastian a un cuarto en donde probablemente estaríamos solos, algo ebrios y un poco encendidos por el ambiente? ¡Por supuesto que sí! Me mordí los labios intentando ocultar mi sonrisa, asentí y me acerqué a sus labios, pero no lo besé. Hablé lento y suave, casi como un susurro.

- Sí. - Noah me dio una gran y traviesa sonrisa para ponerse de pie y tenderme su mano de nuevo, la tomé. Comenzó a caminar a la puerta del lugar, así que rápidamente busqué la mirada de mi mejor amigo para hacerle saber que estaría bien. 

Tom podría estar muy ebrio, cayéndose por el alcohol, pero siempre me cuidaba. Cuando me vio de la mano de Sebastian gritó un "¡Eso chica!", increíblemente fuerte, tanto como para que todos notaran lo que pasaba, y por supuesto los gritos a coro del resto no se hicieron esperar. Noah y yo estábamos rojísimos por ello, pero eso no nos detuvo. 

En cuanto estuvimos solos en el pasillo Noah se lanzó a besarme, acorralándome contra la pared. Posó con firmeza sus manos en mi cintura para pegarme a él y besarme con fuerza. Esta vez no me contuve. Si iba a tenerlo así por una sólo vez en mi vida, aprovecharía cada segundo. Lo despegué de mí empujando su pecho, Noah se desesperó e intentó besarme de nuevo, pero no se lo permití, quería llevarlo al límite. 

- Creí que iríamos a tu camerino. 

 Le dije con la voz entrecortada. Ladeó la cabeza y sonrió un tanto perverso. Se acercó de nuevo y me tomó por las piernas para levantarme, provocando un grito de sorpresa de mi parte. Enredé mis piernas en su cadera y pasé mis brazos por su cuello, aferrándome a él, no por miedo a caer, porque vaya que Sebastian era fuerte, sino porque no quería que ese momento se acabara. 

Sin saber cómo o cuándo fue que pasó, Noah cerró la puerta del camerino empujándola con su pie. Entonces, sin más preámbulo me acerqué a su rostro con velocidad para besarlo nuevamente. Probar sus labios era de las cosas más adictivas que había hecho jamás. Me agradaba seguir sobre él, porque así quedábamos a la misma altura. Desesperada por sentir más de él, moví mis caderas para restregarme sobre su ya notable erección. Noah se separó de golpe para gemir en mi boca mientras entrecerraba los ojos. Un gruñido se le escapó y supe que estaba perdida, que sería suya y no habría más.

Caminó conmigo encima para dejarme caer con algo de brusquedad sobre el sofá del lugar. Estaba extasiada ante la imagen que tenía frente a mí, y aún más cuando se quitó la camisa con rapidez. Tragué saliva después de poder apreciar con detalle sus abdominales marcados. Noah sonrió de lado y tomó mi mano para pasarla por todo su pecho y la fue bajando con lentitud hasta su abdomen, yo apenas podía respirar. 

Cuando mi mano llegó a su cinturón, Noah se detuvo, pero dejó que lo tocara igual. Lo miré a los ojos, descubriendo un tono más oscuro en ellos. Alzó el mentón pasando su mirada de mis ojos a mi mano. Me tenía completamente sumisa. Entendí lo que quería que hiciera, así que desaté su cinturón rápidamente y bajé su pantalón, dejándolo únicamente en ropa interior. Pasé mi mano ansiosa por su miembro y luego acerqué mi rostro para dejar algunos besos allí, después lamiendo con suavidad, provocándole varios suspiros. Sebastian se desesperó de nuevo, así que me tomó por el mentón para alejarme un poco y luego bajar su bóxer impaciente.

- Anda, corazón. Abre esa linda boquita para mí. - Me mordí los labios donde posaba una gran sonrisa. Abrí la boca tal cual me lo pidió y Noah se introdujo despacio, disfrutando de mí. Mantuvo su mano en mi mentón y la otra la pasó a mi pelo. De pronto, embistió más fuerte y rápido, provocándome algunas arcadas. Sus gemidos se escuchaban por todo el lugar, así como mi respiración agitada tanto por la falta de aire, como por la excitación.