Las mentiras, aunque puedan proporcionar un alivio temporal, carecen de la solidez necesaria para perdurar. Tarde o temprano, la verdad sale a la luz, ya sea por incongruencias, errores o la simple revelación de la cruda verdad.❗❗
Las mentiras son d...
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Por más que quisiera, no era capaz de apagar su mente. Siempre la imagen del chico de cabello azul aparecía para perturbar sus pensamientos y redirigirlos hacia él. Sonaba irónico, pero no te das cuenta de lo que tienes hasta que lo pierdes. La atención que había recibido, aun cuando no estaba presente, se desvaneció en cuanto ese enredo empezó a decaer, un enredo que él mismo había ocasionado. ¿Era tan difícil admitir que tenía miedo?
Se había acostumbrado a 'congelar' sus emociones para que no interfirieran con su deber, su trabajo. Pero cuando lo conoció y perdió su empleo, simplemente todo dejó de importar. Cuando se dio cuenta, ya no tenía nada.
Había hecho un buen trabajo en rehacer su vida: encontró un nuevo empleo, una nueva vida, conoció gente, tal vez algún romance... Nada le funcionó, pero era feliz, a excepción de una pequeña espina que lo fastidiaba una y otra vez: mensajes diarios, llamadas constantes, el sentirse importante para el chico de cabello azul. Tal vez era egoísta, pero indudablemente le había subido el ego.
Alguien tenía que bajarlo de su nube, ¿no?
Las palabras de Jake se repetían una y otra vez, queriendo volver el tiempo atrás y detenerlo, calmar las cosas ahí mismo, no haber votado por él, no mentirle, no enredarlo...
—Te amo —murmuró en un susurro mientras veía al chico dormir tranquilamente, sin esperar ser escuchado.
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El desafío había terminado, un súper creativo juego de agua. Dios, Krystal realmente se estaba quedando sin ideas. Mala fue la suerte de los héroes al perder a un integrante, pues la eliminación era inmediata.
Como ya se había hecho costumbre, se dividieron en sus 'grupos' para secarse y pasar el tiempo que le quedaba al chico de dos colores que había perdido el desafío. Una tarde para después retirarse al hotel de perdedores, no le había hecho mucha gracia.
—Esto es una mierda —murmuró Aiden, cubierto en toallas proporcionadas por Krystal, hecho un ovillo junto a Lake que hacía un intento por secarle el cabello.
