La espada choca junto al árbol cortándolo con fiereza, los rayos que produce el ataque lo dejan algo cansado y agotado pero no era nada que no fuera importante.
Enfundó su katana y avanzo a la casa, en el pasillo se encontraba Zenitsu viendo el entrenamiento del mayor. Tenía que decirle algo.
La tarde es muy agradable y el cielo empieza a tornarse naranja, el bello sol a punto de ocultr
- Kaigaku… –susurro viendo cómo se acercaba a él.
- Qué.
- …Tienes visita.
- ¿Ah? ¿Y quien es?
- Amm, Goro. –kaigaku suspiro y se acercó más a él.
- ¿Te dijo que quiere?
- No… pero me dijo que te llamé.
- …Bien. – se quitó la katana y se la dio a zenitsu– Sigue entrenando.
Y se fue. De detrás del pasillo escucho unos choques de espada y llantos, ese niño iba a matarlo un día de estos.
Al llegar a la puerta y abrirla evito preguntar que era lo que quería, más por como se encontraba su cara.
- ¿¡Que carajos!?
- ¡Shh! ¡No hagas ruido! –kaigaku no pudo evitar gritar. Menos con el moretón rojo en una de sus mejillas.
¿Pero que demonios había hecho?
- ¿Que demonios paso, que hiciste?
- Porque siempre piensas que soy yo el que hace las cosas.
- ¿Y no es así, en este caso? –pregunto de vuelta. Goro solo se calló.
- … No tanto. –y de pronto su tono divertido se fue. Problemas, se notaba.
El sombrero de paja gigante que tenía encima lo hacía ver cómo un extraño, curioso porque ese mismo sombrero no le pertenecía a la región.
Razón por la que creían todos que era un forastero.
- ¿Que hiciste?
- …Nada malo pero, necesito un favor de tu parte. Ayúdame, quieres. –y cuando notó que bajaba el sombrero para taparse los ojos lo supo, un gruñido salió de su boca.
- A quien mierda le debes ahora. –la sorpresa trato de no llegar a él. Demonios.
- …Tranquilo, no es grave.
- A mi no me engañas, que mierda hiciste.
Sin notarlo Goro se había quitado el sombrero y lo había puesto a su lado derecho como un muro, no queria que nadie escuchara eso y menos los viera.
- Solo aposté de más. No pensé que molestarían tanto por perder, te lo juro.
- ¿Tú jurarme algo? Desde cuando te queda honor para hacer algo como eso. ¡Siempre es lo mismo contigo!
El enojo de kaigaku parecía que a Goro no le importaba tanto, pero si le preocupaba el que no lo fuera a ayudar con eso.
- No metas el honor en esto, que tú tampoco lo tienes entero. –un tick se mostró en el ojo de kaigaku– Mira, solo necesito que me ayudes un poco, nada más. No te cuesta nada.
- ¿Creés que voy a ayudarte de nuevo, luego de la última vez? Olvídalo, buscate a alguien más que se meta en problemas por salvarte el trasero.
- No lo entiendes. Estoy jodido. Si al menos pudieras hacer algo, me facilitaría las cosas.
- ¿Me estás jodiendo? ¿Creés que no se lo que quieres aquí?
- Si, se que lo sabes. Por eso, de una buena vez te lo pido.
- Pués estas mal de la cabeza si creés que voy a arriesgarme de nuevo, ¡Tú, no entiendes cuando parar!
- …Lo dice el que mejoro su vida.
La verdad callo como una gran ola de agua. Dolorosa, cruel y mortal. El silencio incómodo de los dos se volvió mortal. Maldita verdad.
- …Vete a la mierda.
- Quieres que me vaya bien. –y se puso el sombrero para finalizar– Pero te lo advierto_
- ¡No te atrevas a amenazarme! … No sabes de lo que soy capaz, no ahora.
Nunca uses tu espada contra alguien que no sea un monstruo, pero el peor monstruo puede ser el hombre mismo.
- Como digo, te advierto… que vendrán aquí buscandome. –kaigaku apretó los dientes– Estate alerta. Y no dejes que te engañen, son solo idiotas.
- Que intenten venir. Seré yo quien acabe con ellos, de uno en uno.
La seriedad de kaigaku y la de Goro le dieron al lugar un ambiente de terror, gustó y coordinación.
- Lo sé, se que lo harías. –dejo de sonreír– Pero se de alguien que no.
Zenitsu. Zenitsu era un jodido problema. Uno del que ninguno quería hacerse cargo.
- Yo me encargo. Déjame a zenitsu está vez, la próxima vez que esto ocurra serás tú quien lo page los daños.
- ¿Próxima vez?
- Te conozco lo suficiente, se que no será la última. Eres de las personas que no pueden quedarse quietas cuando ven algo fuera de lo normal.
- Y según tú eso es lo malo, demonios. Eres tan hilarante, lo tendré en cuenta. –su tono volvió a reír, kaigaku aunque no lo admitiría sabía que en parte era cierto.
Goro Karado no sabe cuando rendirse.
Y aunque ya no eran niños ambos sabían cómo joderle la vida a alguien de la peor manera.
Y hay pruebas de ello.
Pués para kaigaku un templo estaba casi cerca de ahí, y para Goro un acantilado estaba a solo un día de caminata.
- Goro…
- mmm, ¿sí? –dijo, con sorna.
- Eres la persona más extraña que e conocido.
- ¡Ja! –se volteó para irse–… Lo sé.
Claro que lo sé, pues puedo ser lo más extraño que el mundo puede ver.
- También son encantador. Que no se te olvide.
- Venga ya, de ninguna manera. –dijo, sarcástico.
- ¡Te has reído! Al final tengo más encantos de lo que creí.
- Di lo que quieras, Karado. Solo eres un idiota para mí. –otra risa de ambos sonó.
- Díselo a las bellas mujeres que me persiguen. –otra risa de parte de kaigaku sonó, una fuerte sarcástica y de buen humor.
Oírte reír es lo mejor que puedo tener, porque así no me siento un idiota.
Soy un idiota, pero no por eso debo sentirme como tal. Tú impides que me sienta así, gracias.
- ¡Vamos kaigaku! No me amargues con tu vida.
- Solo una mujer con horrible carácter podría estar contigo, Goro.
- Para tu mala suerte, esa persona se está riendo de mi ahora mismo. –la risa de kaigaku se apagó remplazandola por un ligero sonrojo– ¿Ah? ¿Que ocurre, te intimide?
- Quisieras, Karado.
Un bello ambiente de risas y cariño es lo mejor que me puedes ofrecer, por favor quédate más tiempo.
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Extraño cazador |☆ Kimetsu No Yaiba☆ |
FanfictionY yo se que la muerte llegará, pero de mi dependerá si mi alma se quiere llevar. Perdonadme por no ser lo que deseaban, pero sin ustedes el rumbo lo tomaré yo. Atten: Este extraño cazador (🏵️) ---------↓------- Aclaración: • Este fanfic es...