Extraño cazador |☆ Kimetsu No Yaiba☆ |

-6. «Ladrón de amistades (ó el más agradable sujeto)»

La luna alumbra la casa por donde vemos a un niño pelinegro pasar a la cocina buscando agua, el calor estaba bastante mortal ese noche.

Como no, el verano había llegado. Demasiado rápido talvez.

Y zenitsu no era el único al que el calor nocturno lo estaba matando. Kaigaku apareció por la puerta, el calor lo ponía de mal humor.

¿Que no ponía a kaigaku de mal humor?

- Maldito calor. –se quejó. Zenitsu no dijo nada de la grosería. Era habitual.

- ¿Sabes dónde está el abuelo? –pregunto. El otro lo miró con enojo.

- No es tu abuelo, idiota. El maestro merece respeto por tu parte, ¿Que creés que eres? –zenitsu temió que se acercará y lo golpeará.

Por eso se alejo. Aún con el pequeño vaso casi vacío se mantuvo calmado.

- …Lo siento.

- Eres peor que la mala hierba. Intolerable y hartante. Me repugnas.

Y no hablaron más. Zenitsu apretaba el vaso mientras se abstenía de decir algo para empeorar la situación. Kaigaku estaba inestable por el calor y mejor no molestarlo, aún quería vivir.

Kaigaku tomó otro de los vasos y se sirvió agua, de un trago todo el contenido del vaso se fue. Zenitsu se sorprendió, no era común aquello.

De la nada tocaron la puerta con fiereza. Golpes incesantes que alarmaron a zenitsu al escucharlos, kaigaku, kaigaku se atragantó con el agua.

- ¡Que carajos_

- ¡Kaigaku, hay alguien aquí!

- ¡No me había dado cuenta, idiota!

Los golpes siguieron, zenitsu ya se había agarrado a kaigaku.

- ¡Qu-quien es!

- ¿¡De verdad acabas de preguntar quien es!? ¡Eres imbécil!

- ¡No lo sé, has que pare! –y, ya estaba llorando.

- ¡Suéltame! –entre los dos empezaron a empujarse.

- ¡Has algo kaigaku! ¡Por favor, anikii!

- ¡Quítate de mi, peste! –y de un empujón lo tiro al piso.

¡Crash!

El ruido de la madera rompiéndose hizo que ambos se calmarán. Zenitsu asustado miró al pasillo, estaba oscuro. Daba miedo.

Ya estaba azul y llorando, kaigaku por otra parte trato de no verse asustado. Pero mentiria si dijera que no se asustó.

Goro. Su primer pensamiento fue que los idiotas con los que Goro se habia metido ahora se habían colado en su casa y no señor, nadie le jode una noche de calor a kaigaku y vive para contarlo.

- ¡Que hacemos! ¡Que hacemos! ¡Que hacemos! –bueno, tratar de ignorar a zenitsu también era una buena idea.

- ¡Quieres callarte, trato de pensar!

- ¡Pues piensa rápido, por favor!

Si bueno, bajo la presión de saber que estaban robándoles no era de pensar rápido.

Su segundo primer pensamiento fue usar su katana para defenderse, lo siguiente que pensó es que su katana estaba en otro cuarto.

Cruzando ese pasillo.

Miró a zenitsu y casi se cae de cara al verlo. Ya estaba desmayado en el piso con los ojos totalmente blancos. Un tick apareció en su ojo.

- ¡Zenitsu, despierta inútil! –se agachó y empezó a moverlo con fuerza.