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Sunoo se había prometido no preguntar sobre su jefe a la señora Marge. Habían pasado 2 semanas desde ese dia que presenció la discusión de ella y el padre de los mellizos y las cosas no iban bien o eran ligeramente buenas. El pelinegro ya no podía hablar directamente con la señora Marge puesto que ella no estaba en casa y esto le resultaba confuso, ya que ella era quien lo supervisaba directamente en todo lo que los mellizos necesitarán.

Y también la veía mucho como una amiga en quien confiar entre tanto lujo y soledad en esas mansión.

Una de las sirvientas leales a la anciana Marge le había asegurado que la señora había tomado un viaje de unas cuantas semanas a la mansión de la familia Park ubicada en la costa. Debido a que se aproximaba una de las reuniones más importantes de negocios y este año les tocaba ser anfitriones, además de que el jefe no se encontraba en el país y la señora marge debía salir en representación de él  junto con algunos accionistas.

Pero eso era más que una mentira.

Sunoo había escuchado voces en el estudio más alejado del pasadizo del piso 3 muchas veces, donde antes observo a la anciana Marge salir llorando tras la discusion que tuvo con su jefe, y algunas eran de otras empleadas que salían asustadas bañadas en comida porque un supuesto invitado las había rechazado.

Era más claro que el agua que aquel invitado era el odioso de su jefe y sus aires de superioridad.

- Ay mis pequeños, no se cómo es que ese monstruo es su padre... aún no tengo el gusto o disgusto de verlo, pero sí lo viera le diría unas cuantas verdades... - Sunoo hablaba bajito mientras ambos mellizos lo miraban sonrientes - En cambio ustedes son tan lindos y muy adorables, los quiero mucho mis pequeños.

- bu... bua... bu - Sunoo sonrió mientras tomaba las manitos de ambos bebés.

- También los bu bua bu - Sonrió mientras depositaba besitos en la frente de los bebés.

Sunoo había sobrevivido sin problemas las 2 primeras semanas que la señora Marge no se encontraba en casa. Aunque era claro que no podría solo, ya que de no ser por las diarias llamadas nocturnas a sus amigos Jungwon y Jay, no podría sentir un poco de alivió para su alma enojada por el gruñón y odioso de su jefe.

- No sale de ese estudio... ¡Es un odioso! ¡En todos estos días no visitó ni una vez a sus hijos! - Una risa leve de Jungwon se escuchó al otro lado de la llamada.

- Sunoo hyung, eres muy lindo cuando te enojas... pero recuerda que eres un niñero, no un justiciero - Sunoo sintió aquello como un regaño - No te molestes ¿Si? Es solo que debes dejar de insistirle a un hombre ser padre, si no quiere serlo... no puedes obligarlo.

- Y ¡¿Aceptarlo así como así?! - Alzó la voz el pelinegro en señal de rechazo - Esos pequeños ya están aprendiendo a hablar... dicen cosas lindas y ya me reconocen cuando me acerco a cuidarles... debería ser su padre quien este ahí presenciando todo esto...

- Sunoo... te aprecio mucho, pero debes dejar ir este tema. Las cosas se tornarán difíciles si no dejas de involucrarte en este lío del padre de los niños. Podrías meterte en problemas... - El pelinegro quedo en un silencio profundo mientras escuchaba a su Jay hyung.

Aunque quiso negarlo, su hyung tenía mucha razón. Una vez creyó que podría enfrentar a su jefe pero recordó las lágrimas de su jefa. Si ella quien ha estado sirviendo fielmente a la familia tantos años, había salido herida en una discusión, eso sólo significaba que él saldría peor de la situación, más si tomaba las riendas de la situación por si mismo y buscaba justicia.

Es que pese a que su sentido de justicia era alto, no quería ser alguien problemático.

El pelinegro desde aquella noche extraña en la cocina no había vuelto a caminar por si sólo en aquella mansión y menos en la cocina. Pero aquella noche se sentía levemente frustrado, había deseado tanto poder enfrentarse a su jefe, que en su mente ya había logrado solucionar el problema con solo aplicar un poco de fuerza y argumentos bien sustentados.

El Niñero De Mi Corazón》SunSun《♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora