El Niñero De Mi Corazón》SunSun《♡

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La señora Marge había decidido que después de la reunión de empresarios en la mansión de la costa, Sunoo y los mellizos pasarían un par de meses allá con la excusa de que la mansión principal necesitaba remodelacion. Además, el clima era perfecto y les sentaría bien a los mellizos que ahora se encontraban más curiosos de todo a su alrededor.

Al pelinegro todo esto le resultó muy emocionante, ya que amaba la playa y nunca se había hospedado en una casa cerca al mar.

Sunoo solo recordaba cuando las hermanas del orfanato habían organizado una salida entre todos los niños a la playa. Aquel día el pelinegro lo recordaba perfectamente bien, porque en esa salida conoció a dos niños con los que se escapó a montar bicicleta y a jugar construyendo castillos de arena.

Y uno de ellos fue su primer amigo de la infancia.

Era claro que después las hermanas lo castigaron, pero fue una de las mejores experiencias que vivió durante su infancia.

El pelinegro pensó que algún día le gustaría que los mellizos aprendan a construir castillos de arena con él.

Hacer que sus vidas se llenen de buenos recuerdos ante la ausencia de sus padres.

"¡Cómo te detesto Park Sunghoon!" Pensó.

Los mellizos en sus cunas estaban dando pequeños grititos de la emoción por su nuevo juguete musical mientras el pelinegro preparaba sus maletines con todo lo necesario.

- Joven Sunoo, ¿Deberíamos llevar estos juguetes también? - Yoona, una de las sirvientas miraba con atención al pelinegro.

Pero este se encontraba perdido en sus pensamientos.

Solo habían pasado 4 días desde ese dia y el pelinegro no había tenido la fortuna de encontrarse nuevamente a su jefe Park Sunghoon. De alguna manera se sintió aliviado de no tener que escuchar a las pobres chicas del servicio llorar o correr asustadas y cubiertas con comida.

Quizás su acto de justicia había servido en este repentino cambio.

La señora Marge había sido explícita al decidir que sólo Sunoo, los mellizos, los guardaespaldas y 2 chicas del servicio irían a la mansión de la costa. Ésto era porque era más pequeña y ella quería que el ambiente sea lo más ligero posible. El pelinegro no entendía muy bien los planes de la señora Marge, pero tampoco los cuestionaba. El solo deseaba apoyarla y cuidar a los mellizos.

- ¿Estás listo joven Sunoo? - La anciana Marge lo miraba con una sonrisa cálida mientras ingresaba a la habitación.

- Si, mis pertenencias ya están en una de las camionetas y la de los bebés también... -El pelinegro tomó a uno de los mellizos mientras que una enfermera de apoyo llevaba al otro mellizo con ella.

- Entonces puedo decirte un secreto... - La señora Marge camino en direccion a la foto familiar que se encontraba en la habitación de los mellizos - Si todo sale bien... te estaré agradecida toda la vida que me queda joven Sunoo.

- Señora Marge no diga eso... usted vivira por mucho tiempo - El pelinegro se sintió conmovido y asintió con un ligero temor.

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El viaje había tomado 3 horas, poco a poco se asomaban las palmeras, las aves de la costa volaban sobre el bello y amplio mar y el cielo se veía más claro que nunca. El aire era cálido y la vista era espectacular. Se podían apreciar muchas mansiones y casas de playa finas y de diferentes diseños, muchos autos de lujo estacionados y yates privados en el mar.