–¿Detective Rizzoli, está de acuerdo con las propuestas expuestas? –preguntó un hombre.
Jane Rizzoli sacudió la cabeza, abriendo los ojos desorientada por unos segundos antes de aclarar la garganta. La mirada de todos estaba centrada en ella. Si ese no era el momento más vergonzoso de su vida, estaba segura de que se acercaba bastante.
–Emm...
–¿Entonces, detective? –El hombre cruzó los brazos, su ceño fruncido expresaba claramente su molestia.
–Sí, estoy de acuerdo –dijo, irguiendo la espalda. No tenía ni la más mínima idea sobre lo que le habían preguntado. De lo único que estaba segura era de que se le habían cerrado los ojos hacía al menos cinco minutos, y desde entonces no se había enterado de nada más.
–De acuerdo, aquí concluye la reunión. Feliz año nuevo a todos. –El hombre apagó el proyector y todas las personas comenzaron a levantarse y salir del salón de conferencias.
Jane se levantó de la silla y salió del salón, estirando los brazos y luego frotándose los ojos; apenas había dormido en dos días. Pero por fin había terminado, y solo pensar que tendría una semana libre dibujaba una sonrisa en sus labios. Cuatro días en la convención tenían su lado bueno y malo, y este año fue un poco más al lado malo, ya que fue ella quien tuvo que dar la presentación que Korsak hacía todos los años. Las presentaciones se le daban bien, pero nunca había presentado ante más de trescientas personas. Sus nervios eran tantos que hasta las piernas le temblaban.
Lo primero que hizo fue ir al pequeño café que había encontrado a unas cuadras de la convención. No todo del viaje había sido tan malo; le habían pagado las cuatro noches en el hotel Marriott Marquis, que quedaba a unas cuadras de Times Square, y eso le permitió explorar un poco la ciudad de Nueva York. El lugar era tan acogedor y el café tan bueno que no se fue sin pedir otro. Tenía suerte de que el hotel estaba a dos cuadras, porque la chaqueta que llevaba no la protegía, para nada, del frío de la noche.
–Rizzoli –contestó al celular, a la vez que entraba en el hotel.
–¿Así le contestas a tu madre?
Jane cerró los ojos y suspiró, tomándose el tiempo para beber un sorbo del café antes de contestar.
–No sabía que eras tú, Ma. –El sonido del ascensor bajando por los pisos llegó a sus oídos y se apresuró–. Sí... tengo un tono para ti...
–¿Por qué no estás en casa? Tienes seis horas para estar aquí.
–Mi vuelo sale en dos horas. –Giró en la esquina que daba al ascensor–. ¡Mierda! –exclamó al colisionar con alguien que salió de él.
–Oh... –La otra mujer se miró el vestido que ahora estaba manchado de café–. ¡Mire lo que ha hecho!
La mirada furiosa de Jane estaba centrada en su chaqueta que también tenía varias manchas del líquido. El vaso ahora yacía en el suelo y en la mano aún sostenía el celular; podía escuchar a su madre que seguía hablando.
–Ahora te llam... –Sus palabras se ahogaron en su garganta y su enojo se disipó al alzar la mirada de su ropa y encontrarse con la de la mujer enfrente de ella. Con un dedo terminó la llamada y guardó el aparato en el bolsillo de la chaqueta.
–Lo siento –dijo, bajando la mirada hasta la mancha en el vestido de la rubia. Estaba segura de que con lo que costaba ese vestido, podría comprarse cuatro, si no cinco, de sus chaquetas—. Estaba hablando y no puse atención a donde iba.
La mujer la miraba seriamente, sin aceptar su disculpa.
–Mira, no sé qué más puedo decir. Ya me disculpé y yo también tengo café en mi ropa.
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Extrañas en la noche
FanfictionPre-Serie AU. Jane y Maura se conocen en Nochevieja, y la conexión que sienten es tan profunda que el destino hará lo imposible por reunirlas nuevamente. Historia originalmente publicada en el 2014.