DISASTER || SATZU

5.

[ VUELVO A ACLARAR QUE ME EQUIVOQUÉ EN LOS CAPÍTULOS 2,3 y 4 😭😭😭😭]

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Para cuando llegó marzo, Sana seguía sintiendo esa sensación irreal dentro de su pecho.

Si ya pensaba que Tzuyu era buena después de una noche y una cita, era aún mejor después de un mes de citas y noches y los días intermedios.

Sana estaba segura de que nunca se había reído tanto, ni sonreído tanto, ni ardido tanto. Siempre se quedaba con ganas de más. Más tiempo. Más besos. Más sabores y caricias. Simplemente más.

También estaba segura de que la sala de guardia nunca había visto tanta acción.

De algún modo, cada vez que Tzuyu se detenía para almorzar o pasaba por allí al final de su turno o tenía que venir para una pequeña revisión, siempre encontraban el camino a la sala de guardia.

Cuando estaban allí, con las caricias tiernas y la rápida eficacia que les proporcionaba el conocimiento mutuo de sus cuerpos, era como si el mundo exterior se desvaneciera y sólo existieran ellas dos.

Ojalá pudieran estar allí ahora mismo.

Sana suspiró y movió la cabeza de un lado a otro, sintiendo el cansancio en lo más profundo de sus músculos mientras estaba sentada junto a una pila de papeles en la estación de enfermeras.

No había visto a Tzuyu en cuatro días. Había trabajado dos turnos dobles porque Nayeon estaba enferma y se quedaba con Momo, lo que significaba que esta última también estaba enferma. Eso hizo que Tzuyu hiciera turnos extra también.

No sólo echaba de menos el tacto de Tzuyu y la forma en que la hacía sentir querida, echaba de menos todo de Tzuyu. Su sonrisa bobalicona y sus chistes cuestionablemente malos y sus comentarios coquetos que aún la dejaban sin aliento.

Echaba de menos a Tzuyu y una vez más se encontró deseando algo pequeño. Una pequeña herida. Un minúsculo chichón. Algo que hiciera que Tzuyu cruzara las puertas de urgencias y la ayudara a dejar de dolerle el pecho.

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Tzuyu estaba muerta de cansancio. Había hecho dos turnos nocturnos seguidos y acababa de terminar un turno matutino, habiendo dormido profundamente sólo unas pocas horas en los ultimos dos dias.

E incluso eso había sido un descanso poco reparador. Había dormido en la estación de bomberos y en casa a solas, y se estaba dando cuenta de lo mucho mejor que se dormía con Sana en la cama.

Ahora, sin embargo, con su turno terminado y toda la tarde y noche por delante, veía la luz al final del túnel. Y ver a Sana lo antes posible era lo primero en su lista.

- ¡Hooola! - dijo Tzuyu apoyándose en el mostrador de Urgencias.

- ¡Jesús! - Sana maldijo, agarrándose el pecho con la mano. —Me has asustado, - añadió, soltando una pequeña risita. Había estado tan absorta en el papeleo que no había oído a Tzuyu entrar ni acercarse al mostrador. Pero ahora que lo había hecho...

- ¿Qué ha pasado? - preguntó Sana, poniéndose en pie de inmediato al ver la toalla que Tzuyu llevaba enrollada alrededor del pulgar derecho.

—No te asustes. No es tan grave. En mi opinión médica, ni siquiera necesitará puntos, - dijo Tzuyu, levantando la mano envuelta en la toalla y manteniendo la otra mano detrás de la espalda.

Sana se mordió el labio y salió del mostrador de enfermería. Acercó a Tzuyu a una camilla libre, agradecida de que hoy no hubiera mucha gente en urgencias. Corrió la cortina de privacidad y miró a Tzuyu con dureza.